La OTAN inició este domingo un ejercicio naval en el mar Báltico de casi dos semanas de duración con más de 7.000 miembros de la armada, fuerza aérea e infantes de marina procedentes de 16 países, incluidos dos que aspiran a unirse a la alianza militar, Finlandia y Suecia.
La actividad naval anual Baltops, que se inició en 1972, no se realiza en respuesta a ninguna amenaza específica, pero la alianza militar dijo que “con la participación de Suecia y Finlandia, la OTAN está aprovechando la oportunidad en un mundo impredecible para mejorar la resistencia y la fuerza en conjunto” junto con las dos naciones nórdicas aspirantes.
Durante años, ambos países no tenían alineación militar alguna, hasta que sus gobiernos decidieron solicitar el ingreso en la OTAN en mayo, como consecuencia directa de la invasión rusa en Ucrania del 24 de febrero. En los últimos años, Moscú viene advirtiendo en repetidas ocasiones a Helsinki y Estocolmo de no sumarse a la alianza militar occidental y advirtió represalias en caso de que lo hagan.
Antes del simulacro naval, en el que participaron 45 buques y 75 aeronaves, el máximo responsable militar estadounidense dijo en Suecia -sede del ejercicio Baltops 22- que era especialmente importante que la OTAN mostrara su apoyo a los gobiernos de Helsinki y Estocolmo.
“Es importante que nosotros, Estados Unidos, y los demás países de la OTAN demostremos nuestra solidaridad tanto con Finlandia como con Suecia en este ejercicio”, dijo el sábado el general estadounidense Mark Milley, Jefe del Estado Mayor Conjunto, durante una conferencia de prensa a bordo del buque de guerra anfibio USS Kearsarge, que se encuentra atracado en el centro de Estocolmo.
Acompañado de la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, Milley subrayó que el mar Báltico es un cuerpo de agua de gran importancia estratégica, “una de las grandes vías marítimas del mundo”.
Afirmó que, desde la perspectiva de Moscú, la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN será “muy problemática” y dejará a Rusia en una posición militar complicada, ya que el litoral del mar Báltico quedaría casi por completo rodeado por los miembros de la OTAN, excepto el enclave ruso de Kaliningrado y la ciudad rusa de San Petersburgo y sus alrededores.
Turquía, país miembro de la OTAN, que ha mantenido buenas relaciones con Rusia, se ha opuesto a que Finlandia y Suecia se unan a la alianza militar, alegando su supuesto apoyo a un grupo kurdo al que Turquía califica de terrorista.
Por otra parte, Estados Unidos nunca trasladó un buque de guerra tan grande como el USS Kearsarge, de 257 metros (843 pies) de eslora, a la capital sueca, donde navegó a través de angostos pasajes en el archipiélago de Estocolmo, dijo Milley.
Como socios cercanos de la OTAN, Finlandia y Suecia han participado en el ejercicio naval desde mediados de la década de 1990.
Está previsto que Baltops 22 finalice en el puerto alemán de Kiel el 17 de junio. (La Tercera AP)