Las fuerzas gubernamentales sirias asestaron este sábado (10.03.2018) un duro golpe a los rebeldes del enclave de Guta Oriental, a las afueras de Damasco, dividiendo en dos el bastión opositor y aislando su principal población, Duma, del resto de las zonas que aún controlan las milicias islamistas.
Según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos, las tropas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, han aislado las localidades de Duma, Harasta y las granjas de Al Rihan del resto de Guta Oriental, objetivo de una gran ofensiva militar por parte del régimen sirio.
El Observatorio precisó que, además, los soldados, que cuentan con el apoyo de Rusia, consiguieron cortar las comunicaciones entre Duma y Harasta tras tomar de manera efectiva gran parte del territorio que separa ambas localidades y de tener el resto de las zonas al alcance de su armamento.
De esta manera, estas dos localidades quedan aisladas entre ellas y del resto del enclave, del que las fuerzas islamistas armadas controlan menos del 50 por ciento.
La agencia oficial de noticias SANA informó de que el Ejército sirio logró este sábado nuevos avances contra los rebeldes, a los que denomina «terroristas». SANA indicó que las tropas avanzaron por los alrededores de la localidad de Mesraba, al sur de Duma y en las granjas de Afatris. Asimismo, agregó que las operaciones militares se centran en el frente de Mesraba y Madira, una población cercana a la primera.
La agencia siria también indicó que las tropas del Ejército siguen manteniendo un corredor para la salida de civiles y denunció que las fuerzas rebeldes mataron a una mujer y a tres niños que intentaban salir de las zonas cercadas por el régimen.
CASI MIL CIVILES MUERTOS DESDE EL 18 DE FEBRERO
Estos avances se han producido en medio de «intensos combates» entre las fuerzas leales a Damasco y la facción islamista Ejército del Islam, que han estado acompañados de bombardeos aéreos. Según la ONG, desde el 25 de enero al menos 146 soldados progubernamentales han fallecido, así como 118 milicianos de las facciones islamistas.
Un número estimado de 400.000 personas en el enclave, asediado por el Ejército sirio desde 2013, están en gran parte desprovistas de ayuda humanitaria y los activistas han advertido de que la situación puede llegar a ser catastrófica cuando se agoten las últimas reservas de alimentos y medicinas.
De acuerdo con el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, al menos 976 civiles, entre ellos 208 niños, han muerto en Guta Oriental desde el 18 de febrero, cuando las fuerzas del presidente Bashar al Assad iniciaron su gran ofensiva. (DW, efe, reuters, dpa)
