Constituyente mixta: el otro «gazapo» del acuerdo del 15 de noviembre

Constituyente mixta: el otro «gazapo» del acuerdo del 15 de noviembre

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«Inviable», «difícil de implementar», «es algo que tendría que ser revisado». Esas son algunas de las frases que parlamentarios de oposición y de oficialismo expresan al ser consultados sobre cómo sería la aplicación de la convención constituyente mixta en el caso de que sea la opción que gane en el plebiscito del 26 de abril.

La mayoría además, no duda: ante la pregunta ¿estaría usted dispuesto a asumir como convencional si es que se esta modalidad se impone?, la respuesta es no.

En el Congreso de todos modos se reconoce como una posibilidad como legítima y en la ciudadanía, esta opción que considera una convención constituida por 50% de ciudadanos electos para este fin y otro 50% integrada por parlamentarios, se ha ido abriendo como una posibilidad.

Según la encuesta Cadem del 23 de diciembre, un 36% se inclinaba por esta alternativa, pero en la medición del 6 de enero la cifra pasó a un 43%.

El presidente de Renovación Nacional, diputado Mario Desbordes, es uno de los pocos que se ha referido al tema técnico públicamente. Y lo hizo en medio de la división interna de su partido donde ya un grupo de 21 diputados (de 36) y seis de ocho senadores anunciaran que votarán por la opción de rechazo a una nueva Constitución.

«En lo personal creo que la constituyente mixta es inviable. Ustedes podrían hacer una encuesta acá adentro (del Congreso), y preguntar cuántos diputados están disponibles para irse a la constituyente mixta y van a concluir, igual que yo, que es extraordinariamente difícil de implementar», dijo el oficialista.

El timonel de RN fue aún más categórico al sostener que «puedo asegurar que conozco diputados y senadores de una mano que estarían dispuestos a irse a la convención mixta» e insistió que es por eso que «la veo bien difícil de implementar».

Su mensaje apuntaba a Chile Vamos, en donde la mayoría de la UDI apuesta a que no haya una nueva Carta Magna y en Evópoli se encuentran en proceso de reflexión (sobre el «sí» o el «no») ante los últimos episodios de violencia.

«No hay que tenerle miedo a una convención 100% electa en donde la ciudadanía se va a manifestar. La centroderecha tenemos la opción de ganarla y no dependemos de nadie», recalcó Desbordes.

NORMATIVA

La reforma constitucional aprobada por el Congreso y promulgada por el Presidente Sebastián Piñera y que permitirá el plebiscito, establece en primer lugar que «serán compatibles los cargos de parlamentario e integrantes de la convención mixta constitucional».

En ese sentido detalla que los diputados y senadores que integren esta convención quedarán «eximidos de su obligación de asistir a las sesiones de Sala y comisión del Congreso durante el período en que ésta se mantenga en funcionamiento».

Para eso plantea que el Parlamento podrá incorporar medidas de organización para un adecuado trabajo legislativo mientras la convención mixta constitucional se encuentre en funcionamiento.

Sobre la composición de esta señala que estará integrada por 172 miembros (y no 155 como sería la convención 100% electa), de los cuales 86 corresponderán a ciudadanos elegidos y 86 parlamentarios determinados por el Congreso Pleno, conformada por todos los senadores y diputados en ejercicio.

INCONVENIENTES QUE SE PLANTEAN

En la oposición existe un análisis similar al de Desbordes, por lo que apuestan todos sus esfuerzos y convicción a que será la compuesta completamente por ciudadanos la que triunfará. De hecho, dicen, ni siquiera quieren ponerse en el caso de que pudiera ganar la mixta.

Un diputado socialista conocedor del proceso constituyente consultado por Emol, indicó que el Congreso quedaría en un escenario muy complejo si es que tuvieran que cumplir esa labor e incluso advirtió que podría «paralizarse el trabajo legislativo«. Por lo que invitó a «revisar» la fórmula.

Según comentó tendría que hacerse una redistribución de la labor parlamentaria y distrital, considerando que el trabajo en el Congreso debe seguir y por ejemplo, cada comisión está compuesta por 13 diputados. Además la convención también tiene que trabajar en regiones y sesionar en Santiago para redactar la nueva Carta Fundamental, todo eso tendría que ser complementado con las sesiones legislativas que se hacen en Valparaíso.

En Revolución Democrática también coinciden con centrar las energías en que no gane la mixta, pues aseguran es «inviable» su realización, y descartaron de que por ahora existan conversaciones internas para sondear quién de sus parlamentarios pudiera cumplir ese rol. Incluso desmintieron lo dicho por la diputada Pamel Jiles (PH) quien aseguró que Giorgio Jackson abandonaría el Congreso para ejercer esa labor.

PRÓXIMAS ELECCIONES PARLAMENTARIAS

Otro asunto que advierten los parlamentarios es que el proceso constituyente se cruza con las elecciones a diputados y senadores que se realizará en noviembre de 2021, lo que genera aún más incomodidad y reduce las posibilidades de que algunos quieran participar en esa labor.

Según dice la Ley basada en el acuerdo firmado por los partidos la madrugada del 15 de noviembre, quienes redacten la nueva Constitución -cualquiera sea el mecanismo que se elija- «no podrán ser candidatos a cargos de elección popular mientras ejercen sus funciones y hasta un año después de que cesen en sus cargos en la convención«.

Los plazos indican que los convencionales terminarán su tarea en septiembre o diciembre de 2021, dependiendo si se tardan nueve meses en redactarla o si se acogen a extender hasta un año este ejercicio.

LA PARIDAD

El hecho que la convención -mixta o no- sea paritaria, tema que mantiene en conflicto a Chile Vamos y que la oposición busca consagrar lo antes posible en una ley, también complicaría la realización de una instancia mixta.

El proyecto que ya se aprobó en la Cámara referido a este tema y que ahora está en la comisión de Constitución del Senado, indica que en el caso se que se imponga la opción que mezcla a ciudadanos comunes y parlamentarios, el Congreso Pleno debe «propender al máximo equilibrio entre mujeres y hombres» a la hora de elegir a sus representantes.

Si se cumple exactamente la paridad -aunque la norma apunta a buscar «el máximo equilibrio»-, 43 parlamentarios y 43 parlamentarias deberían ser convencionales, todo esto en el contexto de que en total, sumando ambas cámaras, hay sólo 45 legisladoras. O sea, solo dos quedarían con la labor exclusiva en el Congreso, esto frente a los 153 hombres que integran el Parlamento. (Emol)

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