Durante el segundo trimestre la economía registró un crecimiento de 1,9% respecto de igual período del año anterior, acumulando una variación de 2,2% en el semestre, informó esta mañana el Banco Central.
La cifra marca una desaceleración respecto al incremento de 2,5% anotado en el primer trimestre (el que fue corregido desde el 2,4% reportado inicialmente) y es el peor desempeño desde el 1,8% registrado en octubre – diciembre de 2014.
En términos desestacionalizados, el Producto Interno Bruto (PIB) no registró variación con relación al trimestre anterior.
El efecto calendario resultó igual a -0,1 puntos porcentuales, tras registrarse un día hábil menos que en igual período de 2014.
Desde la perspectiva del origen, el resultado del PIB se explica por un acotado incremento en la mayoría de los sectores, junto a las caídas de pesca y restaurantes y hoteles. En contraste, comunicaciones destacó por su dinamismo.
En términos de contribución, el sector servicios personales fue el principal, seguido de construcción y servicios empresariales. Por su parte, pesca anotó la mayor incidencia negativa.
La demanda interna aumentó 2% en doce meses, cerrando el semestre con un alza de 1,6%. En términos desestacionalizados, se mantuvo invariable respecto al trimestre anterior.
El aumento de la demanda interna fue liderado por el consumo total, principalmente de los hogares. Aunque en menor medida, la inversión también contribuyó, incidida por una menor desacumulación de existencias. En tanto, la formación bruta de capital fijo (FBCF) se contrajo un 3%, producto de una menor inversión en maquinaria y equipo.
Por su parte, las exportaciones e importaciones de bienes y servicios cayeron 4,9% y 5,1%, respectivamente, arrastradas, principalmente, por el componente de bienes. El ingreso nacional bruto disponible real aumentó 3,9%, impulsado por las menores rentas pagadas al exterior. Adicionalmente, el resultado se vio favorecido por el mayor efecto de la relación de términos de intercambio.
El ahorro bruto nominal resultó igual a 20,7% del PIB, tasa que refleja un ahorro nacional de 21,9% y un superávit de 1,2% en cuenta corriente.