Un estudio publicado en el Journal of Archaeological Science y financiado en parte por la Universidad de California de Los Angeles (UCLA), planteó que los moáis de Rapa Nui fueron construidos para mejorar la fertilidad del suelo, lo que beneficiaba directamente su uso agrícola.
Según Jo Anne Van Tilburg, arqueóloga directora del Proyecto Estatua de Rapa Nui -que lleva 30 años investigando en el lugar-, la comunidad creía antiguamente que las estatuas podían producir fertilidad agrícola y, por ende, proporcionar alimentos básicos.
El equipo de investigadores que trabaja en la isla planteó que encontró evidencia científica de esa creencia, tras estudiar dos moáis que fueron excavados en la cantera del cráter Rano Raraku de Rapa Nui.
Esta cantera dio origen al 95% de los más de mil moáis de Isla de Pascua y, además, diversas muestras de suelo sometidas a pruebas de laboratorio aportaron evidencia de que alimentos como el plátano, el taro (malanga) y camote fueron producidos allí también. De esta manera, se probó que el Rano Raraku no solo fue el lugar donde se construyeron los moáis, sino que además fue un sitio de producción agrícola.
«Nuestra excavación amplía nuestra perspectiva de los Moái y nos anima a darnos cuenta de que nada, por obvio que sea, es exactamente lo que parece. Creo que nuestro nuevo análisis humaniza el proceso de producción del moái», afirmó Van Tilburg.
Junto a la investigadora principal trabaja el analista de animales pequeños Tom Wake; la geoarqueóloga y especialista en suelos Sarah Sherwood, el artista rapanui Cristián Arévalo Pakarati (codirector del proyecto) y otros miembros de la comunidad local.
Según Sherwood, los suelos del Rano Raraku son probablemente los más ricos de la isla. Esto, sumado a que en la cantera hay una fuente de agua dulce, parece indicar que efectivamente la creación de moáis ayudaba a aumentar la fertilidad del suelo y la producción de alimentos, señala.
Los suelos de la cantera contienen altos niveles de arcilla creada por el desgaste de la roca madre local que se producía cuando los trabajadores extraían rocas profundas y esculpían un moái.
Los resultados de pruebas químicas arrojaron que «hubo niveles realmente altos de cosas que nunca hubiera pensado que estarían allí, como el calcio y el fósforo. La química del suelo mostró altos niveles de elementos que son clave para el crecimiento de las plantas y esenciales para obtener altos rendimientos. En cualquier otro lugar de la isla, el suelo se estaba desgastando rápidamente, erosionándose, siendo despojado de elementos que alimentan a las plantas, pero en la cantera, con su constante flujo de pequeños fragmentos provenientes del lecho de roca, que generaba el proceso de extracción, existe una perfecta retroalimentación entre el sistema de agua, fertilizantes naturales y nutrientes», explicó Sherwood.
Asimismo, la especialista en suelos destacó que la producción de diversos cultivos en la misma área podría haber ayudado a mantener la fertilidad del suelo. Otro punto que aborda el estudio es que los moáis que excavaron para su investigación fueron descubiertos en posición vertical, uno en un pedestal y otro en un hoyo profundo, lo que indica que estaba destinados a permanecer allí.
«Este estudio altera radicalmente la idea de que todas las estatuas en pie en Rano Raraku simplemente estaban esperando el transporte fuera de la cantera«, afirma Van Tilburg.
«Es decir, estos y probablemente otros moái verticales en Rano Raraku fueron retenidos en su lugar para garantizar la naturaleza sagrada de la cantera misma. Los moái fueron fundamentales para la idea de fertilidad, y en la creencia Rapanui su presencia aquí estimuló la producción de alimentos agrícolas», resumió.
Este es el primer estudio definitivo que revela la cantera como un paisaje complejo y hace una declaración definitiva que vincula la fertilidad del suelo, la agricultura, la extracción y la naturaleza sagrada de los moái. (Emol)