Greenpeace dio a conocer este domingo en Ancud los resultados del estudio que realizó entre los meses de mayo y agosto tras la emergencia gatillada por la marea roja en Chiloé. El documento establece que el vertimiento de salmones podridos en las costas de la isla actuó como «fertilizante potenciador» del fenómeno, «aumentando su magnitud, intensidad y alcance, desencadenando la crisis social ambiental en la zona».
Desde la agrupación agregan que el Gobierno tomó una medida apresurada, desconociendo la regulación nacional y violando los compromisos internacionales sobre la materia.
Puntualmente, se responsabiliza al ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, por permitir, a través de las instituciones que de él dependen, que las empresas salmoneras arrojaran el pescado podrido al océano sin realizar un estudio de impacto ambiental que acreditara que el vertimiento no tendría efectos tóxicos.
Estefanía González, coordinadora de Greenpeace en Chile, afirmó que el Gobierno traicionó a Chiloé y lo sacrificó en pro de la industria salmonera. Además, emplazaron al titular de Economía a responder frente a estos antecedentes y a asumir su responsabilidad de cara a las comunidades de la zona.
En esa misma línea, uno de los científicos que participó del informe expresó que no hay fundamentos oceanográficos para afirmar que no hay relación entre el vertimiento y la marea roja que se observó.
Ernesto Molina agregó que al arrojar los pescados, éstos actuaron como fertilizantes y que las corrientes determinaron el patrón de desplazamiento del amonio proveniente de éste en la zona.
Al recibir la noticia, los pescadores afectados expresaron que los resultados les dan una luz de esperanza a lo que ya toda la isla sabía. Es decir, que el vertimiento de salmones -basado en reportes de Sernapesca- fue la causa de la tragedia social, afirmando que no fue ni la marea roja ni el cambio climático ni el fenómeno del Niño sino que era el Gobierno el que «deliberadamente decidió sacrificar la isla».
Los análisis se realizaron mediante toma de muestras en terreno, revisión de datos de la NASA, información oficial del Ejecutivo, revisión de testimonios y análisis de imágenes satelitales. La investigación dio como resultado que los salmones en proceso de descomposición producen altas cantidades de amonio que corresponde al nutriente y alimento «favorito» de las microalgas, que pueden generar bloom tóxicos o marea roja. (Emol)