El otro 18

El otro 18

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Terminan las Fiestas Patrias y Chile se apronta para un nuevo “18″. Es el aniversario del estallido social, ya a cinco años de distancia; una fecha que simboliza la otra cara de la moneda, el 18 que nos divide. Son las ironías de la historia: hasta hace poco, la izquierda conmemoraba el 4 de septiembre el triunfo de Salvador Allende en 1970. Ahora, en la misma fecha, los opositores al actual gobierno celebran el triunfo del Rechazo en el plebiscito de 2022, la derrota política más rotunda de la izquierda chilena desde el golpe de Estado.

Parece que no hay remedio, que estamos condenados a la ironía, a ser un espejo de contrastes insalvables donde unos ganan y otros pierden. ¿Qué fecha del último medio siglo es una efeméride compartida? La verdad es que no hay ninguna y esa es la razón por la cual el pasado reciente no deja de perseguirnos. Durante un tiempo, pareció que la transición a la democracia había logrado generar algo común, una historia de avances compartidos. Pero bastó que la derecha ganara la elección presidencial de 2010 para que todo se viniera abajo. El estrépito emocional de los opositores a Pinochet fue tan enorme que la centroizquierda decidió tirar sus veinte años en el poder por la borda. Otra ironía, ahora el Chile de la Concertación es más valorado por la derecha que por sus propios creadores. Hoy la centroizquierda gobierna con el PC y el FA, es decir, con aquellos que consideran que en los veinte años de la transición sólo se administró y consolidó la herencia de la dictadura.

¿A quién le hablará entonces el Presidente Boric el próximo 18 de octubre?, ¿a los que vieron en el estallido un motivo de alegría y de esperanza o a los que sintieron horror y tristeza? ¿Qué debiera primar, la imagen de más de un millón de personas demandando cambios en las calles o las estaciones del metro en llamas? ¿Puede el Presidente hablarle a los dos países en paralelo? ¿Tendrá interés en hacerlo? ¿O, más bien, confirmará que seguimos confrontados, con dos procesos constitucionales fracasados y sin un presente común?

Es significativo que ahora tengamos “otro 18″, exactamente un mes después. Es que, la verdad, no podíamos tener uno solo porque no somos un país para causas comunes. Quizá la selección de fútbol y la Teletón, hasta ahí llegamos. El Chile que tuvo la posibilidad de ser un proyecto compartido murió el día que la democracia se volvió competitiva y la alternancia en el poder se hizo una realidad. A partir del estallido, incluso la violencia política pasó a ser de nuevo parte del paisaje. Hoy nadie dice justificarla, ni siquiera “entenderla” en el actual contexto, pero los contextos cambian muy rápido, sobretodo cuando se pierde el poder.

En fin, apenas un mes entre el 18 que nos ilustra sobre un pasado común cada día más lejano y el otro que exhibe un presente de división que no se puede dejar atrás. En medio, una sociedad que no sabe cuál la representa mejor. (La Tercera)

Max Colodro