La estrategia secreta fue conocida en los altos mandos de la CIA como “Operación Minerva”: la compra ultra confidencial en 1970 de la empresa suiza Crypto AG, dedicada a proveer equipos que cifraban mensajes a 120 países. La trampa estaba en que a la mayoría de los países se les entregaban equipos adulterados, para permitirle a la agencia de inteligencia estadounidense descifrar fácilmente sus mensajes secretos.
Por ejemplo, Argentina no tuvo idea de que sus comunicaciones militares supuestamente seguras, estaban siendo entregadas por Estados Unidos al Reino Unido durante la Guerra de Las Malvinas. Tampoco las dictaduras del Cono Sur de América en los ´70 estuvieron al tanto de que sus mensajes para coordinar asesinatos de opositores alrededor del mundo, a través de la Operación Cóndor, estaban siendo monitoreados por Estados Unidos. En ese grupo estaba incluido Chile.
La revelación llegó hace dos días gracias a una investigación del Washington Post en alianza con la televisión pública alemana (ZDF). La participación de los alemanes se explica porque en un principio la inteligencia de Alemania Occidental (la ex RFA), también tuvo el control de Crypto. De hecho, la CIA y la agencia de inteligencia de los alemanes (BND) compraron en conjunto Crypto por unos US$5,75 millones. La identidad de los dueños de la empresa se mantuvo oculta utilizando para ello el paraíso fiscal europeo de Liechtenstein.
La CIA y los alemanes se mantuvieron con la propiedad de Crypto hasta 1993, cuando la BND le vendió su parte a los estadounidenses. Hasta ese momento, ambas agencias operaron un negocio con doble ganancia: millones de dólares en utilidades y la información secreta militar y diplomática de más de 100 países. Según el Washington Post, la CIA bautizó la operación como el gran golpe de inteligencia del Siglo XX.
Desde 1993 y hasta 2018, la CIA fue la única propietaria de Crypto. Hace dos años la agencia de Estados Unidos se deshizo de la compañía, según la investigación de prensa.
En Chile los equipos de Crypto habrían sido utilizados por el Ejército, al menos, desde 1976, cuando la dictadura brasilera le proporcionó equipos para coordinar las acciones terroristas de la Operación Cóndor. Esos equipos se siguen utilizando en el país. De hecho, la Cancillería también los ocupa.
Esa información militar secreta particularmente sensible estuvo a la vista de los servicios secretos estadounidenses y alemanes durante décadas, los que siempre tuvieron acceso a las comunicaciones supuestamente cifradas del Ejército y la Cancillería chilena. Según la indagación hecha por CIPER, hay un equipo de Crypto en cada una de las agregadurías militares de Chile en el extranjero.
En cuanto a los intermediarios que usó Chile para la compra de los equipos Crypto, CIPER pudo establecer que, al menos desde 2013, los equipos fueron comprados por el Ejército a través de una empresa de propiedad de Virgilio Cartoni, el proveedor favorito de los militares (vea reportaje de CIPER “Los nexos entre Fuente-Alba y el comerciante de armas predilecto del Ejército”). Las compras de equipos Crypto realizadas por el Ejército durante los últimos años están siendo investigadas por el Ministerio Público luego de que la Contraloría alertara sobre irregularidades en esas adquisiciones.
Los lobistas de Crypto en Chile, relacionados con Cartoni, han ofrecido los equipos de cifrado de mensajes al Ejército y también a otras instituciones policiales, como la PDI. Los productos de la empresa suiza también incluyen sistemas para cifrar llamadas celulares y para ocultar la IP durante la navegación por internet.
LOS TENTÁCULOS DE CRYPTO EN CHILE
La ruta de la empresa suiza en Chile lleva hasta un histórico proveedor de armas del Ejército: Virgilio Cartoni Maldonado. Es su empresa C Y M S.A. la que ha representado a Crypto en el país desde, al menos, la década pasada.
Entre 2016 y 2019, los ejecutivos de la firma fundada por Cartoni sostuvieron 16 reuniones por Ley de Lobby ante distintas autoridades de las Fuerzas Armadas y de Orden para presentar los productos y servicios de Crypto. El primer antecedente data de octubre de 2016, cuando el entonces Jefe de Logística de la PDI, Eduardo Rodríguez-Peña Troncoso, recibió por una hora a Carlos Machuca Woodbridge, un agente de C Y M S.A (hoy llamada Séneka) que se presentó como gestor de intereses. En la ocasión se abordaron las “comunicaciones encriptadas IP VPN y celulares encriptados de la empresa CRYPTO AG de Suiza”.
El 18 de abril de 2017 debutaron como representes de Crypto otros dos ejecutivos de C Y M S.A: Robinson Leiva Sfeir y Juan Valero Mandujano. Con el tiempo se volvieron los agentes más utilizados por la compañía de Cartoni al momento de representar los intereses de la empresa suiza. En su primera incursión se reunieron con el director de Mando y Control Estratégico del Estado Mayor Conjunto del Ejército, Jean Pierre Desgroux. La descripción de la cita solo señala que se trató de una “presentación (de la) empresa Crypto AG”.
La dupla conformada por Leiva y Valero se repitió cuatro veces más, en encuentros con autoridades del Regimiento de Inteligencia N°2 Llaitún, de Telecomunicaciones y del área de Informática y Computación de la institución castrense.
Que Valero Mandujano sea el representante de Cyrpto que más reuniones ha sostenido con el Ejército, no es casualidad. Es un capitán de Ejército en retiro y tal como reveló CIPER en 2017, la empresa de Cartoni siempre ha procurado fichar a ex militares para facilitar su relación confidencial con la institución uniformada.
Como representante de Crypto, la agenda de Valero en 2019 estuvo únicamente concentrada en el Ejército. Desde enero hasta mayo del año pasado, se reunió en seis ocasiones –cinco en solitario y una en compañía de Leiva Sfeir– con autoridades ligadas a la inteligencia, computación, comunicaciones y telecomunicaciones de la institución. Además de presentaciones y saludos protocolares, la descripción de algunas de esas citas señala: “revisión (del) estado de funcionamiento y soporte al material de aseguramiento de la información CRYPTO”, “reunión de trabajo técnica” y “presentación solución telefonía celular encriptada”.
La Fuerza Aérea (2018) y la Dirección General de Aeronáutica Civil (2017) completan la lista de entidades que se reunieron con representantes chilenos de Crypto.
CIPER se contactó con Séneka (ex C Y M S.A.) para conocer su versión sobre los hechos revelados por el Washington Post relativos a Chile, pero la empresa indicó que ningún ejecutivo estaba disponible para responder consultas. También señalaron que Virgilio Cartoni ya no tiene relación con la compañía.
BAJO LA LUPA DE LA JUSTICIA
En abril de 2019 la Contraloría emitió un duro informe dando cuenta de las irregularidades detectadas en la compra de 214 elementos utilizados para el envío y recepción de información cifrada por parte del Comando de Telecomunicaciones del Ejército. Todos esos equipos y accesorios fueron fabricados por la empresa Crypto AG y adquiridos por el Ejército entre 2013 y 2015, cuando la CIA aún controlaba a la empresa suiza.
Las principales irregularidades dieron cuenta de diferencias en el precio de equipos idénticos, la nula existencia de documentación que acreditara una compra en regla, inconsistencias en las fechas de recepción del material en la agregaduría militar en Italia, el excesivo gasto en viáticos durante 17 viajes al extranjero de efectivos militares relacionados con la compra a Crypto AG, demoras en la entrega de los equipos y anomalías en la compra al representante en Chile de la firma sueca C Y M S.A. (hoy Séneka).
Se objetó, por ejemplo, la compra de ocho equipos criptográficos a través de cuatro facturas: las dos primeras del 30 de septiembre de 2014, y las segundas del 30 de julio de 2015. El Ejército adquirió equipos idénticos, pero en 2014 pagó por cada uno de ellos US$16.890 y pocos meses después la cifra subió a US$22.688. La Contraloría detectó un eventual sobreprecio de US$46.384.
La compra de estos equipos formó parte de un proyecto de modernización de la “Red Cryptofax”, proceso que también está en la mira de la Fiscalía. Según varios efectivos militares que conversaron con CIPER bajo resguardo de identidad, la idea inicial del Ejército era cambiar el sistema para encriptar sus mensajes por uno digital que les permitiera conectarse a la red desde cualquier parte del mundo, utilizando claves seguras.
El problema que tenían entonces con los equipos de Crypto era que funcionan como una estación fija instalada en cada una de las agregadurías militares de Chile, por lo que no permitían flexibilidad de movimiento. Esa decisión fue tomada por el general de brigada (r) Alejandro Maggi, quien fue jun importante mando de la CNI durante la dictadura.
Fue la intervención directa del entonces comandante en jefe, Juan Miguel Fuente-Alba -según confidenciaron a CIPER varias fuentes-, lo que forzó la decisión: se mantuvo a Crypto como proveedor y se optó por desarrollar una modernización de los equipos suministrados por la firma suiza. Como lo publicó CIPER, la relación entre Fuente-Alba y Cartoni es muy estrecha y está entrelazada por la obsesión por los autos caros del excomandante en jefe. y por diversas irregularidades en gastos en que incurrió durante su mando y hoy que lo mantienen procesado.
Así, fue bajo la orden de Fuente-Alba que se decidió adquirir el modelo HC-9300, una versión más moderna de los aparatos Crypto que ya utilizaba la institución castrense. El argumento que se esgrimió fue que estos equipos eran compatibles con los que ya se tenían, por lo que no habría que gastar en capacitación del personal que los utiliza.
Esas mismas fuentes militares señalan que ya han declarado ante la Fiscalía todos los efectivos involucrados en la compra de los equipos Crypto, y que las preguntas de los persecutores los han incomodado. La pregunta recurrente es sobre qué necesidad había de utilizar a la empresa de Virgilio Cartoni como intermediaria, lo que necesariamente acarreaba un encarecimiento en el precio final.
La investigación judicial, dirigida por la fiscal jefe de Delitos de Alta Complejidad de la Fiscalía Centro Norte, Ximena Chong, ya solicitó colaboración a la justicia suiza para determinar, entre otros asuntos, cómo llegó a vincularse el proveedor del Ejército, Virgilio Cartoni, con la empresa Crypto AG.
La relación del Ejército con Crypto es de larga data. Fuentes militares señalaron a CIPER que estos equipos criptográficos se utilizan, al menos, desde 1993. Pero hay otros antecedentes que apuntan a que el Ejército conoció los aparatos de la empresa controlada por la CIA desde varios años antes.
CRYPTO EN LA OPERACIÓN CÓNDOR
El periodista Peter Kornbluh es director de la sección Chile del National Security Archive, una organización sin fines de lucro con sede en Washington que se encarga de revisar las desclasificaciones de archivos de los organismos de inteligencia de Estados Unidos. Kornbluh también es colaborador de CIPER. Junto a su colega Carlos Osorio, el investigador publicó un reporte que da cuenta de la utilización de los equipos de Crypto por parte de las dictaduras suramericanas durante la década de los ´70.
Citando expedientes desclasificados de la CIA, Kornbluh y Osorio aseguran que, en noviembre de 1975, en una reunión en Santiago, las dictaduras que integraban la Operación Cóndor (que implicó la coordinación para asesinar a opositores políticos) decidieron utilizar un sistema de comunicación encriptada que les garantizara la seguridad de sus mensajes: ese sistema se bautizó como Condortel.
Fue así como, en 1976, la dictadura brasilera proporcionó al grupo equipos que -según archivos de la CIA- provenía Crypto:
“El sistema de cifrado empleado por Cóndor es un sistema de máquina manual de origen suizo dado a todos los países de Cóndor por los brasileños y con la designación CX52″, señala el reporte.
Esos equipos se habrían actualizado a fines de 1977, siendo reemplazados por otras máquinas también de Crypto, pero ahora entregadas a los países que participaron de la Operación Cóndor por los argentinos.
Para Peter Kornbluh el antecedente de que Crypto AG era controlada entonces por la CIA y por la inteligencia de Alemania Occidental, puede significar un vuelco en lo que hasta ahora se conoce de la Operación Cóndor, y también sobre la información de los crímenes cometidos con que contaba Estados Unidos y la ex República Federal Alemana (RFA).
-El gobierno chileno debe pedir a la administración Trump desclasificar todos estos documentos para clarificar este pasado tan siniestro y avanzar en un veredicto de la historia, por lo menos, sobre Chile y Cóndor -señaló a CIPER Peter Kornbluh.
CIPER consultó al Ejército, la FACh, la PDI, la Armada, y la Cancillería si es que utilizan o han utilizados productos de la empresa Crypto AG. Hasta el cierre de este reportaje, solo respondieron los cuatro primeros. Desde la PDI señalaron que no utilizan y nunca han utilizado equipos de Crypto, mientras que la FACh y el Ejército señalaron que esa información debe ser solicitada vía Ley de Transparencia. La Armada, por su parte, contestó que “no podemos referirnos a los temas que nos preguntan“.
Luego de que la CIA dejara la propiedad de Crypto AG, en 2018 la compañía original se dividió en dos. Una de las nuevas empresas, Crypto International, señaló en su página web que no mantiene ninguna relación con los dueños de la antigua firma, y que jamás han tenido conexiones con la CIA ni la BND. También señalaron que cambiarán el nombre e imagen de la empresa durante 2020. La segunda compañía, CyOne Security, señaló que solo mantiene como cliente al gobierno suizo.
ACTUALIZACIÓN
CIPER pudo comprobar que en junio de 2010 el Comando de Telecomunicaciones del Ejército adquirió tres productos de Crypto AG, con C Y M S.A. como intermediario: un “equipo de seguridad de evaluación de vulnerabilidad”, una “tarjeta controladora de periféricos” y una “placa o tarjeta madre”. La operación le costó $9.948.000.
De acuerdo con la Resolución Nº17 del Comando de Telecomunicaciones, fechada el 14 de mayo de 2010 y que autorizó la adquisición de los productos (vea ese documento aquí), el Ejército “cuenta con una red criptográfica de transmisión de documentación secreta que integra a todas las Unidades del país, Misiones y Agregadurías Militares”.
El documento detalló que la compra de nuevos equipos se decidió “con el fin de asegurar la integración y enlace de todo el sistema criptográfico, y en razón de la confianza y seguridad que se deriva de la prestación de los servicios”. Luego agregó: “el material que integra la red criptográfica es adquirida de un solo fabricante, el cual es CRYPTO AG de Suiza, que actúa con el país intermedio de su representante en Chile, la empresa C&M World Enterprises Corp”. (CIPER)