El 19 de diciembre de 1987 el planeta Tierra sobrepasó el presupuesto de sus recursos naturales para ese año. Desde entonces los hemos ido agotando más rápidamente. En 2016, el 8 de agosto es el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. DW habló con Mathis Wackernagel, cofundador de Global Footprint Network, una organización internacional que intenta influir y concienciar tanto a los gobiernos como a los individuos sobre los recursos naturales de nuestro planeta.
Deutsche Welle: ¿De qué se trata realmente cuando se habla de huella ecológica?
Mathis Wackernagel: La huella ecológica es un sistema simple de medición que contempla al mundo desde una perspectiva física, un poco como un granjero. Por un lado, medimos de cuánto terreno productivo disponemos ecológicamente hablando. En otras palabras, la capacidad real ya sea como país, región o comunidad mundial. Entonces podemos comparar esto con nuestra huella que mide cuánto terreno se necesita para poder producir todo lo que necesito, como por ejemplo, mi jugo de naranja, mis papas o mi algodón, para absorber el CO2 originado de la quema de combustibles fósiles y para alojar a las ciudades en las que vivimos.
Usted menciona el CO2. ¿Cómo encaja el C02 en el concepto general de la huella ecológica?
La huella de dióxido de carbono se está convirtiendo en una parte relevante de la huella ecológica. Si deseamos mantener la meta de la Cumbre Climática de París y no superar los dos grados Celsius, tendríamos que obtener una huella de carbón cero hasta 2050. El factor restrictivo es la capacidad del planeta de reponerse. En la actualidad, la huella de C02 supone más del 60% de la huella ecológica de la humanidad. Nuestra economía se basa en gran parte en combustibles fósiles y este es el reto al que nos enfrentamos.
¿Qué significa todo esto en la práctica?
Significa que no podemos seguir más de 20 años al nivel actual de emisiones. Es decir, en un breve periodo tendremos que dejar de usar los combustibles fósiles.
El 8 de agosto es el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. ¿Qué significa?
Nuestro resultado se puede visualizar de forma muy simple: la cantidad de recursos naturales que usamos desde el primero de enero hasta el 8 de agosto es lo que el planeta es capaz de reponer en un año.
¿Cómo se calcula?
Empleamos estadísticas de las Naciones Unidas para añadir las necesidades de la humanidad: alimentos, textiles y energía. Y lo que hacemos es comparar los datos con la cantidad de terreno disponible en el planeta para reponer dichos materiales. En la actualidad, consumimos materiales y energía procedentes de la naturaleza alrededor del 60% más rápido de lo que pueden reponerse.
¿A qué nivel estamos en 2016 comparado con otros años?
La sobrecapacidad global es ligeramente más alta este año que en 2015. El aumento es más lento que hace 10 o 15 años, pero sigue creciendo.
¿Hay países que son ejemplares a la hora de reducir su huella?
Alemania ha sido un pionero en el cambio energético y está comenzando de forma lenta a reconstruir su sistema energético. Pero sigue siendo muy dependiente de los recursos extranjeros. Si todo el mundo viviera como en Alemania, se necesitarían tres planetas para poder sustentar su modo de vida. Costa Rica está descarburando su sistema eléctrico y ha hecho un gran progreso. Pero, en general, diría que la rapidez y la escala de cambio no son las adecuadas para no superar los dos grados Celsius.
Creo que todos pensamos que deberíamos hacer algo bueno por el planeta, pero nadie quiere prescindir de su estilo de vida por la Tierra. Vivimos por encima de nuestras posibilidades ecológicas. (DW)