Como reguero de pólvora. Así amenazan con extenderse por la región los efectos del escándalo de corrupción que golpea a la compañía estatal brasileña Petrobras y que podría provocar el colapso del gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff. Ello, luego que surgieran antecedentes de supuestos pagos ilegales hechos por la constructora Odebrecht, implicada en la trama de corrupción de Lava Jato, a mandatarios y campañas electorales de varios países vecinos.
La luz de alarma se encendió el lunes, cuando el diario Folha de Sao Paulo reveló un informe de 44 páginas de la Policía Federal brasileña que asegura que a Marcelo Odebrecht, dueño de la constructora y preso desde junio de 2015 por por el caso Lava Jato, se le habrían encontrado registros de supuestos pagos en Perú.
Citando a un jefe policial que no identifica, el diario brasileño O Globo también informó que “el análisis de los correos electrónicos de Marcelo Odebrecht presenta ‘robustas evidencias’ del pago de una ventaja indebida a un ex ministro de Transporte de Argentina y al Presidente de Perú, Ollanta Humala”.
Un fragmento del informe policial brasileño difundido por IDL-Reporteros, publicación peruana de periodismo de investigación, entrega más detalles de la supuesta vinculación de Humala: “Se indica la mención al Programa OH, referencia al Presidente de Perú, Ollanta Humale (sic), vinculado a la cantidad de 4.800.000 reales (US$ 3.000.000). La investigación demuestra la realización de diversas obras en el país por Odebrecht, muchas de las cuales fueron financiadas por el gobierno brasileño, habiendo contundentes indicios de práctica de lobby empresarial por la constructora junto a agentes políticos peruanos, así como financiamiento de campañas electorales por la Odebrecht”.
Además, la prensa peruana señala que Humala y su esposa, la primera dama Nadine Heredia, aparecen en al menos tres anotaciones de la agenda de Marcelo Odebrecht, que datan de junio de 2011, mayo de 2013 y octubre de 2014.
Apenas conocido el informe de la Policía Federal brasileña, Humala convocó la noche del lunes al embajador brasileño en Perú, Marcos Raposo Lopes, “para expresar su rechazo ante tales afirmaciones y solicitar información oficial sobre el particular”, según el comunicado de la Presidencia. Por su parte, Odebrecht emitió una declaración en la que asegura que “nunca ha realizado donaciones ni entrega indebida de dinero a partidos políticos o autoridad pública” en Perú.
En cuanto al funcionario argentino citado por el informe, O Globo dice que se trataría del ex ministro de Transporte del gobierno de Cristina Fernández, Ricardo Jaime. El periódico añade que “los investigadores hallaron un cobro del asesor de Jaime, Manuel Vasques, a Odebrecht”. El periódico señala que los pagos fueron hechos a través de la offshore Klienfeld, que ya fue identificada en el caso como uno de los caminos de la coima de Odebrecht en el exterior”.
Las ramificaciones también se extienden a Venezuela. En una declaración efectuada el jueves a la Policía de Curitiba, la publicista brasileña Mónica Moura reveló que en 2011 su asesoría a la campaña electoral de 2012 del fallecido Presidente Hugo Chávez fue pagada en parte por Odebrecht con fondos no contabilizados en una cuenta en Suiza.
Moura dijo que debido a que muchos donantes tenían dificultades para hacer sus contribuciones “fue orientada a buscar a Fernando Miggliacio, ejecutivo de Odebrecht en Brasil, que colaboraría con el financiamiento de parte de la campaña” de Chávez, que habría costado US$ 35 millones y a la que la constructora habría aportado con US$ 3 millones a través de una cuenta offshore con el nombre ficticio de la empresa Klienfeld.
Moura se encuentra detenida desde el martes junto a su esposo, el también publicista de Rousseff, João Santana, por su presunta participación en el esquema de corrupción de Petrobras. La pareja propietaria de la consultora Polis Propaganda e Marketing fue la responsable de la campaña para la reelección de Dilma Rousseff en 2014 y también asesoró durante sus campañas al ex Presidente de El Salvador, Mauricio Funes y a Nicolás Maduro en Venezuela.