China y el campo chileno-Jorge Heine

China y el campo chileno-Jorge Heine

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Hace poco  se firmó en Beijing el protocolo que autoriza el ingreso de nueces con cáscara de Chile a China. China es uno de los mayores mercados de nueces, importando entre 70 mil y 150 mil toneladas anuales. Chile es el tercer mayor exportador, solo superado por EE.UU. y Ucrania, y  pronto podría ser el segundo. Con 40.000 hás plantadas, se espera que nuestro país produzca este año 80.000 toneladas de nueces. Con la apertura de China, y la ventaja de entrar con arancel cero, gracias al TLC entre ambos países, el cielo es el límite para nuestros productores.

Las nueces son parte del boom más amplio de las exportaciones alimentarias de Chile a China. Chile es el segundo mayor exportador de fruta fresca a China (en cerezas, US$ 400 millones esta temporada). Nuestras paltas ya llegan al consumidor chino, y los nectarines y los cítricos son los próximos en la lista a ser autorizados. En 2015 China fue el mercado N° 1 del vino chileno, superando al Reino Unido. Por increíble que parezca, Chile exporta ganado en pie a China (uno de solo cuatro países), 20.000 vaquillas lecheras Holstein en 2015.

Con razón el agro nacional está creciendo al 6% anual, el triple del resto de la economía. Nuestras  ventajas comparadas de clima mediterráneo, condición finis terrae y óptimas condiciones fitosanitarias, implican poder llegar a ser una gran potencia alimentaria. El plan es estar entre los Top Ten exportadores de alimentos para el 2020 (del lugar 16 en que estamos hoy).

Para lograrlo, el mercado chino es clave. Con 20% de la población mundial, China dispone de solo un 7% de las reservas de agua. Así, siempre va a depender de las importaciones de alimentos. En sus cuarenta años de desarrollo exportador, y veinte orientados a los mercados más dinámicos, los del Asia Pacífico, Chile tiene un enorme capital en su reputación de proveedor confiable de alimentos de calidad. China es hoy el tercer mayor destino de nuestras exportaciones alimentarias, y todo indica que pronto será el primero. Empresas chinas como Lenovo  invierten en joint ventures en nuestra agro-industria, para exportar a China y a otros mercados. De seguir aumentando al ritmo que lo han hecho desde 2005, nuestras exportaciones de fruta a China (que aumentaron un 30% en enero-septiembre de 2015) podrían llegar a los US$ 5 mil millones en 2020.

En este cuadro, llamados a reducir nuestra supuesta sino-dependencia debido a la caída del precio del cobre, y a orientar una vez más nuestras exportaciones a los EE.UU.,  reflejan una curiosa miopía. Más allá de corcoveos puntuales de la economía china, todo indica que seguirá siendo el principal mercado en expansión para nuestros alimentos y otros productos, a diferencia de EE.UU. y Europa, mercados ya maduros y consolidados. El desafío no radica en volver a nuestros mercados del pasado, sino en seguir diversificando nuestras exportaciones y añadir más valor a ellas, teniendo claro que cuando se dice que éste será el siglo del Asia, lo será de China e India.

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