El diputado socialista Juan Luis Castro, que postula al Senado por Rancagua, pone paños fríos. Desdramatiza “que 300 militantes del partido decidan adherir a la candidatura del Frente Amplio y el PC, Gabriel Boric, en vez de sentirse convocados por la de la senadora Yasna Provoste .
El socialista Juan Luis Castro, miembro del sector Nueva Izquierda de la tienda (el sector de Paula Narváez, Camilo Escalona y Michelle Bachelet), es considerado una de las cartas fuertes del PS para la Cámara Alta. Comenta la llegada del ex subsecretario Defensa de Bachelet, Marcos Robledo y de la diputada Maya Fernández, al comando de Boric.
—¿Cómo figura del socialismo qué le parece un compañero del partido se cambió de abanderado presencial?
—Creo que los partidos funcionan por convicciones y no por imposiciones. Es evidente que un sector de las filas socialistas, que no es mayoritario, tuvo un desplazamiento hacia Boric. Partiendo por Maya Fernández, otros antes, otros después. Ahora, Robledo. No es una sorpresa que alguno más se agregue. En este caso Marcos Robledo fue subsecretario de la presidenta Bachelet, tuvo un encargo igual que Marcelo Díaz, quien además creó un referente propio, y también está con Boric.
—Díaz renunció al partido. ¿Robledo también?
-No, Maya tampoco. Pero esto tiene que decantar después de las elecciones. No es la hora de cuestionar ni de hacer un alboroto por algo que podía suceder en algunos casos, pero no en la mayoría. Un partido en el que salen 300 personas de un total de 40,000 es algo que puede suceder, pero no es un quiebre. No implica algo cuantitativamente grande.
— El ex presidente del PS, Gonzalo Martner, dijo que eso puede ayudar a conversar en una segunda vuelta. ¿Lo comparte?
—Va a depender de cómo se configuren las cosas en segunda vuelta. Habrá todo un escenario de reordenamiento. Eso es natural que suceda. Las conversaciones se van a hacer sobre la base de un programa que permita en lo posible hacer un gobierno de coalición.
—¿En una segunda vuelta la presencia de socialistas ayuda a negociar?
—No. Las negociaciones con el Frente Amplio, ellos lo saben, se hacen con la institución del Partido Socialista, no con los descolgados del partido. Independientemente del fenómeno de estos casos, la conversación va a ser con los parlamentarios, con la directiva de Álvaro Elizalde, con los órganos habituales y sus bases para resolver. Las negociaciones de segunda vuelta con el Frente Amplio serán con la mesa del PS, no con los descolgados, o las personas que anticipadamente entraron a apoyar otro candidato.
—¿El Frente Amplio estaría disponible a incorporar cuadros del Nuevo Pacto Social a un comando, en caso que ganar el balotaje?
— Todos se necesitan a todos, eso está claro va a depender de cómo se dé el escenario de primera vuelta. El que pase va a requerir del apoyo de los conglomerados que son de su mundo. Y eso va a ser motivo de una conversación en los primeros días de la primera vuelta. Llevamos segundas vueltas desde 1999.
—¿Cómo será la correlación de fuerzas entre los partidos liderados por Boric y Provoste en el Congreso?
—Decir números sería sólo hacer ciencia ficción. Sin embargo, va a haber un cierto equilibrio de fuerzas políticas. Nadie va a desaparecer ni a atrofiar demasiado, pero habrá una redistribución de fuerzas políticas. Eso pasó en la Convención Constituyente, donde el mundo socialista tuvo una buena representación y esa va a ser la tendencia. (El Dínamo)