Una nueva polémica sacude a la Municipalidad de Providencia, básicamente a su política cultural en lo referido al fomento lector. Si hace algunas semanas el conflicto estaba en la cancelación de la tradicional Feria del Libro Infantil -que hace 30 años se realizaba en la comuna- por presuntas razones presupuestarias, ahora fue el hallazgo de un buen número de libros que fueron botados a los contenedores de reciclaje por instrucción municipal.
Como era de esperar, las fotos de los textos en contenedores de desperdicios provocaron que ardieran las redes con interacciones que reprochaban la orden edilicia, considerada como un «despropósito».
El malestar era doble, ya que los libros provenían de uno de los dos puntos de préstamos de libros en Providencia, específicamente el de Chile España, conocidos como «Cafés al Aire Libro», y que fueron cerrados hace dos meses, también por instrucción municipal, causando indignación en los vecinos de la comuna.
Daniela Herrera, vecina de Providencia, fue quien encontró los libros y publicó las fotos en su página de Facebook. «Ayer en la tarde la mamá de un amigo me llamó para decirme que habían botado todos los libros de la biblioteca. Yo vivo en la esquina así que fui a ver descubrí que efectivamente estaban estaban un montón de libros en dos contenedores de reciclaje. Yo creo que aproximadamente eran unos 200».
Entre los textos, Herrera encontró varios títulos infantiles y diccionarios. «Lo que más vi fueron libros de lectura obligatoria en el colegio como Gracia y el Forastero y otros cuentos chilenos que incluso los llevé a mi casa. La verdad es que no están nuevos, obvio, pero no les faltan páginas ni tienen las tapas rotas. Cuando llegó más tarde la gente de reciclaje encontraron libros en inglés y diccionarios también. Había uno de francés-español y me llamó la atención porque uno de los trabajadores de reciclaje era haitiano y incluso se quedó con él», cuenta.
En respuesta a la polémica, la Municipalidad emitió una aclaración pública en su cuenta de Twitter, por lo que consideraron era una información falsa. «Libros en buen estado se llevaron a la sede central y otros, con hongos y sin catalogar, a reciclaje». En la aclaración la Municipalidad insistió que era un error decir que » todos los libros fueron botados a la basura», ya que según ellos solo habían botado los que por su estado «no consideraban aptos para los vecinos». (El Mostrador)