El origen del problema

El origen del problema

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Muchos se preguntan en qué momento nuestro país empezó a perder el rumbo. La frase más certera, sin duda, es la del economista José Luis Daza, quien señaló que el gobierno “le pegó con un palo al avispero del populismo”.

Pero, a mi modo de ver, el problema empezó antes. Ocurrió cuando la Concertación, una coalición moderada, dialogante y preocupada de la seriedad y estabilidad del país, fue reemplazada por la Nueva Mayoría. En ese momento empezó un nuevo discurso y actitudes que tenían como único objeto reconquistar el poder. No podían aceptar la alternancia democrática, ni que fuese Sebastián Piñera junto a la Alianza quienes los habían derrotado en las urnas.

Ellos creyeron que el gobierno les pertenecía y no podían  tolerar que otros gobernaran. Y desde el momento en que comenzó a incubarse la creación de la Nueva Mayoría, no les importó en nada el bien del país y el único norte se convirtió en volver al poder.

¿Qué hicieron? Desde luego incluir al Partido Comunista, lo cual nunca es gratis y la DC puede dar cuenta de ello. Iniciar una acción opositora al gobierno del Presidente Piñera implacable. Volvimos al viejo estilo politiquero del pasado, donde las oposiciones le negaban “la sal y el agua” a los gobiernos. Así tuvimos que sufrirlo en proyectos de ley de gran importancia, como los de seguridad pública o aquel que establecía la división del Sename para proteger a los niños vulnerables, que fueron todos rechazados o archivados.

Pero no sólo fue eso. Lo más grave y directamente vinculado a la actual situación del país, es que la Nueva Mayoría respaldó e incentivó todo tipo de propuestas demagógicas y toda acción de movilización de los más distintos grupos, sin importarles para nada el bien del país. Sólo buscaban respaldos políticos, con todo tipo de populismos, pues lo relevante para ellos era satisfacer las demandas de quienes más vociferaban en la calle, dejando de lado las legítimas aspiraciones de los millones de chilenos que no salían a protestar.  

Su estrategia culminó con el programa de gobierno, ofreciendo reformas que se sabían que eran imposibles de materializar y promesas que no se podían cumplir, que engañan a la gente, como lo hace todo populismo. Lograron recuperar el gobierno y pasar la “retroexcavadora”…  hasta que obviamente se les terminó la plata. No han cumplido sus promesas populistas y, pese al inmenso rechazo ciudadano ante lejos el peor gobierno desde el retorno a la democracia, no hay ningún cambio de rumbo ni menos liderazgos para convocar a nada.

Por eso sostengo que con la gestación y creación de la Nueva Mayoría se empezó a perder en Chile la sensatez y el interés en el bien común.Reformas populistas y técnicamente deplorables para responder a los grupos de interés más vociferantes y agresivos.

Todo lo contrario a lo que se hizo desde 1990 hasta el 2014. A mi juicio, una de las mejores épocas de Chile. Ahí existió responsabilidad, seriedad, diálogo y objetivos país.

¿Cómo no vamos a tener la capacidad de recuperar este sentido de país? ¿O la sensatez y el sentido común se fueron para siempre de Chile?Somos varios los que estamos disponibles para poner nuestro mejor esfuerzo para recuperar el sentido de país.

La Tercera/Agencias

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