Ampliamente más débil a lo esperado fue el desempeño de la actividad económica de Estados Unidos en el segundo trimestre. Si bien las cifras dan cuenta de que la recuperación efectivamente ya está en marcha y lo peor del Covid-19 sería cosa del pasado, el dato del Producto Interno Bruto (PIB) del país estuvo lejos de lo esperado por el mercado.
La primera estimación del indicador reveló que entre abril y julio de este año, la mayor economía del mundo creció 6,5%, y si bien se mantiene la tendencia de lo visto en el período previo, la lectura es fuertemente más baja que el 8,4% que habían anticipado analistas.
En el primer trimestre del año, el PIB de la principal economía global repuntó 6,3%, algo recibido como una buena noticia luego del derrumbe de 3,5% de la actividad en 2020. Esto fue resultado de un colapso de 31,4% de la actividad el segundo semestre del año pasado, y de un rebote de 33,4% en los tres meses siguientes. Al dejar fuera las inéditas cifras del año en que irrumpió la pandemia, la expansión de abril a julio es la más fuerte que ha registrado EEUU desde el tercer trimestre de 2003.
De acuerdo al informe del Departamento del Comercio, el factor que más influyó en el alza general fue el salto que dio el consumo personal, que creció un 11,8% ente abril y julio y representa el 69% de la actividad. La inversión fija no residencial, las exportaciones y el gasto de los gobiernos locales y estatales también impulsaron la actividad del último trimestre.
Gracias a esto, la economía estadounidense logró volver a su nivel previo a la pandemia, algo impensado al comparar el desempeño de la actividad con recesiones anteriores, ya que luego de la crisis financiera de 2008 y 2009 el PIB demoró dos años en recuperarse totalmente.
En el reporte de este jueves también hubo elementos que generaron cierta preocupación, y que llevaron al Producto a crecer menos de lo anticipado. La inversión privada doméstica, por ejemplo, cayó 3,5% en el período analizado, lo que daría cuenta de una baja en las nuevas inversiones inmobiliarias. El aumento de las importaciones también fue más débil a lo anticipado, y la tasa de gasto del gobierno federal bajó 5%, de acuerdo a la Oficina de Análisis Económico del país.
El informe también hace referencia al aumento de la inflación en el país, pues el índice de precios PCE incrementó un 6,4%, frente al 3,8% que había subido en los primeros tres meses del año. El PCE básico, que deja fueralos costos de energía y alimento, saltó un 6,1%, fuertemente más arriba que el 2,7% de enero a marzo.
HACIA ADELANTE
Paul Ashworth, economista jefe para EEUU de Capital Economics, escribió tras conocerse el dato que factores como la disminución del impacto del estímulo fiscal, el aumento de los precios que debilita el poder adquisitivo, la variante Delta «enloqueciendo» en el sur y la tasa de ahorro más baja de lo contemplado, el crecimiento del PIB se desaceleraría a 3,5% anualizado en la segunda mitad de este año.
La expansión de la pandemia es una preocupación para todas las autoridades. La Reserva Federal planteó ayer que «la trayectoria de la economía sigue dependiendo del curso del virus», a lo que se suman los esfuerzos de la administración de Joe Biden y de varios gobernadores por los efectos que pueda tener dicho brote.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó esta semana la actualización de su panorama económico mundial, y estimó que el PIB del país crecería un 7% este año, liderando entre las economías avanzadas y siendo uno de los tres países cuyo Producto saltará más este año -junto con China e India-. (DF)