Confianzas en jaque-Iris Boeninger

Confianzas en jaque-Iris Boeninger

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¿Cómo es posible que el gobierno descarte a alguien de un cargo público por lo que hicieron sus padres?

Han dañado a Isabel Amor.

Han dañado el concepto de confianza.

Han vulnerado el prestigio de una persona.

Esto no sólo tiene complejas repercusiones para Isabel Amor sino para la sociedad en su conjunto. ¿Intervendrá el Presidente Boric?

Los políticos y los gobiernos tienen cada vez peor reputación. Se requiere tener esto presente para lograr recuperar el prestigio de la política y de las instituciones. Nada hay más grave que perder la confianza en un gobierno, en un partido político, en un líder o en un amigo. Recuperarla es difícil.

Los Presidentes Lula de Brasil y Petro de Colombia le presentaron al dictador Maduro una propuesta para repetir las elecciones, que vulnera en sí misma la democracia. Hubo elecciones y un claro ganador: Edmundo González. Maduro rechazó la propuesta. La confianza, la responsabilidad y la ética política no existen en Venezuela hace mucho. El dictador Maduro reprime a quienes piensan distinto, viola sistemáticamente los Derechos Humanos e ignora el deseo y la voluntad cívica del pueblo.

El obsceno caso Fundaciones, la extendida corrupción en los municipios y las colusiones entre empresas en Chile, vulneraron la credibilidad de la gente. Los costos económicos de la corrupción política son elevados. Los de confianza aún más.

Se suman escándalos en las instituciones referidas a distintos tipos de corrupción, tráfico de información e influencias extendidas a los tres poderes e instituciones emblemáticas. Cuando en lugar de evitar el delito, se comete, la sociedad se irrita, desconcierta y subleva.

En términos de confianza y credibilidad el último lugar lo ocupan los partidos políticos, en el penúltimo lugar lo ocupa el Parlamento y el antepenúltimo, el Poder Judicial y el Ministerio Público. Un estudio realizado por el Consejo para la Transparencia es categórico; siete de cada diez chilenos, considera que las instituciones públicas son “muy corruptas”. Asimismo, un 86% de los encuestados afirma “que no se puede confiar en la mayoría de las personas”, lo que reafirma la idea de que la crisis de credibilidad es grave.

En un contexto de desconfianza en la política -en el que no se conoce qué es la ética pública- es necesario reflexionar sobre qué crisis han llevado al país a esta situación.

Quien gobierna debe ejercer la autocrítica a través de la reflexión. La oposición también. La alternancia existirá siempre. Antes fueron opositores, hoy gobiernan y volverán a ser oposición. Es necesario tejer una relación de Estado entre gobiernos y oposiciones que posibilite la construcción de un futuro a largo plazo. Sin disrupciones refundacionales.

Los daños que se generan en un país no tienen fecha de expiración. No es momento de polarización y conflictos, sino de restaurar las confianzas.

El Presidente Boric lo hizo en el funeral del ex Presidente Piñera cuando dijo que ser presidente le permitió comprender mejor a Sebastián Piñera refiriéndose en forma crítica al rol que tuvieron como oposición. Reconoció que era un gran demócrata y que puso siempre a Chile primero. Autocrítica y reconocimiento. Ojalá hubiera disculpas por tanto daño hecho en aquella época.

La lucha contra la violencia hoy es materia de preocupación transversal en Chile.

Boric fue frontal y claro contra la dictadura de Venezuela y el fraude que cometió Maduro. Su liderazgo le permitió sumar a sus compañeros de coalición incluyendo a algunos del Partido Comunista. Mostró con claridad un fuerte cambio respecto a antiguas posiciones, sin llegar eso sí, a reconocer a Edmundo González como el ganador de las elecciones.

Candidatos que desistieron de competir en las municipales en beneficio de mejorar las posibilidades de triunfo de su sector, dejando de lado ambiciones personales permiten recuperar parte de las confianzas en la clase política. No fue la gran mayoría, una pena.

Reconocer errores, rendir cuentas y ofrecer una línea clara de acción en unidad de propósito para ofrecer un proyecto de futuro a los chilenos, es una forma de brindarle confianza a los ciudadanos.

Insultos entre parlamentarios, peleas políticas a través de los medios de comunicación y agresiones cada vez más frecuentes en las redes sociales que actúan como eco, no ayudan a dejar de lado las trincheras. Los ciudadanos deben sobrevivir y confiar en medio del fuego cruzado.

Es estos tiempos de desvalorización de los representantes políticos y de la dilución de la confianza en las instituciones, se debe girar el sentido hacia uno donde la empatía y la esperanza vuelvan a tener un espacio. Es momento de poner todos los esfuerzos para lograrlo.

Si no es posible salir del jaque, es jaque mate y la partida se acaba. (El Líbero)

Iris Boeninger