Con la «socialdemocracia», Lavín llenó espacio que dejó libre la centroizquierda

Con la «socialdemocracia», Lavín llenó espacio que dejó libre la centroizquierda

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Fue Joaquín Lavín quien inició todo. El domingo pasado, en el programa Tolerancia Cero, el alcalde de Las Condes y principal carta presidencial de la UDI -que hace trece años sorprendió al definirse como bacheletista-aliancista en pleno gobierno de Michelle Bachelet-, se declaró esta vez como “socialdemócrata”. La descripción generó una batahola en el oficialismo y terminó gatillando incluso la irrupción presidencial de la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, quien acusó “populismo” y “zigzagueo” por parte de su compañero de partido. La replica no quedó ahí. Hoy lo volvió a cuestionar, asegurando que “nos fuimos acostumbrando a que Lavín, que está muy bien en las encuestas, pudiera decir cualquier cosa”, y reafirmando su disposición presidencial.

Matthei, además, sería la primera de las figuras del oficialismo que saldrían -tres días después de Lavín y casi como un desfile- a definir su domicilio político.

—En el caso de Alemania yo me defino más como (Angela) Merkel, en España como del Partido Popular, en Francia como Macron. En el caso de Estados Unidos, nunca ha tenido una visión social que me parezca razonable, respondió el miércoles en Radio Infinita.

Con una cuota de humor, ese mismo día el ministro de la Segpres y otrora presidente de Renovación Nacional, Cristián Monckeberg, contestó también a la ineludible pregunta de con qué definición se siente representado.

—Yo me considero una persona más bien amante de nuestro país y si me pide, si me exige definirme, más bien la otra cara de la moneda, más bien socialcristiano, dijo en Radio Universo.

¿Razones? “Creo mucho en la cultura cristiano-occidental, creo mucho en la libertad de las personas, pero también creo que el Estado tiene que jugar un rol para poder proteger a las personas cuando se hace muy necesario o cuando hay que regular ciertas acciones, si no se producen abusos a las personas. Así me defino yo”, declamó.

A la lista se sumaría ayer su compañero de comité político, el ministro vocero, Jaime Bellolio (UDI).

Soy un liberal clásico que podría hacer coalición con otras personas, pero no soy socialdemócrata, soy un liberal clásico, fue la respuesta en Radio ADN del titular de la Secretaría General de Gobierno, quien ha sido catalogado efectivamente como liberal al interior del mundo gremialista.

Fiel a su estilo directo, quien también abordó el tema fue el ministro de Defensa y también expresidente de RN, Mario Desbordes. Consultado por el ruido interno que provocó Lavín al denominarse en una corriente vinculada a la centroizquierda -y como dijo Matthei, a sectores como el PPD-, Desbordes respondió:

Yo soy un gallo de derecha nomás, soy de centroderecha. Me siento cómodo con la doctrina socialcristiana, dijo ayer en Radio Agricultura.

LA VISIÓN DE LOS ANALISTAS

Pero, ¿cómo se explican estas definiciones, de Lavín y los ministros de Sebastián Piñera? La Tercera PM consultó a algunos analistas.

Para Gonzalo Müller, director del Centro de Políticas Públicas de la Universidad del Desarrollo y asesor del alcalde de Las Condes, hoy “se están usando muchos conceptos políticos, quizás no con su significado más clásico, sino que como una señal hacia la ciudadanía de un cambio. Y creo que eso es lo que cada uno de ellos quiere priorizar. Por ejemplo, tanto Cristián Monckeberg, como Joaquín Lavín y Mario Desbordes son tres actores políticos de centroderecha y los tres se definen con conceptos distintos. Entonces, más que tiene que ver con la familia de pertenencia, porque ninguno de ellos deja de ser de centroderecha, es un poco el énfasis que quieren dar, hacia dónde quieren apuntar. Yo creo que va más por ese lado”.

Sebastián Izquierdo, Director Ejecutivo en Centro de Estudios Horizontal, ligado a Evópoli, en tanto, asegura que los ministros de Estado, en sus autodefiniciones expuestas tras los dichos del alcalde de Las Condes, “están expresando sus posiciones porque la definición de Lavín como “socialdemócrata” resulta un poco incómoda para el sector, dado el origen histórico y espíritu que encarna dicha ideología”.

Müller complementa que el término “socialcristiano” utilizado por Monckeberg y Desbordes, “es un concepto más parecido a centro-derecha”. Visión compartida por Izquierdo, quien afirma, por otro lado, que “se podría decir que socialdemócrata proviene más bien de la centroizquierda”.

Derechamente hablando de Lavín, el Director del Centro de Políticas Públicas de la UDD explica que “el concepto socialdemócrata, más que al concepto político en sí mismo, apunta a esa orfandad que quedó en un sector del electorado tradicional de la Concertación, que apoyaba reformas y cambios profundos sociales, pero siempre muy apegado a lo que es la tradición democrática”.

Agregando que a su juicio “cualquiera que tenga vocación de mayoría se tiene que hacer cargo de que los conceptos derecha e izquierda no son suficientes para construir mayoría. Entonces, con qué conceptos quieran abordar esa mayoría o esa construcción, eso es algo que está por verse, pero está claro que hoy la mayoría de los chilenos no se movilizan por los conceptos de izquierda y derecha”.

Una visión distinta es la que expone Izquierdo, quien afirma que “lo cierto es que no es necesario ser socialdemócrata para apoyar una mayor o mejor acción del Estado; en la derecha y centroderecha hay herramientas suficientes para sostener dichas políticas, y plantear la necesidad de diálogo y unidad”.

Consultado sobre si piensa que Lavín apunta efectivamente a un electorado ligado a la exConcertación, como explicaba Müller, Izquierdo asegura que “esa tesis se levanta porque es evidente que la exConcertación se avergonzó de su actuar y la política de los consensos, dejando el centro vacío para la derecha”.

Justamente Müller complementa que esta situación de nuevas definiciones por parte de diversos actores políticos no es algo que ocurra solamente en la derecha, sino que también en la actual oposición: “¿Quién se define como socialdemócrata en la izquierda chilena? Hasta hace poco nadie, es una palabra que parecía que estaba muerta. No la quería usar nadie. Y resulta que fue muy criticado en la Concertación, en el sentido de que era socialdemócrata, por parte de la izquierda”, asegura. (La Tercera)

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