¿Se sigue de estar de acuerdo con la necesidad de la intervención militar el 11 de septiembre de 1973, dado el contexto de la época, el estarlo con celebrar esa intervención y la posterior dictadura el día de hoy con fines político-publicitarios? La respuesta, a la luz de la razón, es negativa: perfectamente se puede considerar el Golpe como necesario en su contexto y condenar que se lo celebre con fines publicitarios el día de hoy. Hay varias razones para ello. Entre ellas me parecen especialmente relevantes, primero, que hoy se sabe el brutal costo humano que tuvo la dictadura, mientras que en ese momento era imprevisible; segundo, que celebrar Golpe y dictadura en un contexto democrático debilita el orden democrático vigente; y, tercero, que se puede ver el Golpe como una tragedia para la democracia chilena, aun estando de acuerdo con él (y no se celebran las tragedias).
Siendo esto así, la pregunta que Axel Kaiser pretende imponer para zanjar el debate respecto de la celebración de las juventudes republicanas no es adecuada. Lo realmente necesario es que él responda si le parece razonable que un grupo de jóvenes, en un contexto de democracia y separación de poderes, celebre un golpe y una dictadura militar alegando que las luchas de hoy son las mismas de ayer.
¿No cree que atizar de esta forma la polarización entre los chilenos contribuye a degradar el orden republicano y democrático que se supone, según varios de sus mayores exponentes, que el régimen militar quería custodiar? ¿Le parece que el contexto actual de la democracia chilena amerita hacer política celebrando regímenes autoritarios? ¿Cree acaso necesario comenzar a preparar el terreno de la opinión pública para un escenario de guerra civil y suspensión de la democracia? (El Mercurio Cartas)
Pablo Ortúzar Madrid
Investigador IES y CPP-UC