Basta ver a la Mandataria en persona para evidenciar que está afectada, dolida, a pesar que ya ha pasado un mes desde que la revista Qué Pasa hiciera públicas las gestiones de Caval y que Dávalos renunciara una semana después. La razón, reconocen en el oficialismo y en el Gobierno, es que la nuera de la Presidenta, Compagnon, no la dejaría ver a sus dos nietos desde que el hijo de Bachelet tuvo que salir de su cargo.
Es una situación delicada, compleja, porque abarca el ámbito privado, familiar, pero que se ha generado a raíz de un hecho público y político: el caso Caval. En todo el oficialismo se habla en reserva del quiebre familiar que vive la Presidenta Michelle Bachelet desde que su hijo, Sebastián Dávalos, tuvo que renunciar a la Dirección Sociocultural de la Presidencia por el cuestionado préstamo de 6 mil 500 millones que el Banco de Chile otorgó a la empresa de su esposa, Natalia Compagnon.
Son muchos en el oficialismo los que han escuchado eso, que hablan de la “fractura” que atraviesa en estos días a la familia de Bachelet y que lo más complejo sería, precisamente el tema de los nietos –Damián (5 años) y Lucas (3 años)– al punto que no la dejarían ni siquiera hablar con ellos por teléfono.
El tema de los nietos es extremadamente sensible para Bachelet, públicamente muchas veces ha dicho que lo que más disfruta es estar con su familia y “regalonear” a Damián y Lucas.
Antes del caso Caval, más de un inquilino de La Moneda afirmaba que la relación entre Bachelet y Compagnon no era la mejor, que había cierta distancia, pero después del público cuestionamiento a los negocios de su nuera e hijo, todo indica que empeoró radicalmente y, por lo mismo, a muchos no les extraña la suerte de “represalia” que está aplicando la esposa de Dávalos a la Mandataria.
Nadie se atreve a profundizar mucho en el tema y en los detalles, porque es un asunto difícil, “jodido”, que tiene mal a la Presidenta y en el cual es complejo “opinar e involucrase”.
Difícil que la situación familiar varíe favorablemente para la Mandataria, porque en el oficialismo aseguran que toda la información que se maneja sobre Dávalos es que hasta el día de hoy “no asume” el error político que implicaron los negocios de él y su esposa al alero de Caval y que todo responde a una operación en su contra.
“No entiende, está convencido que lo perjudicaron”, sentencian altas fuentes del oficialismo.(El Mostrador)