El juego de la Convención

El juego de la Convención

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Para alcanzar los dos tercios en la Convención Constituyente se necesitan 104 de los 155 votos. Ningún bloque los tiene, y por eso la agenda y luego las votaciones definirán las coaliciones que se armen y, sobre todo, los constituyentes que resulten pivotales —aquellos que, una vez que todo el resto se alinee, estén en posición de zanjar votando en una u otra dirección. Por supuesto, si emerge este grupo pivotal, su influencia en la agenda tenderá a ser grande, porque antes de votar se negociará aquello que se sepa que los pivotales aceptarán. Por el contrario, si las coaliciones se fragmentan y defienden sus posturas de manera principista, no habrá constituyentes pivotales, la dinámica de la Convención será mucho más incierta y difícilmente se alcanzarán los dos tercios.

Hasta el momento se ha votado un par de veces, dos para elegir presidente y vicepresidente, por la declaración sobre los presos del 18 de octubre, y para definir varias reglas de procedimiento. Estas votaciones dan algunas pistas acerca de cuáles son las coaliciones y grupos que se están formando, y de las posturas con las que partirán. Tres grupos destacan.

Para comenzar, y como se esperaba, la Lista del Pueblo aspira a ser el protagonista de la Convención. De sus 25 constituyentes, 18 votaron por Isabel Godoy en la primera vuelta de la votación de presidenta, y 24 por Rodrigo Rojas en las dos vueltas de la elección de vicepresidente. De ellos, 22 votaron por la declaración N° 2, la que finalmente no fue aprobada. Pareciera, también, que son capaces de atraer a otros para que voten por sus posturas. En la votación de presidenta, los constituyentes comunistas se sumaron a la Lista del Pueblo, sugiriendo una posible coalición, y en la primera votación de declaración sumaron a todos los pueblos originarios. Con todo, en ninguna de las dos votaciones fue suficiente para ser la posición dominante. Quizás la Lista del Pueblo no ha ponderado lo suficiente que, en último término, son solo 25, y que solos tienen pocas posibilidades de influir.

La votación también muestra que Apruebo Dignidad tiene un plan. Logró los votos por Loncón y Bassa (con un poco más de dificultad en el caso de Bassa), e impuso su versión de la declaración, la que redactó junto a la Lista del Apruebo. Con todo, este resultado no lo logró solo. Todo lo contrario, recibió el apoyo de la lista del Apruebo y de la Lista del Pueblo y ocho votos de Nueva Constitución.

Nueva Constitución también quiere ser protagonista. Presentaron a Patricia Politzer para presidenta y después a Gaspar Domínguez para vicepresidente. Sin embargo, en la declaración no presentaron formalmente una postura. Seguramente aspiran a ser pivotales; y podrían serlo si sus votos llegan a ser necesarios para lograr los dos tercios.

Como sea, y siendo aún temprano para emitir juicios, las votaciones que hemos visto sugieren que podrían emerger dos coaliciones. Una es la de la Lista del Pueblo y los pueblos originarios; otra es la de Apruebo-Apruebo Dignidad, más algunos independientes y unos pocos de Nueva Constitución. En realidad, en la votación de la declaración sobre los presos del 18 de octubre fue la propuesta de la segunda coalición la que finalmente se aprobó con 105 votos, uno más que los 104 necesarios para llegar a los dos tercios. Pero quizás tan importante es que se sobrepasaron los dos tercios gracias a ocho votos de Nueva Constitución. Los dos tercios no eran relevantes en esa votación, pero en cualquier caso sugiere que Nueva Constitución será más importante de lo que incluso ella misma se imagina, pues da la impresión de que podría ser una de las llaves de los dos tercios.

¿Y Chile Vamos? En las primeras votaciones actuó como bloque, pero al estar lejos del tercio, eso es insuficiente para decidir alguna. En realidad, Chile Vamos está en un dilema. De un lado, puede quedarse en posiciones principistas, dar testimonio, pero condenarse a ser irrelevante. Del otro lado, puede mover sus posiciones hacia el centro y sumar sus votos a posturas más moderadas. Si lo hiciera, su influencia aumentaría. Pero, además, al darles votos a posiciones más moderadas, correría el tercio hacia el centro y les quitaría influencia a los extremos más radicales de la izquierda. Así, entendiendo mejor el juego de la Convención Constituyente y estando dispuesto a negociar, Chile Vamos podría defender mejor sus principios y haciendo que su número importe.

Antonio Díaz
Gerente general de Unholster

Alexander Galetovic
Senior fellow UAI

Cristóbal Huneeus
Director de Data Science de Unholster

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