Crisis es un cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación. Es una situación mala o difícil (RAE).
El rechazo de la reforma tributaria generó una crisis, que puede contaminar otros proyectos de ley. Es una situación mala y difícil; y un cambio profundo de las proyecciones del Gobierno y la oposición. ¿Existe una oportunidad si se modifican las razones del rechazo?
Un opositor dijo: “Durante ocho meses le dijimos al Gobierno que negociáramos lo central de la reforma. El ministro no quiso porque se guardaba para el Senado y lamentablemente no llegó al Senado, murió acá. ¿Por qué? Porque no quiso negociar el fondo de la reforma”. Otro: “el Gobierno tiene que conversar. Nos manda a buscar para mesas, para hacer check list y el Gobierno no escucha”. ¿Más trabajo prelegislativo y captar mejor los sentimientos de ese ambiente?
Una opinión dura: “esta reforma era radical, alejada de la realidad, despreocupada de la necesidad que requiere Chile de crecer”. Por lo menos, no se descartan cambios.
El Gobierno enfrentará varios frentes, todos muy complejos. Uno: calibrar el momento de gastos importantes, para mantener un equilibrio fiscal. Otro: evaluar cómo disminuir, de verdad, la ineficiencia al interior del aparato público. Puede ser poco, por la estructura y las normas que regulan el gasto, pero ayuda y enviaría un mensaje positivo.
El tercero es difícil. Buscar instrumentos tributarios aceptables para la mayoría del espectro político, en un ambiente muy contaminado por posiciones rígidas, que han transformado instrumentos en fines, o que sostienen creencias ya fuera de la experiencia mundial.
Para tener una oportunidad, se debería suponer que las diferencias no se van a exacerbar con la propuesta de nueva Constitución, o en la conmemoración del golpe militar, o en disturbios, o en declaraciones cruzadas. Como se dice en economía, son supuestos “heroicos”. Ojalá no sean la cuadratura del círculo. (El Mercurio Cartas)
Hugo Lavados Montes
