Comité Empresarial Chile-Japón y TPP-11

Comité Empresarial Chile-Japón y TPP-11

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En Tokio se realizó la XXXII Reunión del Comité Empresarial Chile-Japón, organismo que ha cumplido un rol protagónico en las sólidas relaciones bilaterales de ambos países. Los lazos que han forjado Chile y Japón descansan en gran parte en la iniciativa y capacidad empresarial de sus sectores privados. Ello se debe en gran medida a la labor realizada por este Comité, que se ha consolidado como una instancia de diálogo y cooperación permanente entre los empresarios chilenos y japoneses, convirtiéndose en un factor gravitante en el aumento y diversificación del comercio y la inversión.

Dicha instancia, creada el año 1979, también ha incorporado a su quehacer a las universidades y centros de investigación, a entidades profesionales y del mundo de la cultura, entre otras, asumiendo con acierto que las relaciones entre países deben ser de un carácter multidimensional si se aspira a un verdadero entendimiento entre los pueblos.

La celebración de 32 reuniones del Comité Empresarial en un lapso de 43 años, tanto en Japón como en Chile, nos muestra una relación madura y de largo plazo, lo que ha permitido la generación de múltiples iniciativas. En esta oportunidad, el foco del encuentro fue la innovación y el emprendimiento en sectores como energía, minería y agroindustria, e incorporar a las pymes en el desarrollo de iniciativas que permitan mejorar sus capacidades competitivas y así aprovechar los beneficios del comercio de bienes y servicios.

Actividades e iniciativas como estas son las que permiten generar nuevas posibilidades de negocios. Y esto es precisamente lo que explica que Japón sea hoy nuestro tercer socio comercial. El actual intercambio entre ambos países alcanza los US$ 9.441 millones y ha aumentado un 5,7% en los últimos seis años. A su vez, las exportaciones de Chile a Japón llegaron a los US$ 7.252 millones en 2021, mientras que las importaciones en ese mismo año totalizaron US$ 2.189 millones. En tanto, la inversión nipona en Chile está presente en varios sectores, como la minería, la industria sanitaria, alimentos e, incluso, hidrógeno verde, lo que demuestra la disposición de las empresas japonesas de seguir invirtiendo en tecnología de punta.

Es lo que hemos construido desde hace 125 años cuando ambas naciones establecieron relaciones diplomáticas. Se trata del vínculo más antiguo que tenemos con un país del Asia Pacífico, el que debemos cuidar y fortalecer. Una oportunidad para ello será la Exposición Universal 2025 que se llevará a cabo en Osaka, que es un polo industrial y comercial relevante de Japón. Será una magnífica ocasión para apoyar esta importante feria internacional, liderar la presencia de Latinoamérica en ella y motivar a que diversos actores de variados ámbitos de nuestra sociedad demuestren la fuerza innovadora de nuestro país que nos ha llevado a tener presencia en gran parte del mundo.

Un segundo desafío es rediseñar el futuro de la cuenca del Pacífico, espacio que se ha transformado en el más relevante del acontecer internacional. Aquí hay una tarea ineludible que nos recordó con total franqueza la directora general para América Latina y del Caribe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, Mika Kobayashi, quien en su intervención en el evento insistió en la necesidad de que Chile formalice su ingreso al TPP-11. No pude estar más de acuerdo con la autoridad nipona. Lo mismo he planteado en diversos foros y por supuesto que también lo hice en Tokio.

A pesar de que nos han dicho que el tratado va a ser suscrito antes de fin de año, hoy la realidad es que estamos fuera. De un total de once países, somos, junto con Brunéi, los únicos que no lo hemos aprobado y esto tiene costos considerables que se traducen en pérdida de competitividad y en la caída de nuestras exportaciones e importaciones a los países del TPP11. Gran parte de esta disminución ha sido registrada en bienes que ahora enfrentan una mayor competencia desde los países que ya aprobaron el tratado y que cuentan con una oferta exportable similar a la chilena y con mejores condiciones de acceso.

Llevamos tres años dando ventajas. Estamos cometiendo un grave error que está pagando caro el país entero. Chile tiene una economía abierta que depende en gran medida de su comercio exterior. Es absurdo, entonces, que no formemos parte de este bloque. Se trata de la zona de libre comercio más amplia y dinámica del mundo y la más avanzada en cuanto a las normas relativas al comercio internacional que comprende. Por esto mismo es que muchos países, que no necesariamente pertenecen a la zona del Pacífico, están pugnando por entrar al TPP11, como Reino Unido, China, Corea del Sur, Taiwán, Ecuador, Tailandia, Uruguay y Costa Rica.

Y mientras ellos quieren ingresar, nosotros, a tres años, hemos recurrido a todo tipo de artilugios retóricos para no hacerlo. Digámoslo con toda claridad: la estrategia de las “side letters” no suma nada para Chile. Lo único que se ha logrado es seguir dilatando un asunto que ya debería estar zanjado y que cada día que pasa está causando un enorme perjuicio a nuestro país. (El Mercurio)

Eduardo Frei Ruiz-Tagle