Estados Unidos ha anunciado este viernes nuevas sanciones contra Venezuela, que se dirigen en concreto contra su industria petrolera, considerada la principal fuente de ingresos del Gobierno de Nicolás Maduro.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro ha incluido en su lista de sancionados dos empresas que trabajan en la industria petrolera de Venezuela, un barco que transporta crudo de Venezuela a Cuba y 34 barcos propiedad de la petrolera estatal, PDVSA.
«Estados Unidos continúa emprendiendo fuertes acciones contra el régimen ilegítimo del ex presidente Nicolás Maduro, no solo para aislar las empresas corruptas de Venezuela, sino también para atacar a sus aliados en La Habana«, ha explicado el Tesoro estadounidense en un comunicado.
El secretario del Tesoro, Steven T. Mnuchin, ha esgrimido que «Cuba ha sido una fuerza subyacente que ha alimentado la crisis en Venezuela». «Cuba continúa beneficiándose y apoyando al régimen ilegítimo de Maduro a través de los esquemas de represión por petróleo que le mantienen en el poder», ha reprochado.
Washington ha explicado que «Cuba es uno de los mayores importadores de crudo de Venezuela y, a cambio, envía asistencia a Venezuela en forma de asesores políticos, de Inteligencia y militares, así como profesionales sanitarios, todos ellos usados para garantizar que Maduro sigue en el poder«.
Mnuchin ha reiterado «el compromiso de Estados Unidos con una transición hacia la democracia en Venezuela y hacer responsable al régimen cubano por su implicación directa en la muerte de Venezuela».
La crisis venezolana se agudizó el 10 de enero a raíz de la decisión de Maduro de iniciar un segundo mandato que no reconocen ni la oposición ni gran parte de la comunidad internacional por considerar que las elecciones presidenciales del 20 de mayo fueron un fraude.
El 23 de enero, el líder opositor Juan Guaidó se autoproclamó «presidente encargado» de Venezuela obteniendo el reconocimiento de buena parte de la comunidad internacional, incluidos Estados Unidos, la mayoría de países latinoamericanos y numerosos europeos, para que gestione una transición pacífica que culmine con nuevas elecciones. (SoyChile-DPA)