Lo que se deduce de lo que he señalado en mi carta del martes de la semana pasada es que en una licitación para reemplazar a SQM en el salar de Atacama, los postulantes no tendrían la capacidad de sustituir a SQM: no tendrían el tiempo para construir las plantas industriales y las infraestructuras de apoyo, para presentar los EIA (estudios de Impacto Ambiental) y las resoluciones consecuentes, para conseguir el abanico de permisos sectoriales, para comprar u obtener los derechos de agua, etcétera. Y si tuvieran el tiempo, no tendrían cómo competir con SQM, que lo tiene todo hecho.
Cabe considerar, asimismo, que el Proyecto Salar Futuro, que corresponde a la operación de las pertenencias que en la actualidad arrienda SQM a Corfo en el salar de Atacama, a partir del año 2031, tiene algunas características que es importante considerar:
a. De los márgenes operacionales, aproximadamente el 70% va a corresponder a pagos a Corfo e impuestos en Chile.
b. Del 30% restante, a Codelco le corresponde el 15%; es decir, Chile se lleva el 85% de lo que genere la operación productiva, y SQM el 15%.
Adicionalmente, en el preacuerdo, se incorporan autorizaciones para producciones y ventas adicionales antes de 2030 (que solo era posible acordar con SQM, titular actual del contrato) por 300 mil toneladas de litio. Del total de estas ventas, el 90% va completamente para el Estado de Chile (Codelco, Corfo e impuestos).
Producir estas 300 mil toneladas adicionales es posible por las nuevas tecnologías y procesos desarrollados por SQM.
En estas circunstancias de titularidad de SQM de los contratos actuales, y las consecuencias descritas anteriormente, parece difícil aconsejar una licitación. (El Mercurio Cartas)
Ignacio Pérez W.