Hasta último momento, el año 2015 se despide con intensas turbulencias políticas, que mantienen revueltas las aguas en el oficialismo. El último conflicto entre la Presidenta Michelle Bachelet y su ministro del Interior, Jorge Burgos, por haberlo marginado del reciente viaje a La Araucanía y que tuvo a la autoridad DC con la renuncia en la mesa, es el broche de oro de una seguidilla de conflictos que marcaron al Gobierno, que desde febrero navegó con dificultad y poco éxito a través de la tormentas que generaron los casos Caval y SQM por el financiamiento irregular de las campañas políticas.
Colodro –profesor, columnista, sociólogo, analista político y ex director de estudios de la Segpres en los gobiernos de la Concertación– hace aquí un descarnado balance político de los conflictos más emblemáticos que marcaron amargamente la agenda del oficialismo, la Nueva Mayoría, La Moneda y la Presidenta Bachelet.
-¿Cómo se explica el último conflicto público entre Bachelet y el ministro Burgos?
-En términos políticos, la Presidenta opera con un círculo íntimo y restringido: su segundo piso, que toma todas las decisiones en función de lo que la Mandataria considera adecuado para su posicionamiento público. En este caso, se consideró necesario realizar la visita antes del término del año y que no existiera la posibilidad de filtraciones previas. Ello explica que el Comité Político de La Moneda y, por tanto, el ministro Burgos, quedaran completamente al margen de dicha actividad. Hay sin duda un trasfondo de desconfianza hacia su equipo de ministros en la manera en que se ejecuta esta decisión.
-¿Quién ganó y quien perdió realmente en este gallito político?
-Nadie gana. Bachelet reforzó la imagen de desprolijidad e improvisación que afecta al Gobierno, imponiendo una fuerte sensación de distancia con sus ministros. Pero Burgos y la DC son los principales damnificados, ya que se confirma la falta de empoderamiento del ministro y la imposibilidad del partido para hacer valer sus prerrogativas. De algún modo, la pérdida de poder y de autoridad del ministro de Interior es un fiel reflejo de las debilidades políticas que hoy aquejan a la DC.
-¿Cuánto daño le hace lo sucedido a un Gobierno que no repunta del 25% de apoyo ciudadano?
-El Gobierno sale también dañado de este incidente. Con un equipo político en crisis y un jefe de gabinete sin los respaldos mínimos para poder ejercer sus funciones, la situación de la DC al interior del Gobierno y de la Nueva Mayoría se está volviendo insostenible, expuesta a un cuadro de deterioro y hasta de humillación al que no tiene fuerza para poder responder.
-¿En qué pie quedó realmente Burgos después de esto? ¿Hay una relación fracturada sin remedio con Bachelet?
-La situación del ministro Burgos al interior del gabinete es insostenible. Han sido demasiados los capítulos en los que ha sido desacreditado y desautorizado por la Presidenta. La pregunta no es si Burgos abandona el Gobierno, es simplemente cuándo. La decisión de la Mandataria de confirmarlo en su cargo solo permite imponer un lapso para un eventual rediseño mayor del gabinete. Un Gobierno con las dificultades y la desaprobación del actual, no puede funcionar con un ministro del Interior con este nivel de desgaste.
DAÑO AUTOINFLINGIDO
-El año 2015 empezó y terminó marcado por el caso Caval. ¿La Moneda ha manejado mal el tema al bajarle el perfil y evitar hablar del asunto o no tenía otro camino?
-El mal manejo de La Moneda se resume en la frase de la Presidenta, que quedó grabada como lo que probablemente sea una de las frases del año: “Me enteré por la prensa”, es decir, un Gobierno y una autoridad que no reconoce haber tenido antecedentes de un tema tan delicado como este, siendo que, además de ser hijo de la Presidenta, era funcionario de La Moneda. A partir de eso, lo que hemos visto todo el año es un intento por eludir el tema, por no dar una explicación clara respecto de las implicaciones que esto ha tenido para el Gobierno y para la propia Presidenta de la República. Más allá de la situación judicial y las irregularidades respecto a Dávalos, lo que ha dañado a la Presidenta es su propio manejo comunicacional del tema y no la situación de Dávalos.
-La Moneda siempre ha precisado que no comentan un caso cuyo proceso judicial está en marcha. Con el episodio de la filtración de la declaración, ¿era necesario hacerse cargo, dar un paso más allá como lo hizo el ministro Burgos con sus declaraciones la semana pasada?
-Cuando Sebastián Dávalos toma la decisión de filtrar a la prensa su declaración ante el fiscal (Luis) Toledo está instalando el tema a nivel público y le está dando una connotación política. Es un sinsentido que La Moneda decida no comentar un caso que el propio hijo de la Presidenta lo convierte en un caso político.
-En entrevistas y columnas has planteado una falta de control político de Dávalos, ¿la soledad en que se encuentra el hijo de la Presidenta se transforma en un peligro permanente para La Moneda?
-En la medida que siga teniendo la posibilidad de declarar públicamente sin ningún tipo de control ni orientación política de parte del Gobierno, sin duda que significa un riesgo potencial muy alto.
-¿Y qué puede hacer el Gobierno para evitarlo o neutralizarlo?
-Lo que no ha hecho hasta ahora y en mi opinión es imprescindible, es hacer un sinceramiento de ambas situaciones, tanto de la que compromete al hijo de la Presidenta y su nuera, como del financiamiento irregular de las campañas políticas y en especial de la precampaña presidencial. En la medida que el Gobierno utiliza la misma lógica del silencio y el encubrimiento para ambas situaciones, establece un nexo entre ambos hechos, porque opera con la misma lógica y de la misma manera en ambos.
-¿La Moneda y la Presidenta tienen espacio político para rectificar ese mal manejo del caso Caval o el daño ya es irreversible?
-Ya hay una cuota de daño irreversible pero en cualquier escenario una autocrítica sincera, que la gente reconozca genuina, la ayudaría sin duda. El problema es que la Presidenta no ha dado ninguna señal de interés en una autocrítica ni en el tema Caval ni en el de la precampaña que compromete financiamiento irregular de SQM. El desmoronamiento moral de la izquierda que genera eso, también termina tocando a la Presidenta.
-¿Cómo se entiende que ni Dávalos ni Natalia Compagnon estén considerados en las formalizaciones del caso Caval?
-Políticamente, resulta bien inexplicable que la empresa Caval y uno de sus dos socios vayan a ser formalizados y que ello no ocurra con Dávalos y Compagnon. Es probable que este escenario solo refuerce la imagen de que los fiscales están deliberadamente buscando resguardar a la familia presidencial de la acción de la justicia.
LO SOSPECHOSO
-El año 2009 apoyaste la campaña presidencial de Marco Enríquez- Ominami. ¿También es parte del desmoronamiento moral de la izquierda, considerando que recibió financiamiento de SQM, de Julio Ponce Lerou, ex yerno de Pinochet?
-ME-O está igualmente afectado y, como te decía, no solo por el hecho de recibir financiamiento irregular de SQM, sino por una razón como la que afecta a la Presidenta: no hay un reconocimiento ni una explicación clara hacia la opinión pública y eso finalmente termina siendo más castigado por la gente que el propio hecho que se intenta ocultar.
-Siguiendo con SQM, Dávalos acusó que hubo una operación política en su contra para tapar precisamente la arista Soquimich y tú has hablado de un manto de protección a Rodrigo Peñailillo. ¿En qué se demuestra?
-Para mí la evidencia más contundente de que hay una situación completamente inexplicable desde el punto de vista judicial y político, es que la principal empresa que ha estado todo estos meses asociada a financiamiento irregular de la política es SQM y su controlador, a diferencia de lo que sucedió con los controladores de Penta, no ha sido ni siquiera interrogado por un fiscal, no ha sido jamás llamado a declarar, esa sola situación ya evidencia cuál es el peso, la influencia y poder que ejerce Ponce Lerou sobre la clase política y este Gobierno en particular.
-¿Influencia del ex yerno de Pinochet en un Gobierno de centroizquierda?
-Desde comienzo de la década del 90 Ponce Lerou –como una estrategia de protección personal– decidió empezar a financiar a personeros importantes de los gobierno de la Concertación y parlamentarios, precisamente para construir con el tiempo este manto de protección que hoy en día le ha sido tan útil.
-¿Se ha visto la punta del iceberg de nombres de la Nueva Mayoría involucrados en financiamiento irregular?
-Antecedentes objetivos no tengo, pero es un secreto a voces que son muchos los políticos de la centroizquierda que han sido financiados por muchísimo tiempo por Ponce Lerou. Eso quedó en evidencia en la comisión investigadora del caso Cascadas, cuando hubo una defensa inexplicable de parlamentarios de la Nueva Mayoría, que buscaron bajarle el perfil a la investigación y de alguna manera, incluso en las sesiones de la comisión, reprodujeron casi textualmente partes de la defensa judicial de Ponce Lerou, lo que fue denunciado públicamente por el diputado Gabriel Boric.
-¿Entonces, este manto de protección a Peñailillo es para evitar que salpique a la Presidenta Bachelet o para protegerse entre varios en el oficialismo?
-Hay una lógica de protección hacia la Presidenta, en el sentido que a estas alturas todos tenemos presunciones fundadas de que en la precampaña se obtuvo financiamiento irregular de SQM, pero no solo el equipo que trabajó en la precampaña de la Presidenta, también hay un sector importante del mundo parlamentario y de los partidos de la centroizquierda que recibieron financiamiento de Ponce Lerou y eso ha operado reforzando la lógica de protección hacia su figura.
-Señaló a Enrique Correa como uno de los artífices de ese manto de protección. ¿Por qué se transforma en el principal protector de Peñailillo más allá del hecho de que hace meses lo asesora?
-La razón es simple: Enrique Correa es asesor de SQM, su empresa ha asesorado en términos de lobby y de comunicación estratégica a SQM, es de público conocimiento que ha sido colaborador de Ponce Lerou.
-¿Solo por interés de proteger a su cliente o tiene vínculos con La Moneda?
-Sin ninguna duda y me quedo con la declaración que dio hace un tiempo el ministro Jorge Burgos, que dijo que Enrique Correa es un muy buen amigo del Gobierno.
-El argumento de la inequidad en el trato de los casos Penta y SQM ha sido levantado por la derecha al punto que evade con ello asumir sus responsabilidades en los casos de platas irregulares…
-La UDI debe hacerse responsable del financiamiento irregular y los ilícitos del grupo Penta a sus militantes y candidatos, el problema es que eso no está ocurriendo de la misma manera en la arista SQM y particularmente lo que se refiere a la figura de Ponce Lerou, quien no solo no ha sido llamado a declarar, sino que el rol que ha tenido en esta investigación judicial tampoco ha sido criticado por ningún personero de la centroizquierda. Nadie se ha atrevido a levantar la voz, ni en el gobierno ni en la Nueva Mayoría, para exigirle explicaciones a Ponce Lerou y eso a estas alturas resulta al menos sospechoso.
-¿Este manto de protección puede terminar siendo un bumerán para el oficialismo?
-Puede que no haya diferencias desde el punto de vista penal y judicial en el hecho de que grupos económicos financien actividades de campaña, pero sin duda hay una diferencia ética enorme en el hecho de que empresarios UDI, como son los controladores de Penta, financien a su propio partido, con el que tienen afinidad, comunidad de intereses y visiones políticas, a la situación que se vive en la centroizquierda y en la izquierda, que terminaron recurriendo al yerno de Pinochet para obtener financiamiento para sus campañas. Ahí hay un abismo ético enorme, que es lo que creo que la izquierda está intentando mantener oculto, no asumir a cabalidad en sus consecuencias políticas e históricas. La evidencia de que el yerno de Pinochet terminó siendo el financista de la centroizquierda es absolutamente demoledora.
-¿Por qué la izquierda recurrió a Ponce Lerou y no pidió ayuda a otros empresarios?
-El que hizo la labor de acercamiento, de ofrecer apoyo y respaldo fue el propio Ponce Lerou, que lo hizo intencionalmente para construirse un manto de protección que evitara investigaciones sobre la privatización de SQM, lo hizo con esa intención. Lo increíble es que la izquierda se haya dejado seducir por su dinero y que finalmente haya terminado en un vínculo de dependencia económica con el yerno de Pinochet. Creo que lo hizo en un contexto de deterioro político, la izquierda siempre ha apostado a una superioridad moral que la blinda y esa superioridad se destruyó a partir de la evidencia de quién ha sido su financista.