El Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) de Chile, establecido en 2007 como un mecanismo fundamental para preservar la estabilidad fiscal, ha experimentado una notable contracción del 51% en los últimos dos años. En 2022, el fondo acumulaba US$ 7.514 millones. Sin embargo, para 2024 su saldo se ha reducido a US$ 3.700 millones, generando inquietudes sobre las repercusiones macroeconómicas de esta reducción.
El FEES fue concebido para proteger a la economía chilena ante contingencias económicas y emergencias, amortiguando los efectos de la volatilidad en los ingresos fiscales. No obstante, el uso intensivo de estos recursos en los últimos años, principalmente para cubrir déficits fiscales exacerbados por la pandemia, ha debilitado considerablemente la capacidad de respuesta del país ante futuras crisis. Actualmente, el fondo representa solo el 1,9% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que limita la capacidad del Gobierno para enfrentar recesiones o desastres naturales.
Expertos económicos advierten que esta situación podría debilitar la percepción de sostenibilidad fiscal por parte de los mercados internacionales, poniendo en riesgo la confianza de los inversionistas.
Es crucial que Chile adopte políticas fiscales más rigurosas y sostenibles, enfocadas en la reducción del déficit sin recurrir de manera desmedida a los fondos de emergencia. Lograr un equilibrio entre las demandas sociales y la disciplina fiscal será esencial para preservar la estabilidad económica en el largo plazo. (El Mostrador)
Carolina Erices
USM