Por casi diez horas, la tensión generada a raíz de la discusión y posterior votación de la acusación constitucional contra tres ministros de la Corte Suprema se concentró en dos lugares. Uno de ellos fue el Congreso Nacional, donde las exposiciones estuvieron marcadas por duras interpelaciones y críticas entre los presentes; mientras que el segundo se encontraba a más de cien kilómetros de distancia.
Desde su despacho, ubicado en el segundo piso del Palacio de Tribunales, el presidente del máximo tribunal, Haroldo Brito, acompañó durante la jornada a Carlos Künsemüller y Manuel Valderrama; dos de los tres miembros de la Sala Penal que otorgaron la libertad condicional a condenados por crímenes de lesa humanidad a fines de julio.
Allí, siguieron el desarrollo de la acusación que, según la misma Suprema, atentaba contra la autonomía del Poder Judicial. También estuvieron presentes los ministros Guillermo Silva y Jorge Dahm, el presidente de la Asociación de Magistrados, Álvaro Flores, el director del gremio, Mauricio Olave, y la secretaria de la Corte. Por su parte, el tercer supremo acusado, Hugo Dolmestch, siguió el minuto a minuto de la sesión desde su oficina y solo se reunió con el presidente una vez desechada la acusación impulsada por diez diputados. «Los diputados han ejercido una acción que en su concepto tenían necesidad de plantear. A ellos les pareció que tenían razones jurídicas. Nosotros desde un comienzo dijimos que no (…) que lo que aquí se encontraba en juego era la pérdida de una de las características fundamentales para el funcionamiento del Estado, como lo es una absoluta separación de poderes, no obstante los mecanismos de control a las actividades de uno y otro que establece la Constitución», aseguró Brito terminada la votación pasadas las 00:00 de hoy.
Durante el día de ayer, el equipo de comunicaciones de la Corte aseguró una cosa: independiente del resultado u hora en que este se conociera, el presidente iba a hablar. Así también lo hizo Dolmestch, quien, según expuso su abogado Davor Harasic, estaba «profundamente afectado» por la acusación. «Tanto los triunfos como las derrotas hay que olvidarlas» Tras una marcada tensión entre los legisladores, la Cámara terminó por desestimar el libelo acusatorio con 73 votos en contra. Enterado de esto, el ex presidente de la Suprema, Hugo Dolmestch sostuvo que el proceso fue duro. «He tenido la experiencia de estar en un verdadero juicio y me ha correspondido a mí sentir la alegría de que se me haya dado la razón. Pero, como hombre de derecho, sé que tanto los triunfos como las derrotas hay que olvidarlas lo más pronto posible», afirmó. Asimismo, tildó de «excelente» el trabajo de los juristas que los defendieron en el Congreso y agradeció el respaldo de familiares y amigos.
Consultado por si consideraba que se cometió una injustica al acusarlo, debido a su trayectoria en temas de derechos humanos, el magistrado respondió que la situación «no es más que una incidencia dentro de la vida que ha sido tan pródiga conmigo. Uno siempre tiene que presentarse con lo que uno ha hecho y con lo que uno es». Por su parte, Brito indicó que el actual proyecto que pretende cambiar la regulación respecto a la entrega de libertades condicionales «ya es una solución» y reiteró la necesidad de contar con un sistema de cumplimiento de ejecución de pena. En cuanto a un posible quiebre entre poderes del Estado, el presidente del máximo tribunal concluyó: «No queda ninguna cosa pendiente».
Emol/Agencias