Desigualdades y abusos: la clave política

Desigualdades y abusos: la clave política

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Decenas de dirigentes políticos, analistas, columnistas y líderes de opinión muestran su constante preocupación sobre cómo marcha el sistema institucional, político, económico y social en nuestro país.

Así mismo, surgen diagnósticos muy diversos sobre cómo han evolucionado Chile y sus claves políticas en los últimos 30 años. En ese contexto quisiera poner, reiteradamente, un punto de vista que coloca en las desigualdades y en los abusos la clave política para intentar comprender la desconfianza ciudadana en los partidos políticos, en el Congreso Nacional, en los gobiernos, y en un conjunto de instituciones fundamentales de la república.

La perspectiva que quiero colocar se sitúa pensando en los criterios que la mayoría ciudadana observa sobre el acontecer del país. Sostengo que la despolitización, la falta de confianza en las instituciones y el abstencionismo electoral tienen su raíz en la percepción ciudadana de desigualdades no superadas y de abusos reiterados por parte de los diversos poderes.

Solo refiriéndome a información de carácter público de los últimos meses con respecto a estos temas, enumero lo siguiente:

Según el INE en su encuesta de presupuestos familiares sobre ingresos y gastos, el 80% de las familias chilenas no alcanza a llegar a fin de mes.

Según la misma institución la mediana de ingresos en Chile por persona es de $469.000 al mes y el promedio es de $350.000 mensuales.

Una prestigiosa consultora internacional, BCG, describiendo el mapa de la riqueza en Chile concluyó que 140 chilenos mayores de 18 años poseen un patrimonio financiero de US$ 90.000 millones. Así mismo esta misma empresa, sostiene que 23.000 chilenos, incluyendo los anteriores, poseen un patrimonio financiero de US$ 210.000 millones. Paradojalmente la propuesta gubernamental de integrar el sistema tributario le devuelve a estos chilenos alrededor de US$ 400 millones.

La Superintendencia de Pensiones, sobre un universo de 4.800.000 trabajadores afiliados a las AFP, determina un ingreso líquido promedio de $450.000 mensuales.

La Fundación Sol, en su último trabajo, determina que el año 2018 se jubilaron 185.000 chilenos, de los cuales más del 50% obtuvo una pensión de alrededor de $48.000.

Otros estudios determinan que el endeudamiento de los chilenos alcanza al 76% de ellos.

A propósito de ESSAL, la máxima sanción en dinero, $600 millones, corresponde al 0.2% del capital de dicha empresa

En el primer semestre de este año, el sistema financiero obtuvo utilidades por US$ 2.000 millones, un 22% más que en el mismo periodo del año anterior.

En materia laboral, y apropósito del caso de la Piccola Italia, recuerdo que la tasa de sindicalización es solo el 20% y la tasa de negociación colectiva es solo el 8%. Solo imagínense en la Piccola Italia además el proyecto de flexibilidad laboral del Gobierno. La principal norma laboral en Chile no está en ningún código sino en una práctica que se expresa en la siguiente afirmación: “Si no te gusta, te vas”.

De acuerdo a un trabajo de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, en el periodo 2006-2015, la rentabilidad promedio anual de las AFP alcanzó un 25%. El riesgo de mercado, que legitima la ganancia, estaría alrededor del 5% de rentabilidad anual, lo que implica que en esta industria de los US$ 4.000 millones, obtenidos en ese periodo, US$ 3.500 millones fueron “ganancia excesiva”.

A propósito de ESSAL, la superintendencia respectiva ha descubierto a 7 sanitarias en las mismas condiciones de vulnerabilidad que la sanitaria osornina.

Este mismo diario publicó hace un mes que el fondo común municipal permite la existencia de 251 municipios que dependen en más de 50% de su presupuesto, de dicho fondo. Dicho fondo se alimenta en un 65% del impuesto territorial y de esa cifra un 60% lo aportan las comunas de Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea y Providencia.

Hemos conocido en el último informe especial de TVN que hay miles de millones de pesos eludidos o evadidos en el impuesto territorial de las comunas mencionadas por las más diversas razones. Cada peso que no se paga en contribuciones en las comunas de altos ingresos, es un peso menos para las comunas más pobres del país.

Finalmente, como expresión adicional de la desigualdad territorial en Chile, este mismo diario publicó la provisión de servicios para los vecinos en diversas comunas de la Región Metropolitana. Se analizaron 9 tipos de servicios, a saber: bancos; grandes cadenas de farmacias; otras farmacias; grandes cadenas de supermercados; otros supermercados; grandes cadenas de comida rápida, otras marcas de comida rápida; strip centers y, finalmente, malls.

Un vecino de la comuna de Santiago tiene 1.424 servicios a su disposición; un vecino de la comuna de Las Condes, 720; un vecino de Maipú, 621, y un vecino de Providencia, 449 servicios. Si usted es vecino de San Ramón tiene solo 42 servicios; si usted vive en La Granja, solo 41; si vive en La Pintana, solo 31; si vive en Cerro Navia, solo 39, y si vive en Lo Espejo, solo 28. En el caso de esta última comuna, los chilenos que allí residen tienen un solo banco, BancoEstado, ninguna cadena de farmacias, ninguna cadena de comida rápida, ningún mall, solo un strip center: solo dos grandes cadenas de supermercados, etc.

Después de lo escrito en esta columna, algunos se preguntarán porque hay desconfianza, incredulidad, despolitización, abstención electoral, individualismo exacerbado y rechazo a todo lo público. Son las desigualdades y los abusos, estúpidos.

 

Francisco Vidal/El Mercurio

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