Domínguez insta a terminar con «cultura de la funa» en la Convención

Domínguez insta a terminar con «cultura de la funa» en la Convención

Compartir

El vicepresidente de la Convención, Gaspar Domínguez, se refirió este viernes al tenso episodio que se vivió ayer luego del rechazo al informe de la comisión de Medio Ambiente en el pleno, señalando que si bien es «esperable que puedan encenderse las pasiones», esto debe tener un «límite» antes de llegar a las descalificaciones a los otros.

Tras el resultado, convencionales de la Coordinadora Plurinacional, ecologistas y de escaños reservados apuntaron contra los socialistas y los increparon en el hemiciclo por no votar a favor, incluso tildándolos de «traidores». El hecho incluso terminó con gritos al interior del órgano.

En entrevista con Radio Agricultura, Domínguez comentó que el informe «tenía elementos muy relevantes que generan muchos disensos como son los que tienen que ver con concesiones mineras y el cobre, los derechos de agua. Y después de varias horas de deliberación y discusión sobre este tema se votó en general, que es la votación que de alguna manera incluye el pack de todas las normas. Si esto se aprueba se empiezan a votar en particular».

Con ello, relató que «hubo un grupo de constituyentes que haciendo uso de su legítimo derecho votó en contra. Esto suscitó de inmediato gritos de algunas personas que estaban dentro del auditorio llamándolos ‘traidores’ y encendiendo los ánimos dentro de la sala. Y entiendo que posteriormente afuera esto se había mantenido e incluso hubieran aumentado por parte de terceros que estaban en el patio y la verdad yo no lo presencié personalmente».

«Está demás decir que ese tipo de instancias no son las que queremos en las que se dé el debate, porque esta discusión tiene sobre otros temas muy relevantes y tenemos que tener la capacidad de poder escucharnos respetuosamente y a través de los argumentos persuadirnos», apuntó.

Asimismo, Domínguez expresó que «estamos discutiendo cuestiones que generan amplios disensos y que encienden también emociones de distintos sectores, es natural, es legítimo y es esperable incluso de que en el contexto de estas discusiones pueden encender las pasiones de distintos lados que tienen distintas posiciones».

Y agregó que «yo creo que hasta ahí es una cuestión natural y razonable, pero debemos que tener la capacidad de que estas pasiones lleguen a un límite y, a mi juicio, ese límite es el descalificar al otro y en ese sentido, nunca se podrá validar una manifestación política que consista en denostar lo que tenemos al frente en vez de referirnos a las ideas».

«Esto no solo fue un hecho aislado el que ocurrió ayer, sino más bien que la cultura de la funa de apuntar con el dedo al que piensa distinto es más bien una práctica que se ha ido instalando en la política nacional y en el mundo y creo que tenemos que pensar el problema general y pensar qué hacemos para promover espacios de mayor respeto», sostuvo. (Emol-Agricultura)

Dejar una respuesta