Luchecillo. Ese es el nombre de la planta acuática que reapareció en el humedal del río Cruces, en Valdivia, XIV Región. Y uno de sus efectos es la recuperación en ese sector de los cisnes de cuello negro, para quienes es su principal alimento.
La desaparición de esa flora, que derivó en la posterior muerte de decenas de aves en categoría de protección, impulsó a que el Consejo de Defensa del Estado (CDE) demandara a la empresa Arauco por daño ambiental derivado de descargas tóxicas en el hábitat de esos animales, en 2004 (ver recuadro). La justicia emitió una sentencia condenatoria contra la firma para que cancelara una indemnización al fisco de $ 2.600 millones, más otros $ 2.600 millones en un programa de desarrollo comunitario.
A 12 años de la crisis, los resultados del censo realizado por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) en el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter indican que existe un repoblamiento de estas aves. En el último conteo había 9.427 ejemplares, dentro y fuera del santuario, mientras que en abril llegaba a 8.056. Hasta antes de 2012, el promedio de aves bordeaba las 650.
El director regional de Conaf Los Ríos, Fredy Ortega, ratificó que “los censos de avifauna han demostrado que hay un incremento explosivo de cisnes, lo que se debe, principalmente, al aumento del luchecillo”. Agregó que también existe un mayor control sobre la fauna que ataca esta especie, como el visón, que está siendo capturado a través de un programa de control que implementa el Servicio Agrícola y Ganadero: “Sin embargo, faltan antecedentes técnicos para afirmar la total recuperación del santuario Carlos Anwandter”.
El juicio que llevó adelante el CDE contra Arauco también estableció la implementación de otras medidas, como un diagnóstico del humedal, un centro de investigación y un humedal centinela en la propia celulosa, para el monitoreo de la actividad.
José Araya, del Movimiento Acción por los Cisnes, explicó que “tenemos antecedentes de la recuperación del río Cruces; los gráficos nos indican un aumento significativo de los cisnes”. No obstante, añadió que “hay temas que nos preocupan, como la calidad de las aguas y saber si hay aspectos claves de la producción de la planta de celulosa Arauco que no están siendo un factor de entorpecimiento en la recuperación de ese ecosistema. Creemos que se debe hacer una investigación específica”.
Araya agregó que hay una serie de amenazas que han aparecido contra los cisnes, entre ellas, la expansión inmobiliaria hacia el santuario. Planteó que “para ver el futuro del humedal, es clave un instrumento de gobernanza que planifique y ordene ese espacio territorial. Y en ese punto estamos lentos, porque la región no ha puesto recursos para que ese proceso se efectúe. Tenemos que saber qué se puede hacer y qué no en el río Cruces”.
Eduardo Jaramillo, investigador del Instituto de Ciencias de la Tierra de la U. Austral y académico a cargo del programa de monitoreo ambiental del humedal del río Cruces, ratificó la positiva evolución de esta área. “Desde 2012, la población de cisnes de cuello negro efectivamente ha aumentado de forma sostenida, no así la de taguas. Y a partir de marzo de este año el incremento de los cisnes ha sido rotundo y acelerado. Por lo mismo, dentro de esa dinámica, se debería analizar la proyección de este fenómeno y la capacidad del humedal para sostener la población de cisnes”.
Respecto de la calidad del agua, Jaramillo indicó que “su grado de limpieza y transparencia está bajo estándares adecuados, pero debería agregarse el monitoreo interanual de la biomasa del luchecillo, para estimar la capacidad de carga de aves herbívoras en el humedal”.
En la empresa Arauco, Iván Chamorro, gerente de Asuntos Públicos, señaló que “el trabajo en torno al humedal se ha hecho con una amplia participación de la comunidad y distintas organizaciones. Y seguiremos colaborando con propuestas científicas que favorezcan el desarrollo de cada medida. Este avance ha generado una oferta de valor para Los Ríos, como el Centro de Humedales, el cual será un polo de desarrollo social y ambiental”. (La Tercera)