En todo caso, esta moderación en el ritmo de crecimiento del gasto corriente era inevitable, considerando que la caída en el crecimiento de los ingresos fiscales ha sido mucho mayor aún. A ese aspecto apuntan mis cuestionamientos; al deterioro de la sostenibilidad fiscal, que no se ha enfrentado con la prudencia requerida. Me parece correcto, en todo caso, que el señor Jorquera excluya de la comparación el período de la pandemia, dado lo anómalo que fue en materia de ingresos y gastos fiscales, en parte debido a las fuertes presiones populistas de los que hoy gobiernan.
Si vemos los números, entre 2010 y 2019, los ingresos fiscales crecieron a una tasa promedio de 5,7%, similar al ritmo de crecimiento del gasto en personal, de 5,8%. En cambio, en lo que va de este gobierno los ingresos fiscales han caído casi un 11%, mientras el gasto en personal creció un 4% el año pasado y acumula una expansión de 7,3% hasta agosto (todas las cifras corregidas por inflación). En definitiva, el Gobierno, en forma similar a los anteriores, no ha sido capaz de enfrentar las presiones por expandir la planilla, pero esta vez sin los ingresos necesarios para financiarlas.
Si miramos la década 2013-2023, vemos que el gasto en personal del gobierno central ha crecido un 50%, y el de las municipalidades, un 80%, lo que inevitablemente conlleva un riesgo de captura. Aprovechando entonces la disposición del jefe de Estudios de la Dipres de entregar más datos para el análisis, sería de gran valor conocer el porcentaje de militantes de los distintos partidos políticos que son funcionarios públicos, junto con la evolución de esos porcentajes a lo largo del tiempo. (El Mercurio Cartas)
M. Cecilia Cifuentes H.
Directora Centro de Estudios Financieros
ESE Business School