Sociólogo, doctor en Filosofía y analista político, ex director de Estudios del Ministerio Secretaría General de la Presidencia y ex vicepresidente de la Comisión Nacional Unesco-Chile. Max Colodro en esta entrevista pone paños fríos sobre la próxima presidencial y dice que la definición sigue siendo competitiva. Respecto a la elección de gobernadores del 24 de noviembre, comenta: “El caso Monsalve puede influir, sin duda, tanto en la elección de la Región Metropolitana como en las otras, en el sentido de que el Gobierno está pasando por un momento particularmente crítico”.
-¿Las elecciones de gobernadores van a ser un plebiscito sobre Boric?
–Estas elecciones de gobernadores representan un cambio cualitativo respecto de las anteriores. En las anteriores, el oficialismo obtuvo 15 de 16 gobernaciones. Solo perdió en en La Araucanía. Y ahora estamos en un escenario radicalmente distinto, con 11 regiones en disputa. Efectivamente tiene un cierto aire de plebiscito tanto a la gestión del gobierno como a la capacidad de la oposición para lograr ponerse de acuerdo. Es un desafío político para ambos, tanto para el Gobierno como para la oposición.
-La elección que más concentra el interés es la lucha de los dos Orrego, de Claudio y Francisco, por la Región Metropolitana. ¿Ahí se puede dar una variable importante para la presidencial?
-Sin duda. En el caso de Claudio Orrego, la carta del oficialismo, si logra retener la Gobernación lo va a instalar en un escenario presidencial. Porque el oficialismo no tiene hoy día cartas presidenciales competitivas frente a los liderazgos presidenciales que hay en la oposición. En ese sentido, el desafío político es mucho más claro y exigente para Claudio Orrego que para Francisco Orrego
-¿Qué te pareció que Vlado Mirosevic haya dicho que Francisco Orrego no tenía capacidad mental para el cargo? Me recordó a Biden, cuando dijo que los que seguían a Trump eran basura.
-Efectivamente, es un intento de desvalorizar y de minimizar la candidatura de Francisco Orrego. En el entendido de que Claudio es un político con una trayectoria muy importante, un líder histórico del mundo progresista y de la Democracia Cristiana. Una persona que ya fue ministro de Estado, que ha tenido un rol político muy relevante desde la década de los 80 en adelante. Y que ahora se enfrenta a un desafiante, que no viene del mundo de la política tradicional.
-¿Cómo ves las chances reales de Francisco Orrego de desbancar a Claudio Orrego?
-Sin duda es una de las elecciones más emblemáticas, por lo que representa históricamente la figura de Claudio Orrego. Sí triunfa Francisco Orrego va a significar una inflexión muy importante en la correlación de fuerzas entre el oficialismo y la oposición de cara a las presidenciales del próximo año.
-¿Crees que es un buen candidato?
-Yo creo que es un candidato que representa una nueva manera de hacer política. Es un liderazgo con un perfil más ciudadano y menos político. Viene de sectores sociales más modestos y ha tenido una trayectoria personal más de esfuerzo. No pertenece a una élite asociada a privilegios. Todos esos factores son elementos importantes que van a determinar la votación. Aquí hay un enfrentamiento claro entre una élite política tradicional y una élite emergente, que no viene de la clase social acomodada. Francisco Orrego es un desafiante del poder.
-Estamos observando momentos bastante claves y decisivos del caso Monsalve. ¿Eso puede influir en los resultados del 24?
-Puede influir, sin duda, tanto en la elección de la Región Metropolitana como en las otras, en el sentido de que el Gobierno está pasando por un momento particularmente crítico. El gobierno tiene en torno a 25% de respaldo y hay una evaluación muy crítica de la ciudadanía sobre el manejo de La Moneda del caso Monsalve. Esa evaluación crítica que un sector muy mayoritario de la ciudadanía está haciendo del manejo de La Moneda, puede pasarle la cuenta tanto a Claudio Orrego como al resto de los candidatos oficialistas.
-¿A qué otras batallas electorales hay que prestarles atención?
-La batalla de Valparaíso: la posibilidad de que Pepa Hoffman pueda eventualmente desbancar al actual gobernador en ejercicio, pone al gobierno frente a una lógica plebiscitaria. Además, hay candidatos del Partido Republicano que van a poner a prueba la capacidad de las oposiciones de hacer un trabajo conjunto, unitario, generoso. El desafío es no mostrar fisuras y dar una señal política respecto de lo que viene hacia la presidencial y la elección parlamentaria del próximo año.
-¿Esta elección va a entregar señales sobre el futuro de Evelyn Matthei como candidata?
-Evelyn Matthei tuvo un buen resultado en la elección municipal. Asimismo, Chile Vamos tuvo un gran triunfo como un bloque hegemónico en la oposición en desmedro del Partido Republicano. Esta elección de nuevo es una prueba importante para el liderazgo de Evelyn Matthei y para el liderazgo de Chile Vamos. Ella se juega su capacidad de aglutinar en torno a su figura las distintas sensibilidades del mundo opositor en un escenario plebiscitario, como creo que va a ser la elección del 24 de de noviembre.
-Quizás no le conviene involucrarse demasiado, porque si llega a perder Santiago podría verse perjudicada. ¿Mejor mantener cierta distancia?
-No creo. Dada la lógica plebiscitaria de esta elección, aunque ella tome la decisión de ponerse a distancia (cosa que no ha hecho), un mal resultado la va a terminar afectando igual.
-¿Cómo ves al presidente Boric en esta elección, complicada por el tema de Monsalve y las negativas cifras económicas?
-El Gobierno y el propio Presidente están pasando por un momento particularmente difícil. Con niveles de aprobación en torno al 25% y una desaprobación cerca del 70%. Pero hay un dato de la elección anterior súper importante en la elección de concejales, donde el oficialismo sacó en torno al 42%. Y las fuerzas de las oposiciones sumaron en torno al 48%. Es decir, la brecha que hubo en concejales es muchísimo menor que la brecha que hay entre aprobación y desaprobación al Presidente.
-¿Qué reflexión haces de esa diferencia?
-Las oposiciones tienen que tener claro que a pesar de que el gobierno está pasando por un momento difícil y de que el presidente tiene un nivel de aprobación muy bajo, la base política de sustentación de la izquierda y de la centroizquierda, sumadas, está sobre el 40%. Ese es un dato clave.
El gobierno se ha desplomado en materia de aprobación, a raíz del caso Monsalve. Pero la base de sustentación política no se desplomó en la elección de concejales. Sea cual sea el resultado de la elección de gobernadores, el próximo año vamos a tener un escenario competitivo en materia presidencial y parlamentaria. Eso no lo debe perder de vista ni Evelyn Matthei, ni ninguno de los liderazgos y fuerzas políticas de la oposición. (por Marcelo Soto, Ex Ante)