Desde su retorno a China en 1997, Hong Kong se ha distinguido por su estabilidad social, desarrollo económico y el Estado de Derecho. Sin embargo, según han informado los medios locales, Joshua Wong y su cómplices, bajo la excusa de celebrar manifestaciones y reuniones, han llevado a cabo diversos actos ilegales y violentos. Ellos destrozaron deliberadamente las instalaciones públicas, obstruyeron el tráfico, paralizaron el aeropuerto, impidieron a ciudadanos y turistas extranjeros salir o trabajar y forzaron a los ciudadanos a participar en huelgas.
Además de lo anterior, estas personas también pretendieron minar el Estado de Derecho y el orden social de Hong Kong, atacando a la policía con armas letales, como pistolas láser y bombas de gasolina; golpeando a los ciudadanos y periodistas, y obstruyendo con malas intenciones la llegada del personal médico. Cualquier persona sin prejuicio podrá estar de acuerdo en que tales actos han cruzado la línea de fondo de la sociedad civilizada y han atravesado las fronteras de las manifestaciones pacíficas y la libre expresión de opiniones, y ningún país puede tolerarlos.
La situación actual de Hong Kong no tiene nada que ver con la supuesta democracia y libertad, el problema esencial ahora es la intención de algunos radicales violentos de derrocar al gobierno legítimo de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, desafiar la autoridad del gobierno central a través de la violencia, convirtiendo a Hong Kong en una “cabeza de puente” para minar la estabilidad y el desarrollo de China. Más de dos meses de protestas radicales y actos violentos han afectado gravemente la economía y el bienestar del pueblo hongkonés. En el primer semestre del año en curso, casi todos los indicadores económicos y sociales de Hong Kong han registrado caídas, y la economía está en el peor momento de la última década.
Joshua Wong y sus cómplices siempre pregonan lo democrático que fue Hong Kong bajo el dominio británico, lo cual solo muestra su ignorancia sobre la historia y su intención de distorsionar la realidad. En 1840, los británicos, después de vender opio a China, provocaron la guerra y ocuparon Hong Kong. Desde ese entonces, los colonos británicos nunca han permitido que el pueblo hongkonés elija a su jefe ejecutivo ni los miembros del cuerpo legislativo. Para el Reino Unido, Hong Kong y los hongkoneses no son más que herramientas para exprimir dinero. Solo después de que Hong Kong regresa a China en el año 1997, los hongkoneses empiezan a tener el verdadero derecho democrático de ser dueños de su lugar.
El señor Bellolio viajó a Hong Kong para reunirse con Joshua Wong, y no sé qué es lo que ha conseguido. Espero que pueda trabajar más para el pueblo de su distrito. Como saben, las ciudades chinas como Beijing, Shanghái, Shenzhen y Guangzhou ya han sobrepasado a Hong Kong en el PIB, por eso lo que necesita Hong Kong no es turbulencia y violencia, sino estabilidad y desarrollo, que también necesitan otros países, incluyendo Chile. (El Mercurio)
Xu Bu
Embajador de China en Chile