El director del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), Carlos Huneeus, considera al ex ministro Enrique Correa como un personaje «que le ha hecho un daño gigantesco a la política y a la democracia», que «históricamente ha vendido una imagen que no corresponde a sus obras» y que solo lo mueve la ambición por el poder, la influencia y el dinero, ya que «cree que todo es comprable, transable, negociable».
En una entrevista publicada esta semana en la revista Caras, Huneeus lanzó toda su artillería contra el dueño de la consultora Imaginacción, al ser consultado precisamente sobre las declaraciones de este último en las que consideró errado y un «daño autoinferido» el haber calificado como corrupción las irregularidades en torno al financiamiento irregular de la política.
«¿Qué es eso? ¿Cómo se llama entonces cuando el yerno de Pinochet entrega plata a todos los sectores, de izquierda a derecha? Como dijo Milton Friedman, aquí no existe un desayuno gratis. Lo que Correa ha hecho es legitimar a toda costa el discurso de que el poder empresarial es fundamental para el desarrollo del país, en desmedro de las instituciones elegidas por el pueblo. ¡No, señor! Aquí la clave de la confianza está entre el Congreso, los ciudadanos, los partidos, las instituciones democráticamente elegidas. Pero, claro, él está hablando desde sus clientes», dijo.
No dudó también en calificar al lobbista como un «impostor», que tiene una biografía que contrasta con sus actos y que para conseguir sus objetivos se ha movido siempre como un «solitario», lo que a su juicio quedó demostrado en sus actuaciones como vocero del gobierno de Patricio Aylwin (1990-1994).
«Correa tiene una biografía que no se condice con sus actos. Fue la mano derecha de Rodrigo Ambrosio -sociólogo y político chileno, presidente de la JDC-, que consideraba derechista al gobierno de Frei Montalva y que más tarde formó el MAPU y apoyó la candidatura de Salvador Allende en 1970. Cuando se quebró el MAPU Correa no se fue a ningún partido. Es un solitario. Luego, durante el primer gobierno de Aylwin, cedió en todo. Hasta dio un asomo de que se iba a conversar una ley de amnistía cuando el Presidente Aylwin estaba de viaje en Europa».
«Históricamente ha vendido una imagen que no corresponde a sus obras. Es muy impostor y le ha hecho un daño gigantesco a la política y a la democracia, comparable al que Karadima le hizo a la Iglesia Católica. Él es el Karadima de la política chilena. Cree que todo es comprable, transable, negociable. Y si bien existen otros como él, ha sido lejos el más ambicioso», sostuvo.
Huneeus, cree que la influencia de Correa se debe a que montó una «organización paralela a los partidos» y gracias al manejo de su propia imagen.
«Mantiene la imagen de un hombre muy austero, seguramente vive en una casa pareada… Se metió en el ámbito político para ganar poder, influencia y también plata, porque para ser político se necesita mucho dinero. Financió, por ejemplo, las memorias de Alberto Jerez; protege a través de su empresa a Rodrigo Peñailillo, a quien incluso ubicó en la Flacso. Y lo mismo hizo en su momento con Carlos Cruz cuando cayó en desgracia tras el Caso Mop Gate. Tiene una especie de organización paralela a los partidos y eso le da una enorme influencia, pero la gente no es tonta, no por tanto tiempo…», concluyó.