Una presunta ambición presidencial es la teoría que volvió a sonar fuerte entre parlamentarios y analistas respecto a lo que acusan como un pasivo rol de la ministra Camila Vallejo frente a las agendas complejas del Gobierno y particularmente, ante la crisis de seguridad.
Los comentarios que el extitular de la Segegob, Ricardo Lagos Weber, hizo este domingo, apuntando que la ministra del Interior, Carolina Tohá, «ha estado asumiendo un rol de protagonismo y liderazgo» sobre la tarea de explicar, que el cabe al vocero de Gobierno, ha removido las aguas al interior de Socialismo Democrático, donde se despertaron duras críticas hacia la militante comunista.
Categórico se manifestó este martes el diputado del Partido Socialista, Marcos Ilabaca, al aducir que la secretaria de Estado «tiene una falencia en términos de vocería».
«Creo que efectivamente ha existido un exceso de protagonismo de parte de la ministra del Interior, cuestión que le ha complicado y eso se debe a que tenemos a una ministra vocera de Gobierno que al parecer le gusta hablar de las cosas buenas y no de las cosas más complejas«, sostuvo.
En esa línea, acusó que «ha faltado compromiso respecto del rol que le toca asumir y más compromiso con el equipo de trabajo que componen cada uno de los ministros«.
A su vez, el diputado del Partido por la Democracia, Raúl Soto, fue más allá, al denunciar una presunta carrera presidencial detrás de la competencia entre Vallejo y Tohá.
«Yo creo que es un error garrafal presidencializar la gestión del Gobierno. Si eso ocurre, vamos a dispararnos en los pies. Si eso ocurre, ambas ministras van a estar expuestas a críticas de parte de la oposición y la ciudadanía, el Gobierno se va a debilitar y no va a poder sacar adelante la agenda de seguridad ni ninguna otra», advirtió.
Por lo tanto, llamó «a los parlamentarios y a las propias ministras a dedicarse exclusivamente a sacar adelante la gestión del Gobierno (…) deberían coordinarse más y mejor, porque hoy día no están jugando en equipo. Cada ministra, cada cartera, está sacando adelante sus tareas, está cuidando su espacio de decisión y de poder, pero no se ve un equipo compenetrado y coordinado para cumplir los objetivos del programa de Gobierno», agregó.
Defendiendo a su correligionaria, el jefe de bancada de diputados del Partido Comunista, Luis Cuello, señaló que lo que se dirige contra la titular de Segegob «es una crítica vacía, arbitraria y sin sentido a la tarea de la ministra Vallejo«.
«Es cosa de repasar en los medios todas sus apariciones donde se hace cargo de todos los temas sensibles para el país. Es evidente que acá hay una voluntad de dividir y enfrentar a las ministras de Gobierno, una acción innecesaria, equivocada y que distrae de las reales preocupaciones de los chilenos».
EL FANTASMA DE UNA AGENDA PROTEGIDA
La coyuntura de la crisis de seguridad es la segunda oportunidad en que a la portavoz del Ejecutivo se le cuestiona por la existencia de una presunta «agenda protegida» en vistas de una candidatura presidencial.
Antes, fue en el anuncio de su periplo a China junto al Presidente Gabriel Boric, lo que para la oposición y algunos personeros de Socialismo Democrático, carecía de asidero.
En esta oportunidad, los cuestionamientos se han visto agravados por el traspié que cometió la ministra al confundir las cifras de expulsiones administrativas con las judiciales, de los ciudadanos venezolanos que dejó el vuelo de repatriación frustrado.
«La verdad es que esta es información que se viene oficializándose recién durante la vocería. Es imposible estar con un teléfono recibiendo la información», se defendió Vallejo, cuando se le preguntó si el lapsus radicó en una falta de información.
Hoy, consultada por cómo se explica el paralelo que se ha hecho entre su rol y Tohá, replicó: «No nos corresponde a nosotros interpretar aquello y porqué surge, pero nosotros todos somos un equipo de trabajo de todos los ministros y ministras».
VOZ DE ANALISTAS
Al desarrollar el desempeño de la ministra de la Segegob, el académico de la universidad de Talca, Mario Herrera, apuntó que la de Vallejo «es una vocería atípica. Normalmente los voceros se encargan de comunicar y explicar las malas noticias, mientras que el Presidente y los ministros sectoriales dan las buenas noticias. Eso pensando en que alguno de ellos pueda ser presidenciable».
«Con la ministra Vallejo ocurre algo distinto. Es una ministra política y posible presidenciable, por tanto, ha habido un mayor cuidado comunicacional en las explicaciones que debe entregar y en sus apariciones públicas», sostuvo.
Y agregó: «el problema es que eso trae un impacto sobre los ministros sectoriales, como la ministra Tohá. Los obliga a salir a dar explicaciones políticas y crea sobreexposición. Gran parte de las apariciones de Tohá han sido en materia de delincuencia y por situaciones políticas. Dos cuestiones que impactan negativamente en su imagen».
En tanto, el investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), Rodrigo Pérez de Arce, se mostró de acuerdo con la tesis de una presunta agenda protegida de Vallejo.
«La ministra Vallejo tuvo cierto lucimiento en las comunicaciones del Gobierno en el primer año, sobre todo frente a los errores reiterados en la instalación, las meteduras de pata de Izkia Siches y Giorgio Jackson, y el compromiso del Gobierno con el Apruebo. Pero a estas alturas del partido, ha quedado en evidencia que hay un problema mayor, que la ministra en muchas ocasiones no ha dado con el ancho, abriéndole flancos al Gobierno y sin capacidad de ordenar su agenda pública«, señaló.
En esa línea, consideró que «el reclamo desde fuerzas del Socialismo Democrático solo confirma algo que se nota hace meses: que Camila Vallejo ha sido blindada, dejando expuestos y solos a los ministros sectoriales, y poniendo en la línea de fuego a Carolina Tohá, la ministra más importante del andamiaje político del Gobierno. Todo esto, en medio de una crisis de seguridad en la que el gobierno no ha logrado entregar certezas».
Al respecto, el académico de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, Kenneth Bunker, apuntó que «uno esperaría que la ministra del Interior se preocupe de las cosas más grandes, de los grandes lineamientos, básicamente es la segunda en la línea de sucesión. Entonces, tener a la ministra del Interior, que es la que le da teóricamente el tonelaje político al Gobierno, el andamiaje político, comentando coyuntura básicamente, es problemático».
Primero, adujo el analista, «porque no es su posición natural, esa es la tarea de la vocera y segundo, porque muestra que hay una desorganización dentro del Gobierno».
Otra postura fue la que manifestó el académico de la Universidad Central, Marco Moreno. «La ministra se ha ajustado estrictamente a la estrategia de ser portavoz del Gobierno. Trasmite la posición del Gobierno evitado darle herramientas a la oposición que busca convertir nuevamente el plebiscito en una evaluación del Gobierno. Está cuidando y midiendo sus palabras para evitar polémicas. Eso ha llevado a algunos a plantear que su vocería es demasiado quirúrgica porque está eligiendo sus batallas en clave comunicacional». (Emol)