Junto con atender las necesidades de la población, en particular de la más vulnerable, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, destaca la necesidad de poner foco en la recuperación económica. “Es clave, ningún país puede pretender vivir de ingresos que no tiene”, dice a horas de enviar uno de los proyectos de ley que -basado en incentivos tributarios a la inversión- apunta a preparar al país para el escenario pospandemia.
“La palabra crecimiento por momentos se ha olvidado en nuestra discusión, creo que debería tener un repotenciamiento muy grande”, dice.
-¿La estrategia es avanzar en las medidas que den alivio social, pero tener avanzado lo relativo a la reactivación?
– Por supuesto, debemos tener todo listo, pero además dar una señal política de que acá también hay una prioridad y eso está plasmado en el acuerdo de la recuperación económica y del empleo. Insisto, esas son las fuentes permanentes de ingreso a las familias. Los ingresos de emergencia, como su nombre lo indica, son de emergencia. Nadie puede pretender que sean permanentes. Por lo tanto, la prioridad 1, 2, 3, 4 y 5 en los próximos meses será la recuperación económica (…) Tenemos que ir con materias de subsidio al empleo, también hay materia tributaria para incentivar la contratación, hay un crédito tributario para aquellas empresas que aumenten su planilla de trabajadores.
– Hay temor al desempleo una vez que se acabe el plazo de la suspensión de los trabajadores.
– Así es. Como dijo el Banco Central hay una probabilidad esperada no menor de que una fracción significativa de los trabajadores suspendidos pasen a la lista de desempleados y, por lo tanto, ahí hay un candidato natural como para ponerle mucho acento en cómo empalma con este subsidio y aliviar el costo a su empleador y aumentar la chance de que ese trabajador vuelva a ser contratado.
Entonces, va en esa lógica que hay que buscar los mecanismos de empalme, para que sean efectivos, suaves, no generen incentivos perversos o malos.
La crisis se ha alargado y el trimestre de recuperación se ve un poco más lejos. ¿Cómo han evaluado el costo de mantener estas medidas en el mediano plazo?
– Bueno sí, está ese riesgo. Si algo sabemos de esta pandemia es que los tiempos, las predicciones que se hacen, son todas falibles. Hay mucha incertidumbre. Nuestro escenario central para el año 2021, es una recuperación fuerte. Estamos mirando un 5,5% de crecimiento que no alcanza, hay que decirlo, para recuperar el terreno perdido este año. Pero, sin duda, será un impulso importante y que requiere esta palanca, estas medidas, esta prioridad nacional de que estemos todos con la recuperación económica y del empleo. Todo esto muy contingente a lo que uno puede hacer. No va a ocurrir espontáneamente. Aquí la palanca de política pública será súper relevante y, por eso, esta agenda es tan importante.
– Las concesiones han sido una especie de comodín en los últimos 15 años. Sin embargo, cada vez que se plantean como una opción reactivadora, se han complicado por los reglamentos, los permisos. ¿Qué podría cambiar ahora?
– Es súper importante lo que dice. Hoy tenemos ya un catastro de inversiones que podríamos ejecutar e implementar este año. Están todas con su RS, están listas para partir. Son obras pequeñas, medianas, no son megaproyectos que toman más tiempo y que suman US$ 2 mil millones. Esto revela que al final del día todos los trámites administrativos, las cosas que demoran la implementación del proyecto y esto también es válido para las concesiones es una preocupación fundamental. Y por eso que en el marco del acuerdo, también se mencionaba la importancia de agilizar, de alivianar los aspectos regulatorios, los aspectos de permisos que están detrás de los proyectos y aquí ya estamos trabajando coordinadamente con el Ministerio de Economía.
– A diferencia de otros países donde tienes un grupo de empresas grandes que están en problemas, acá básicamente tenemos una estratégica. ¿Cómo sé maneja eso?
– Eso es una complicación, y la verdad es que se tejen todo tipo de teorías conspirativas bien sorprendentes. Es realmente sorprendente porque el Gobierno ha sido súper transparente en la postura, jamás ha hablado de un apoyo a una empresa en específico, ha querido sentar los criterios generales para ver si es razonable avanzar en aquello.
Pero bueno, en la discusión pública muchas veces lo que se impone es más bien una idea de esta naturaleza conspirativa, que tuvieron una suerte de complot…
– Independiente de la teoría de complot, hoy hay una empresa que podría requerir esta ayuda urgente.
– Eso es súper cierto, pero estas conversaciones y estos marco institucionales ciudadanos, transparentes, con acuerdos amplios de cara a la ciudadanía son relevantes porque esto es como los seguros… Uno nunca quiere usarlos, ojalá que nunca los use, pero si el día de mañana hay una contingencia, uno quiere que esté (…) Hemos hecho un catastro, un barrido, bien detallado de todas las grandes empresas y no vemos ninguna de estas megaempresas en una situación de insolvencia o de un proceso de reestructuración cercano, pero también hemos aprendido que en esta pandemia hay capítulos inciertos (…), por lo tanto nos parece que es una discusión que corresponde tener.
Lo otro que se confunde en esta discusión, es que una cosa son las empresas llamadas estratégicas que están en un proceso de reestructuración (…) y otro mundo las empresas grandes, que no es un salvataje lo que aplica, sino que cómo apoyas para que accedan a los mercados de capitales, que es una pregunta bien distinta.(Por Marily Luders, DF)