Central europeo amplía estímulo monetario en US$ 2,3 millones de millones

Central europeo amplía estímulo monetario en US$ 2,3 millones de millones

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El Banco Central Europeo (BCE) decidió este año ampliar los estímulos monetarios en la zona del euro hasta 2,2 billones (millones de millones) de euros (unos US$ 2,3 billones), para sacar a la región de la crisis.

Pese a las críticas en Alemania y la oposición del Bundesbank, el BCE decidió en marzo y en diciembre ampliar la expansión cuantitativa, término con el que se conoce a las compras de grandes cantidades de deuda, sobre todo deuda soberana (en inglés QE de «quantitative easing»).

Se trata de una herramienta no convencional de política monetaria con la que un banco central aumenta la oferta de dinero cuando las tasas de interés están ya al 0%.

El BCE comenzó a comprar deuda pública y privada, también corporativa, de la zona del euro en marzo del año pasado, a un volumen mensual de 60.000 millones de euros (unos US$ 62.608 millones).

Tras haber adquirido bonos durante un año por esta cantidad mensual, que resulta en 720.000 millones de euros (unos US$ 751.306 millones), el BCE decidió el pasado mes de marzo ampliar la cantidad a 80.000 millones de euros (unos US$ 83.478 millones) mensuales durante otro año, lo que supone otros 960.000 millones de euros (unos US$ 1.001.740 millones) más.

En vista de que la inflación al 0,6% en noviembre se sitúa todavía muy por debajo de su objetivo, que es una tasa algo por debajo del 2%, y no hay perspectivas de que se vaya a producir una subida sostenible, el BCE decidió en diciembre prolongar los estímulos monetarios hasta finales de 2017.

Pero, redujo la cantidad de 80.000 millones de euros a 60.000 millones de euros a partir de abril del próximo año, lo que hacen 540.000 millones de euros anuales(unos US$ 563.479.000 millones).

En total, el BCE prevé comprar deuda de la zona del euro por valor de 2,220 billones de euros, casi la quinta parte del producto interno bruto (PIB) de la zona del euro, que es de unos 10,4 billones de euros (unos US$ 11 billones).

El BCE optó por un periodo más largo, nueve en vez de seis meses, pero menor cantidad, una decisión de compromiso con las posturas más ortodoxas dentro del consejo de gobierno contrarias a las compras, los llamados «halcones».

El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, votó en contra de ampliar los estímulos monetarios.

Los expertos del banco UniCredit consideran que, en definitiva, el BCE ha anunciado una retirada gradual de los estímulos monetarios pero con otro nombre, aunque su presidente, Mario Draghi, dijo que se pueden ampliar las compras en caso necesario y que no se discutió sobre ello.

El BCE comenzó a comprar grandes cantidades de deuda más tarde que otros bancos centrales, como la Reserva Federal estadounidense (Fed), el Banco de Inglaterra (BoE) y el Banco de Japón (BoJ).

Lo hizo así por la oposición del Bundesbank, que ve en estas compras una financiación estatal con la que muchos países ganan tiempo para retrasar la implementación de las reformas económicas necesarias, especialmente la flexibilización del mercado laboral, como en Francia.

Draghi ha apoyado este año también la recomendación de la Comisión Europea de que los países que tienen espacio fiscal suficiente lo utilicen para impulsar el crecimiento, como es el caso de Alemania, que mantiene su política de ahorro y déficit cero pese a que los tipos de interés reales -descontada la inflación- son negativos.

Con estas compras el BCE mantiene muy bajos artificialmente los tasas de interés a largo plazo, lo que ayuda a los países con elevado endeudamiento, como los periféricos, y presiona a la baja la cotización del euro, algo que también ayuda a exportar a la economía alemana.

Draghi ha insistido en que las compras de deuda del BCE son similares a las cometidas por otros grandes bancos centrales.

Los bancos centrales nacionales de los 19 países de la zona del euro, excluida Grecia, son los que cometen las compras, pero en caso de que se produzcan pérdidas, el 80% las asumirá el banco central nacional y el 20% restante el BCE.

Es posible que se produzcan pérdidas al adquirir deuda a tasas de interés negativos, porque la rentabilidad de la deuda de algunos países, como Alemania, es en algunos plazos negativa, pero Draghi ha insistido en que el BCE debe garantizar la estabilidad de precios y no tener beneficios. (DF)

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