Éstos son tiempos difíciles para las economías en el mundo entero. Aun cuando sólidos vínculos internacionales han dado paso a un período sin precedentes en materia de prosperidad y paz a nivel mundial, hay vientos proteccionistas en contra que ahora están poniendo en peligro estas relaciones de larga data.
La continuidad de nuestra prosperidad depende del fortalecimiento y la renovación de nuestras relaciones comerciales, con miras a crear puestos de trabajo valiosos y mejorar nuestra calidad de vida. La alianza entre Canadá y Chile constituye un ejemplo digno de elogio de dos países que han compartido la prosperidad alcanzada gracias a que derribaron las barreras que existían entre ambos. El Acuerdo de Libre Comercio modernizado, suscrito entre Canadá y Chile, que entra en vigor hoy, marca un hito en nuestra alianza comercial.
Sin embargo, la diversificación del comercio representa algo más que simplemente nuevos acuerdos y nuevos mercados. Diversificación significa crear oportunidades para todos –inclusive para las mujeres, los pueblos indígenas y las minorías, y la pequeña empresa–, para que sean partícipes del impacto económico del comercio.
A modo de ejemplo, las economías prosperan y las empresas se benefician cuando integran a la mujer —y a las empresas de propiedad de las mujeres— a sus cadenas de abastecimiento. Ninguna economía puede lograr un desempeño óptimo si deja fuera a la mitad de la población. El empoderamiento económico de las mujeres y niñas es prioritario, tanto para Canadá como para Chile, y es por esta razón que hemos incluido un capítulo dedicado al tema de género –por primera vez, en el caso de Canadá– en nuestro acuerdo bilateral de libre comercio modernizado.
Desde que Canadá y Chile suscribieron su acuerdo comercial en 1997, el comercio bilateral prácticamente se ha cuadruplicado, alcanzando a 2.900 millones de dólares. Canadá exporta principalmente productos agrícolas, maquinarias, metales y minerales, además de productos médicos y farmacéuticos a Chile. Por su parte, Chile exporta principalmente cobre, frutas, oro, plata, vino, pescados y mariscos a Canadá.
Habiendo alcanzado la cifra de 17.100 millones de dólares, Canadá se ha convertido ahora en la segunda fuente más importante de inversión extranjera directa para Chile. Nuestro acuerdo modernizado no hará más que facilitar las cosas para que las empresas inviertan, incrementando las oportunidades en nuestros dos países.
Esperamos seguir desplegando esfuerzos conjuntamente con Chile para ampliar los beneficios del comercio, especialmente para las mujeres, incluso en la Organización Mundial del Comercio y mediante el liderazgo chileno en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico este año. De igual manera, Canadá alienta la pronta ratificación por parte de Chile del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, a fin de fortalecer nuestra relación y compartir aún más los beneficios que brinda un comercio inclusivo.
Canadá y Chile aúnan sus esfuerzos por promover un entorno comercial que beneficie a todos en nuestras sociedades. Y si bien nuestro pacto comercial de 22 años es todavía joven, nos entusiasma saber que recién estamos comenzando. (DF)
Jim Carr, Ministro de Diversificación del Comercio Internacional de Canadá