Mientras todos en la UDI celebraban el triunfo de Sebastián Piñera en la primaria del domingo pasado, el diputado Ernesto Silva vio algo en los números que no pintaba bien para su partido. Si bien aplaudió la cantidad de votantes que obtuvo Chile Vamos, constató un riesgo que intuía desde hace tiempo: tanto el discurso de Manuel José Ossandón como el de Felipe Kast habían penetrado en dos mundos que, para él, eran tradicionalmente de la UDI. Mientras Ossandón caló en el voto popular, Kast conquistó a jóvenes del sector oriente que antes se habían sentido identificados con las filas gremialistas.
“O la UDI atina, o va a entrar en decadencia”, dice este abogado, en su último año como parlamentario. Terminado su período en marzo de 2018 -el segundo como diputado por Las Condes Vitacura y Lo Barnechea-, Silva partirá a la Universidad de Stanford, donde será investigador visitante en la Hoover Institution, desde donde piensa estudiar cómo introducir innovación en la política y, sobre todo, al discurso de su partido. Su plan es estar ahí un año –con su mujer y sus seis hijos- y desembarcar en la Universidad del Desarrollo a su regreso.
¿Cómo vio la primaria?
Así como estoy muy contento con el resultado para Chile Vamos, estoy muy preocupado por la señal que la primaria significó para mi partido. La UDI era un proyecto político que tenía dos sellos fundamentales: ser la derecha popular y ser el partido de los jóvenes, y esta votación es una señal de alerta muy urgente para la UDI, porque la votación de Ossandón, más allá de Puente Alto, alcanza a un mundo que ha sido parte de la votación de la UDI popular.
Siempre se supo que Ossandón tenía un voto popular, de derecha.
Es una señal de alerta para la UDI, porque más allá de Puente Alto, él le habló y logró movilizar a un grupo de personas que creo que han sido nuestras. Cuando uno mira la votación que tuvo en La Florida, La Granja, San Ramón, Maipú y otros lugares de clase media, ves que hay mucho voto popular y de clase media emergente, que es un voto muy clásico de la UDI. Ese voto está siendo descuidado y, por lo tanto, es urgente volver a recuperarlo. El segundo sello de la UDI es ser el partido de los jóvenes, y hoy también hay una alerta en ese sentido. Así como la Presidenta dijo que en el Frente Amplio están los “hijos de”, a mí me preocupa que la UDI no les esté ofreciendo una alternativa a los hijos de quienes han adherido a la UDI durante mucho tiempo. Esto me preocupa en especial por la votación que tuvo Felipe Kast, sobre todo en el sector oriente, que alcanzó el 22%. El ha generado un entusiasmo en el mundo joven y veo con preocupación que si la UDI no reacciona, arriesga ir perdiendo ese electorado. Entre la votación de Ossandón en el mundo popular, y la de Kast en el mundo de los jóvenes, hay una amenaza real para el futuro de la UDI.
En todo caso, son mundos bien distintos el de Ossandón y el de Kast.
La gran diferencia de la UDI con los otros partidos es que cortó transversalmente la sociedad. Logró llegar al mundo popular y, al mismo tiempo, motivar a los jóvenes que más oportunidades tenían a innovar en el servicio público. Esta combinación marcó una diferencia. Y hay un tercer elemento que me preocupa y tiene que ver con la identidad del partido.
¿En qué sentido?
Porque Ossandón está en una derecha con aspiración a popular, y Evópoli representa la derecha liberal. La pregunta es qué representa la UDI. Hoy, la gente la identifica como un partido que apoya a Sebastián Piñera, pero necesita una identidad más nítida para movilizar. Ahí, mi punto es que nuestro desafío de hacernos cargo de la clase media no nos puede hacer olvidar jamás nuestra vocación prioritaria por convocar a los más pobres y a los jóvenes.
¿Y la UDI los ha dejado de lado?
Creo que sí. Nuestras horas de dedicación a esto han sido menores de lo necesario. Mi llamado de alerta es porque quiero que la UDI evite el sino de la mayor parte de los partidos tradicionales: surgir chicos, crecer, tener un auge y luego pasar a una etapa de decaída, como le pasa a la DC hoy, que está viviendo de negociaciones y cupos más que de una fuerza. La UDI tiene que despertar a tiempo. Ahora, por ejemplo, quedan 40 días para inscribir candidatos y nos quedan cuatro meses para la presidencial. Necesitamos sumar todos los liderazgos posibles, abriendo lo más que se pueda la cancha, tanto en los cupos de senadores como en los de diputados y, además, marcar una identidad nítida en lo que queda de campaña presidencial.
¿Esto Ud. lo ha conversado con la actual directiva, que encabeza Jacqueline van Rysselberghe?
Lo hemos comentado con los diputados. Es una preocupación.
¿Y la presidenta de la UDI es receptiva a este tipo de críticas?
Cuando Jaime Bellolio compitió por la presidencia, anticipó que la UDI necesitaba tener un sello popular y conquistar el futuro. Quizás muchos no vieron que si no abríamos espacios de liderazgos en la UDI, iba a haber otros en el sector que iban a ocupar esos espacios. Y ese es el riesgo que yo veo ahora.
Pero Bellolio perdió la elección.
Por eso planteo que muchos no vieron en ese momento lo que podía suceder si es que no abríamos espacios, y hoy estamos enfrentando ese escenario, donde el discurso de Manuel José Ossandón, de derecha más bien populista, ha penetrado en un mundo popular que ha sido tradicionalmente de la UDI, y la UDI debe reaccionar y despertar.
¿Qué le parece el coqueteo que tiene Alejandro Guillier con Ossandón? ¿Cree que esos votos son traspasables a Guillier?
Mi sensación es que esa gente está disconforme con la Nueva Mayoría y se levantó a votar porque quiere que se vaya. Por eso el esfuerzo que hay que hacer es tener un discurso que los convoque. Y ese discurso es de derecha popular, de acompañamiento en la vulnerabilidad y el tránsito hacia la clase media, por eso nuestro proyecto debe ir hacia allá.
Una de sus preocupaciones es que la UDI no caiga en decadencia. ¿No cree que entró ya en esa fase?
Yo creo que hoy estamos en un momento en el cual o la UDI atina, o va a entrar en decadencia. Ahora, veo que hay una oportunidad que se da con la elección parlamentaria y la presidencial. Tanto en la pasada municipal como en la primaria del domingo vimos que el ideario de la UDI está ganando en Chile, en términos de los temas que le importan a la clase media. Y lo segundo, es que si trabajamos bien, tenemos la posibilidad de ser gobierno. Y si llegamos a ser gobierno, ese tiene que ser un momento de renovación de liderazgos en la UDI. Y aquí no se trata de reemplazar, sino de sumar. Con el sistema nuevo parlamentario tienes espacios para más cupos.
Pero lo que pasa en la UDI es lo contrario, que muchos se van. Incluso usted.
Pero hay otras personas que quieren entrar. Yo lo veo, por ejemplo, en Guillermo Ramírez, que es una de las personas que van a competir. La UDI tiene que tener un discurso para aspirar a seguir siendo el partido más grande de Chile y no veo que se esté destinando esa energía hoy, y creo que ese mensaje debe ser la vocación popular y la convocatoria de los jóvenes.
¿No se ve un ambiente de elecciones en la UDI? ¿De buscar candidatos, de ofrecer cupos?
Yo no siento que estemos todos fuertemente convocados a sumar nuevos candidatos, y creo que podemos hacerlo si trabajamos juntos y rápido.
Usted se va y lo más probable es que Felipe Kast compita por su distrito, que es justamente Santiago Oriente. Más posibilidades hay, entonces, de que le quite votos a la UDI.
Me imagino que Evópoli está viendo la posibilidad de que Felipe Kast vaya por otro distrito, porque en Santiago Centro tendría una competencia muy dura. Giorgio Jackson tiene una fuerza electoral muy fuerte y su resultado en la primaria no fue bueno. Por lo tanto, imagino que con un afán de cuidar un liderazgo y tratar de apuntar al mundo joven, es una posibilidad proyectarlo en el sector oriente. Por eso creo que la UDI tiene que tomar una señal de alerta, tener un mensaje hacia los jóvenes que tiene que ver con el futuro.
Pero se van usted, De Mussy, quizás Squella. ¿Ud. por qué se va, por ejemplo?
Yo cumplo ocho años en el Congreso y siempre he planteado que la renovación de la política es un tema importante y creo que hay que abrir espacios. La política no solamente se cumple desde el Congreso, y yo he dicho que voy a seguir dedicado a la formación de jóvenes y al desarrollo de las ideas.
Y en esta pasada, ¿no le han dado ganas de dejar de militar en la UDI?
Jamás. El ideario de la UDI y el proyecto que construyeron tantas personas como Jaime Guzmán tiene más vigencia que nunca en Chile. Que es la necesidad de construir futuro desde las ideas de la libertad, la justicia y la solidaridad. Pero lo que necesita es liderazgos que cumplan el rol de intérpretes en el futuro.
Pero lo que uno ve es que la presidenta de la UDI se enfrasca en puros asuntos del pasado, como los militares en Punta Peuco.
Por eso yo hago un llamado para que la UDI salga a conquistar el futuro. Un partido que es capaz de atraer jóvenes es un partido con proyección y, por eso, creo que es importante esta alerta que nos plantea la primaria. Que por un lado está el riesgo de que se nos meta el populismo en nuestro voto popular y, por otro, que sean otras personas las que convoquen y abran espacio a los jóvenes que quieren construir futuro.
¿Usted cree que la UDI tiene todavía una oportunidad en los jóvenes?
Cuando veo liderazgos como los de Jaime Bellolio, la Pepa Hoffmann, alcaldes y concejales como José Manuel Palacios o lo que está haciendo Cathy Barriga en Maipú, sí, creo que la UDI tiene una forma de conectar. Por eso, creo urgente expandir eso y sumar nuevos liderazgos. Si llegamos a ser gobierno de nuevo, me gustaría que muchos liderazgos de la UDI sean candidatos a los municipios, al Congreso y ojalá a la Presidencia de la República.
¿Quién influye hoy en la UDI?
Hay una directiva que toma decisiones. Yo creo que se requiere, hacia el futuro, que haya una lectura más amplia de la sociedad. Me encantaría que tuviera cada vez más consejos de asesores ciudadanos, o un mini think tank. Pienso que nuestra mirada política requiere aire fresco para interpretar de mejor manera nuestros valores en propuestas concretas y eso requiere estar escuchando con mucha fuerza también a nuestros propios dirigentes, concejales, alcaldes, en lo que están sintiendo en terreno; de ahí ha salido la fuerza de la UDI popular. De poder interpretar lo que se vive en la realidad, un discurso que tenga alcance nacional.
Sobredimensionado
Para Ernesto Silva, detrás del triunfo de Sebastián Piñera en la primaria del domingo hay un mensaje oculto en la alta votación que alcanzó Chile Vamos, versus la convocatoria que tuvo el Frente Amplio. “Había dos Chile en competencia, uno que planteaba que había que partir de cero y hacer un país distinto, y otro Chile, el de Chile Vamos, que decía que había que retomar el impulso, pero hacer las cosas bien. Por eso, la principal derrota para el Frente Amplio, más allá de la cantidad de votos, es que en las primarias ganó el sentido común de la clase media”.
¿Le sorprendió la poca votación que logró el Frente Amplio?
No, lo que queda claro es que los medios de comunicación sobredimensionaron la fuerza que ellos tenían. La ciudadanía, en cambio, le asignó un lugar mucho más acotado.
¿Y eso es porque la candidata era periodista?
Así como se ha hablado de conflicto de interés en otros candidatos, creo que Beatriz Sánchez actuó durante mucho tiempo con conflicto de interés.
La Tercera/Emol