¡Evitamos la recesión! Nada que celebrar

¡Evitamos la recesión! Nada que celebrar

Compartir

Cuando estaba estudiando -hace ya varias décadas atrás- tenía un amigo que todos los semestres pasaba “raspando”. Era un tipo bueno para contar cuentos, hacer amigos y siempre se le veía pasándolo muy bien, mientras el resto estábamos estudiando, haciendo resúmenes, etc. Sin embargo, se las ingeniaba para conseguirse que alguien le ayudara con el trabajo de final de curso, le soplara algo en la prueba y así, con un 3,95 pasaba el ramo y seguía adelante. Un par de veces la tuvo más complicada y terminó repitiendo cursos; pero en esas ocasiones siempre era culpa del profesor, que “le tenía mala” o no sabía explicar. Nunca aprendió, porque además sus papás le celebraban estos logros como si hubiera terminado graduándose suma cum laude.

Hace tiempo que no me acordaba de él, hasta que vi el tono con que el gobierno se glorificaba del “crecimiento” económico durante el 2023 y de los logros de sus dos primeros años de administración.

Por ejemplo, uno de los logros que se atribuyó el ejecutivo, fue “haber logrado bajar la inflación”. Esto es como si mi compañero hubiera dicho que, en vez del 3,95, su nota fuera el 6,0 del compañero del al lado (que le soplaba bastante). En este caso, ese compañero se llama Banco Central de Chile, que -gracias al resultado del plebiscito de 4S- sigue siendo autónomo.

Si hay algo en que el Frente Amplio y sus aliados del Socialismo Democrático no pueden atribuirse es la reducción de los desequilibrios macroeconómicos que propiciaron durante 2020 y 2021 legislando a favor de los tres retiros previsionales, entre otras políticas. Pero ahí, muy rampante, el Gobierno celebra el ajuste macroeconómico como su obra.

Me dirán que soy injusto, que la política fiscal también fue relevante y toda la gloria no se la puede llevar el Banco Central. Definitivamente, así es. Pero recordemos que el ajuste en el gasto público de más de 20% durante el 2022 fue propuesto y aprobado en 2021 por el gobierno anterior.

¿Cómo ha sido la conducción fiscal desde Teatinos 120 en estos dos años? Bueno, si marzo de 2022 la holgura de gasto fiscal para los próximos cuatro años se estimaba en US$25.515 millones, en marzo de 2024 ésta era de US$4.677 millones. Esto es casi US$900 al mes desde el inicio de esta administración. El reflejo es el incremento en la deuda pública, de más 3,8% puntos del PIB, de los cuales 2,5% no se explican por financiamiento del déficit, sino por operaciones “bajo la línea”, que no pasan por el Congreso.

Tanto así, que el Consejo Fiscal Autónomo y clasificadoras soberanas como Fitch, han señalado que la estabilización de la deuda que estima Hacienda es -sin mayor crecimiento- voluntarista. En otras palabras, de no crecer, vamos a terminar financiado pensiones con deuda…

Pero no seas maletero, era algo que mi amigo siempre decía cuando algún compañero trataba de ayudarlo a crear hábitos de estudio…”si al final igual pasé el ramo”. Bueno, algo similar dice Hacienda al celebrar el 0,2% de crecimiento del PIB en 2023…”si al final igual crecimos, no caímos en recesión”.

Bueno, desde 1990 a la fecha, Chile tuvo caídas en su PIB en tres ocasiones y asociadas a un shock global: en 1999 (crisis asiática), 2009 (crisis subprime) y 2020 (pandemia). En estas ocasiones, el mundo como un todo también estuvo en recesión (-1,4% en 2009, -3,1 en 2020). Solo en 1999 nos desacoplamos, ya que fue una crisis más de mercados emergentes. Hasta ahora.

Pese al incremento en las tasas de interés globales, el mundo creció en torno al 3% en 2023. ¿Qué pasó acá? Veamos qué estamos celebrando: una caída del consumo de las familias de -3,9%, de la inversión de las empresas de -5,3% y de las exportaciones de -0,3%. La única cuenta nacional que creció el 2023 fue el consumo del gobierno.

Varias veces a mi amigo le preguntaban -en general los más picados- “y cómo lo hiciste para pasar el ramo”. Éste se reía, guiñaba el ojo y decía…” suerte po”. San Isidro (en realidad el cambio climático), le dio esa mano al gobierno. La contribución del sector energía en 2023 fue enorme (creció un 17,8% dada las lluvias y la generación hidro), pero sin ella, los números serían rojos. ¿Tan mal está la cosa?, me preguntarán. Bueno, en dos años el crecimiento promedio es de 1,15%, yo no estaría celebrando.

Pero la vida en sociedad y el rol del gobierno es más compleja que estos fríos números, podrán argumentar. Hay otras cosas por las que podríamos estar celebrando estos dos años de gobierno del Frente Amplio y sus socios. Por supuesto que sí, analicemos otros logros:

  • Más de 3 mil niños aún no tiene matrícula escolar, producto en gran parte de la caída en el número de colegios (552 menos que antes de la nefasta reforma de Bachelet II).
  • Sobre 40.000 muertes esperando ser atendidos por la red de salud estatal, mientras en el Congreso el Ejecutivo hace todos los esfuerzos para hacer caer el sistema de seguridad social privado, lo que llevaría esta cifra a multiplicarse varias veces.
  • Cerca de 40.000 entradas de migrantes ilegales, a lo que se suma una apertura de las fronteras 24 horas.
  • Percepción de inseguridad ciudadana sobre el 90%, aumento en tasa de homicidio, secuestro y otros delitos asociados al crimen organizado del narcotráfico.
  • 26 meses consecutivos de caída en el índice de actividad del sector construcción, llevando el número de permisos a su nivel más bajo desde que hay registro.
  • Casi 2,5 millones de personas trabajando en el mercado informal, 73.000 más que en 2022 y 100.000 personas desocupadas más que en marzo 2022.

Pero, no seamos tan negativos. Mi amigo nos diría que estamos mejor que hace dos años, que sus políticas y propuestas van por el camino correcto y que todo sería más fácil si el profesor no les tuviera mala o enseñara mejor. Por mi parte, sólo me queda celebrar que ya queda menos. (Ex Ante)

Pablo Correa