«El dato de desvinculación educativa que tuvimos en octubre del año pasado fue de cerca de 50 mil estudiantes». Estas fueron las declaraciones del ministro de Educación, Nicolás Cataldo, este domingo en conversación con Estado Nacional.
Así, se refirió a los dichos de la alcaldesa de La Pintana, Claudia Pizarro, quien cifró en 190 mil a los desertores. Cataldo reconoció que la cifra continúa siendo «brutal», pero sostuvo que «es consistente con los años anteriores».
A pesar de esta afirmación, la cifra avivó la preocupación en los expertos en educación. El presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, dijo a Emol que «es un fracaso del sistema cada vez que un joven deserta de sus estudios, así debe verse independiente de que las cifras crezcan o bajen», agregando que es un tema «complejo, multifactorial y asociado a la pobreza».
De esta manera explicó que hay casos de jóvenes que desertan del sistema por la necesidad económica de ayudar a sus familias, «más complejo y difícil es cuando la deserción está asociada a jóvenes reclutados por bandas delictuales, asunto que ha crecido en el último tiempo», cuyo retorno «es más difícil porque entran en una espiral distinta. Se alejan absolutamente de la escuela».
Desde Acción Educar, el economista e investigador Agustín Foxley, explicó que «al desertar del nivel escolar, la trayectoria de vida puede verse seriamente deteriorada», ya que «quienes abandonan el sistema pierden la oportunidad de acceder a niveles de educación posteriores, reduciendo sus futuras expectativas de renta, así como su empleabilidad esperada».
Lo anterior se traduce en una «menor satisfacción hacia el trabajo y la vida en general», así sostuvo que «desde todo punto de vista, un alumno que abandona el sistema educativo está comprometiendo su futuro, y junto con esto el crecimiento del país».
La presidenta de Fundación Escuelas Abiertas, María Teresa Romero, apuntó a la ausencia del Estado. Esta «implica un incremento de la deserción escolar; niños y jóvenes que quedan a merced de bandas de narcos y delictuales. No es de extrañar entonces el aumento de la delincuencia y el narcotráfico con tantos niños excluidos del sistema escolar».
De esta manera, se refirió al incremento de violencia al interior de los establecimientos educacionales como un factor, el que «no es atractivo para los estudiantes y las familias. El no ofrecer oportunidades educativas de calidad hace que los niños y adolescentes no vean el colegio como un lugar protector y de movilidad social (…) El Estado le está fallando a miles de niños y familias que no ven oportunidades en la educación».
Parlamentarios de la Comisión de Educación también entregaron a Emol su visión. Desde el PS, el diputado Juan Santana sostuvo que «no es posible desentenderse de aquellos alumnos que dejan de estudiar, de creer en el sistema escolar como una alternativa. Debemos ir a buscarlos».
El diputado republicano, Stephan Schubert, expuso que la deserción escolar es una «mala noticia» y profundizó en un fenómeno en aumento durante los últimos años: «estamos disputándonos los niños con el narcotráfico. En las poblaciones el narcotráfico les ofrece una vida de sueños, de mucho dinero, armas, joyas, cosa que el sistema escolar no puede ofrecer y la deserción se entiende que muchos de los niños no están dando exámenes libres, sino que son capturados por el crimen organizado«.
A juicio de la diputada RN, Marcia Raphael, estas cifras representan «el fracaso absoluto del Estado en materia de educación, dejando a la deriva y con muchas posibilidades de que estudiantes que dejan el sistema escolar sean atraídos por el mundo delictual y del crimen organizado».
CÓMO COMBATIR LA DESERCIÓN ESCOLAR
En cuanto a las opciones para enfrentar esta realidad, Aguilar se inclinó por programas de prevención, ya que a esta altura -sostuvo- «es muchísimo más relevante lo que se puede prevenir que lo que se puede hacer después que el joven ha desertado».
Para Foxley es necesario «dotar de más presupuesto a los equipos territoriales de asistencia y revinuclación, ya que en 2023 un total de 167 comunas del país no lograron contratar un profesional para este fin», propuesta similar a la del legislador PS.
«Es necesaria una estrategia integral, pero también recursos: utilizar el 2% del presupuesto en educación para hacer frente a problemas históricos y acentuados por la pandemia», dijo Santana, manifestando que esto «está tardando y debiese ser prioritario. Insistiremos transversalmente en su uso para resguardar la educación de los niños, niñas y adolescentes».
A juicio de Romero, es urgente «ser firmes con la violencia dentro de los colegios, dar mayores atribuciones a los directores y apoyos para retener a los estudiantes». Finalmente, Schubert indicó que le gustaría que el ministro Cataldo realice un balance de los planes aplicados, analizando si han sido efectivos.
«Hay planes aplicados que no se han medido su impacto. Necesitamos adoptar esta temática, ponerla como algo grave y empezar a trabajar en conjunto para disminuir esta brecha que además nos va a llevar al analfabetismo y a un serio problema de las próximas generaciones». (Emol)