F. Kast: «Nueva Constitución sin reformas al Estado es una gran mentira»

F. Kast: «Nueva Constitución sin reformas al Estado es una gran mentira»

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Es uno de los tres senadores que tiene Evópoli y, aunque no ha asistido a las reuniones de negociaciones con los otros partidos para habilitar el proceso constituyente, ha seguido de cerca las tratativas. Felipe Kast, en esta entrevista, profundiza en la idea de que el Ejecutivo tiene que mantenerse en segundo plano y “dedicarse a gobernar”.

Chile Vamos decidió restarse del encuentro de este jueves para continuar con las negociaciones para un nuevo proceso constituyente. ¿Cómo espera que continúen las tratativas?

Después del paso en falso del gobierno, atribuyendo un acuerdo que no existía, lo mínimo era restarse de la reunión del jueves (…). Desgraciadamente hemos visto cierta ansiedad en el gobierno y el oficialismo que no ha ayudado a comunicar la buena disposición que tiene que haber de todos los sectores para construir una nueva Constitución, sin repetir los errores del proceso constituyente anterior. También ha faltado una autocrítica del gobierno. Una meditación más profunda sobre lo que ha ocurrido y la razón después de la derrota tan fuerte que sufrió el Apruebo.

¿Lo dice por los dichos de la ministra Vallejo?

Las declaraciones de la ministra Vallejo son simplemente lamentables. El gobierno venía haciendo campaña hasta el 4 de septiembre y uno tenía la esperanza de que después de ello se dedicaran a gobernar, pero parece que algunos siguen en campaña y no se dan cuenta de la gravedad que vive el país en materia de seguridad. El Presidente no se ha dignado a ir a La Araucanía. Tengo la esperanza de que la decisión de Chile Vamos de comprometer su trabajo por una nueva Constitución, pero al mismo tiempo decirle al gobierno que lo vamos a hacer bien y con tranquilidad, es una decisión correcta.

¿Cómo ha visto a Chile Vamos en las negociaciones? El lunes hablaron de un acuerdo y después recularon por divisiones internas.

Claramente los presidentes de Chile Vamos han buscado generar consensos. Desgraciadamente el gobierno ha cometido ciertas imprudencias o errores que han hecho que se genere una comunicación poco prolija. El gobierno no debiera jugar un rol protagónico, debiera dar un paso al costado y dejar que los partidos políticos manejen esto con sus tiempos. Es importante, eso sí, que Chile Vamos, cada uno de los partidos, instale muy pronto un equipo negociador que pueda tener un plazo definido, y que se comprometa a hacer una propuesta en ese plazo de forma seria y responsable.

¿Este afán de cumplir la palabra por una nueva Constitución ha hecho tropezar a Macaya y Chahuán? En el sector, en privado, dicen que están echando pie atrás por la resistencia interna.

No. El gobierno, con las afirmaciones falsas como las de Camila Vallejo, puso en riesgo las confianzas y debe mantenerse al margen. Y yo sí creo que lo que corresponde es armar un equipo negociador, tomarse el tiempo que sea necesario para hacer bien las cosas y decirle a todo Chile que Chile Vamos va a cumplir con su palabra empeñada.

¿Cómo administrar las distintas opiniones en Chile Vamos?

Lo que permitiría hacerlo es que cada partido defina dos miembros de un comité de personas que tenga como mandato el hacer una propuesta que tendrá que ser validada por las directivas. De esa forma permites controlar las ansiedades de distintas visiones que son legítimas.

¿Que ya se esté hablando de plebiscito de entrada es no cumplir la palabra que empeñaron en campaña?

Todas las voces son legítimas. No veo ningún problema en que se planteen ideas.

¿Usted es partidario de hacer un plebiscito de entrada?

No, yo tengo una postura distinta pero no voy a negarle a quienes tienen una idea, cualquiera que sea, que además la encuentro constructiva.

¿Cómo responde a las críticas de los republicanos que dicen que Chile Vamos está “bailando al ritmo de la izquierda”?

Afortunadamente la derecha tiene diversidad. Y lo que opine el Partido Republicano no necesariamente es lo mismo que opina Evópoli.

¿Fue un error del gobierno presionar por plazos?

El mejor consejo para el gobierno es que guarde silencio porque ellos no fueron un gobierno que le garantizó a todas las partes una posición neutral. Le diría al gobierno que lo más sano para el proceso es que se mantenga al margen y que deje a los distintos partidos políticos hacer su labor.

¿Cuál es el deadline para alcanzar un acuerdo?

Los plazos los tiene que definir este equipo de personas designadas por los partidos políticos. Nadie está pensando en que esto demore ni cinco años ni un mes, desde el punto de vista de todo el proceso.

¿Cuál es el mecanismo que más le acomoda para redactar una nueva Constitución?

Hay ciertos consensos que se han ido construyendo. Primero que efectivamente tengamos una Convención de menor tamaño, que permita el diálogo, en el cual las regiones tengan una representación importante. Creo que los escaños reservados, tal como estuvieron diseñados, fueron un error tremendo. No debiéramos tener escaños reservados, como límite deberían ser proporcionales a la cantidad de votos que obtuvieron en el padrón indígena. Deberíamos tener un sistema de colaboración de expertos.

¿Es partidario de una Convención 100% electa?

Sí, yo soy partidario de que la Convención sea electa, pero los expertos deben jugar un rol importante.

¿Y los expertos tienen que ser designados por los sectores políticos?

Hay muchas fórmulas. Van desde la designación de los sectores políticos de las distintas representaciones hasta fórmulas que tienen listas cerradas. Hay distintas alternativas para elegir expertos.

¿Quiénes de Evópoli podrían jugar ese rol?

Esa es una decisión que debe tomar la directiva del partido.

¿Por qué cree que es mejor separar las aguas entre el proceso constituyente y la agenda de reformas del gobierno?

La única gran reforma que tenemos que vincular al proceso constituyente, y es algo que Evópoli y Horizontal ha dicho siempre, es la reforma al Estado. Una nueva Constitución sin una reforma al Estado es una gran mentira, es simplemente humo. No puedes supeditar un programa de gobierno a un acuerdo constitucional. Eso sería un error, porque la política tiene que seguir funcionando. (La Tercera)