El Senado, por amplia mayoría, aprobó este jueves la reforma constitucional que permite cambiar la Constitución. De esta forma el Presidente Sebastián Piñera deberá convocar a un plebiscito para el 26 de abril de 2020. Ahí los chilenos podrán decidir si quieren o no una nueva carta fundamental y mediante cuál mecanismo. Eso iniciará un proceso electoral donde los partidos políticos tendrán que decidir formalmente si apoyan la opción «apruebo» o la opción «rechazo», ya que de ese modo se podrá organizar la campaña y la franja televisiva, por ejemplo.
Sin embargo, todo este proceso ha generado roces en las fuerzas políticas. La presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, anunció que congelaría participación de su partido en Chile Vamos debido a que parlamentarios de RN y Evópoli votaron junto a la oposición en la Cámara las normas que permiten paridad de género y cupos para independientes en la elección de constituyentes. Para abordar esta situación, la periodista Pilar Molina conversó -durante el programa La Mirada Líbero en Agricultura– con el diputado UDI Guillermo Ramírez.
-¿Qué significa exactamente que la UDI congele la participación con Chile Vamos?
-Significa que el trabajo que hemos venido haciendo en conjunto, para ponernos de acuerdo sobre los distintos proyectos de ley e iniciativas, sobre todo del gobierno, nosotros no vamos a participar por el momento de esas conversaciones. Estamos conscientes de que estamos en un momento con una agenda social intensa, con muchas reformas en el Congreso, pero lo que ha venido pasando las últimas semanas es que nosotros hemos trabajado en conjunto, incluso muchas veces con equipos técnicos llegamos a acuerdos, y esos acuerdos no se respetan. Finalmente en aquello que cede la UDI, la UDI cumple con su palabra, pero en aquello que se acuerda o que en cierta forma la UDI pide, la otra parte no cumplió con la palabra, y esto ha ocurrido demasiadas veces.
-Pero el presidente de RN Mario Desbordes había advertido que ellos comprometieron sus votos para aprobar esta paridad de género que se está objetando…
-Lo que pasa es que uno no se puede comprometer a dos cosas contradictorias a la vez. Nosotros acordamos, con la firma de los presidentes de partidos y también otros parlamentarios en el acuerdo del 15 de noviembre, que íbamos a tener este proceso constituyente, y ahí establecimos ciertas reglas. Una de esas reglas era que el sistema de elección de los miembros de la convención constituyente sería el mismo sistema que la cámara de Diputados. Eso resuelve muchos problemas. Queda definido que son 155, igual que los diputados, quedan definidos los distritos, los escaños del distrito, en fin. Para no tener que negociar cada punto. Eso nos ayudó a salvar muchos temas de negociación con la izquierda, y también se acordó que cualquier modificación debía ser aprobada por todos los presidentes de partidos. Y los presidentes de partido de hecho se juntaron en las últimas semanas, estuvieron hablando sobre estos temas y no llegaron a acuerdo, y decidieron que finalmente se tramitaran las reformas constitucionales sin esa parte. Y bueno, lo que hemos visto al final del día es que de poco importó ese acuerdo, porque algunos parlamentarios de Chile Vamos, de RN y Evópoli, terminaron igual alterando la forma en que se elige la convención constituyente sin haber llegado en la materia a un acuerdo con la UDI, que era lo que había que hacer.
-Pero con menos quórum. ¿Entonces fue una «pillería» de RN y de Evópoli, que no lo aprobaron dentro de la reforma constitucional, pero sí estuvieron dispuestos a aprobarlo como ley orgánica, con menos quórum, con tres quintos?
-No, yo no lo llamaría una pillería, porque ahí hay una diferencia de interpretación. No voy a presumir mala fe de nuestros socios, yo no llego a tanto…
-¿Pero cuál es la palabra hoy día de los socios?
-Hay que distinguir. Hay parlamentarios, por ejemplo de RN que votaron respetando el acuerdo, y algunos se abstuvieron… Pero nosotros hemos hecho el mayor de los esfuerzos por apoyar al gobierno en un momento en que está muy debilitado, no solamente por la aprobación presidencial y del gobierno, sino porque hay un momento en Chile muy complejo. Y hemos estado dispuestos a ayudar a salir adelante al gobierno, cediendo en cosas que para la UDI son muy dolorosas, como por ejemplo todo el proceso constituyente... Hemos hecho los mayores esfuerzos por la unidad de Chile Vamos, sentándonos a conversar y tratando de llegar a acuerdos razonables. El jueves, por ejemplo, me tocó representar a la bancada de diputados de la UDI en una conversación con RN y Evópoli respecto a las cuotas para pueblos originarios, y estamos llegando a un acuerdo en esa materia súper razonable. Entonces, cuando uno hace todos los esfuerzos por mantener la unidad y apoyar al gobierno, y finalmente en lo que les toca hacer a los otros nos fallan, uno en algún minuto dice «¿sabes qué? ya basta. Hasta aquí no más llegamos«. No se puede trabajar si finalmente no se cumple con la palabra.
-¿Por qué es tan importante o por qué debilita al gobierno que RN esté dispuesto a apoyar estas cuotas de género de salida, una vez producidas las elecciones?
-Hay dos temas que son distintos. El por qué debilita al gobierno el no actuar con unidad, porque obviamente nos debilita frente a la oposición. Nosotros ya tenemos minoría en el Congreso como para además estar entre nosotros disgregándonos. Tenemos mucho más fuerza, poder de negociación, y podemos plantearnos de mejor manera frente a la izquierda y sus pretensiones si actuamos como bloque. Entonces, ya la indisciplina nos perjudica gravemente en un momento en el que tenemos minoría en el Congreso y en el que el gobierno está muy debilitado.
En el caso particular de lo que se aprobó ayer, que es la paridad, para que la gente nos entienda, nosotros habíamos llegado a un acuerdo en el que todos los candidatos iban a ser 50% hombres y 50% mujeres, cosa que es inédita. Los partidos se comprometían a aprobar una ley que establecía que la mitad tiene que ser hombre y la mitad mujeres. Además, en las listas, cada uno de los partidos tiene que poner en el primer lugar a una candidata mujer. Porque, en general, se entiende que los primeros en las listas obtienen a veces más votos que los otros. En lo que no estábamos de acuerdo, y que en teoría íbamos a rechazar, es en la paridad, que significa que si a pesar de la cuota en que un 50% de los candidatos es mujer se produce alguna diferencia a favor de los hombres, o de las mujeres, en la asamblea constituyente, la paridad lo que establece es que esos hombres o mujeres elegidos salen, se los saca de la convención constituyente, y se meten a mujeres y hombres que tengan una menor votación. Eso es algo realmente dramático, porque al final del día de lo que estamos hablando es de que los políticos estamos metiendo las manos en la urnas. Nosotros, que defendemos los principios liberales de la democracia liberal, que creemos que lo que manda es la soberanía popular que se ejerza a través del voto.
-¿Pero no es lo mismo que ocurre cuando hay un arrastre, el «chorreo» de los votos que había en el sistema binominal y que lo hay hoy en el actual sistema proporcional que tenemos los candidatos con un 1%?
-Sí, pero el candidato que es arrastrado es el mejor candidato de la lista, es el candidato más votado de la lista que fue arrastrada. Acá lo que va a pasar es que va a haber dos candidatos que son de la misma lista, del mismo partido, que uno puede tener el triple de votos que el otro, pero por ser del sexo equivocado lo van a dejar en su casa y va a asumir la persona de menor votación. Eso no es democracia. Eso no es democrático. Hoy la gente alega que en el Congreso está lleno de parlamentarios del 1%, 2% o 3%. Con este sistema vamos a tener el triple de elegidos con el 1%, 2% o 3%. Se habla de que la paridad ayuda a legitimar el proceso, pero la verdad es que si triplicamos el número de personas con 1%, 2% o 3% en la convención constituyente, eso al final del día va a terminar remando en contra y va a ser un acto de deslegitimación.
-Se dice que en Irán, Bolivia, Venezuela, Argentina y Nueva Zelandia tienen este sistema, ¿son los únicos países en el mundo que tienen este sistema de sumar a las mujeres obligatoriamente para que sean el 50%?
-No tengo antecedentes de si en esos países es el 50% de mujeres. Tengo entendido que son en porcentajes menores, que asegura un cierto piso de hombres o de mujeres, pero no 50%. Creo que lo que estamos aprobando en Chile es único en el mundo, e insisto en un punto. Uno puede pensar que es bueno que el 50% sean mujeres y el 50% hombres, pero nadie tiene el derecho, por muy convencidos que estemos de esa idea, de imponérselo a todos los chilenos. Nuestro deber es respetar la voluntad popular que se expresa en el voto. Los parlamentarios votamos todos los días en el Congreso, tenemos derecho a votar siete veces al día en el Congreso. Los chilenos tienen derecho a votar una vez cada cuatro años para elegir a sus representantes, y lo que estamos haciendo es meternos en esa vez que los chilenos van a a ir a votar, vamos a meter la mano en la urna, y vamos a arreglar el resultado, de acuerdo a algo que nosotros consideramos que es importante, pero que vulnera la soberanía popular. Por eso nosotros encontramos tan grave este tema en particular.
-¿Es antidemocrática esta fórmula, como dice el abogado constitucionalista Jorge Correa Sutil?
-Estoy completamente convencido de que cualquier cosa, no solamente la paridad, que intervenga el resultado final, es antidemocrático, por supuesto que sí. Hay elecciones que son por listas, y a veces por eso mismos salen algunos que tiene poca votación, eso tiene una justificación, y todos los países del mundo tienen esas reglas, todos.
-¿Y usted está de acuerdo en la molestia con el Ministro del Interior? Porque es de Evópoli, y no hubo ningún voto de Evópoli en contra de este sistema, que usted dice que es antidemocrático…
-El ministro del Interior es ministro del Interior. Él está a cargo de la seguridad pública, él fue ministro Segpres y su rol en ese momento justamente era la relación con el Congreso y convencer a los parlamentarios de Chile Vamos de lo que el gobierno estaba proponiendo. Ese ya no es su rol. Yo aquí no voy a apuntar a ningún ministro de Estado, ni a Gonzalo Blumel que es el que está mencionando, ni a ningún otro. Yo aquí apunto directamente a los partidos de Chile Vamos. Este fue un acuerdo que se firmó entre presidentes de los paridos de Chile Vamos. El gobierno ni siquiera formó ese acuerdo, porque no es un acuerdo del gobierno con los partidos políticos. Es un acuerdo entre partidos políticos, de oposición y de gobierno.
-¿Y hay un tema de populismo hoy por parte de RN y de Evópoli? Porque lo que se ha visto en estos días en las tribunas de la Cámara es como que se aprobaba esto o eran objetos de todo tipo de matonaje…
-El tema del matonaje, el tema de las amenazas, de los gritos y de la violencia dentro del Congreso es una cosa inédita. Aquellos que están en el Congreso desde el año 90 me dicen que nunca habían visto lo que están viendo hoy día. Y obviamente que eso dificulta la labor legislativa. Y no tengo dudas de que habrá algún parlamentario, no te puedo decir quién, porque no lo sé, pero habrá algún parlamentario que se sienta intimidado y que quizá cuando está en la duda de como votar, termina votando para ahorrarse problemas. Eso puede pasar perfectamente, no se puede legislar así.
Lo que está faltando es reflexión. Este proyecto de ley que el jueves aprobaron se presentó por RN el día martes, y el jueves ya había pasado por la comisión de Constitución, se había debatido en la sala y fue votado. O sea, dos días. No alcanzamos a reflexionar. Estoy convencido de que si hubiéramos tenido más días para discutirlo y conversar, Evópoli y RN habrían votado rechazando la paridad. Por ejemplo, Evópoli se declara como un partido liberal. Y hay un principio liberal básico, que es respetar el resultado de una elección popular. Eso es básico. Que no sea el Estado el que intervenga los resultados de una elección. Ese es un principio liberal básico. Y creo que faltó reflexión, y darse cuenta de que lo que ellos estaban haciendo era votar en contra de sus propios principios. Nosotros no estábamos pidiendo que ellos votaran algo que no les pega, que es contrario a su declaración de principios. Nosotros estábamos pidiendo que mantuviéramos los principios básicos de la centroderecha. Si al final, es la izquierda la que cuando no le gusta algo lo prohíbe para todos, o cuando le gusta algo nos obliga a todos. Si a la izquierda no le gusta la sal, vamos poniendo un proyecto de ley que prohíbe los salero en los restaurantes. Nosotros no somos así. La centroderecha sirve para defender las libertades individuales. Y acá estamos atentando contra una de las más importantes, que es el ejercicio democrático, la soberanía popular a través del voto.
-La Cámara despachó un proyecto aprobando la participación de los escaños reservados para los pueblos originarios, pero no el número ni el sistema de elección. ¿Porqué la Cámara no es capaz de ponerse de acuerdo y le deja esa tarea al Senado?
-Es una gran pregunta porque ayer había dos proyectos sobre la mesa. Había un proyecto del Frente Amplio que lo que hacía era asegurarle 21 escaños a los pueblos originarios, además de los 155 que hoy existen, o sea, transformaba la convención a una convención de 176 miembros con 21 escaños asegurados para los pueblos originarios, sin importar cuántos votaran, etc. Y había un proyecto al que habíamos llegado a un acuerdo en Chile Vamos. En esta materia la UDI votó a favor de la idea de legislar para reservar escaños a los pueblos originarios, que resguardaba la igualdad del voto.
La propuesta nuestra era tener un padrón donde todas las personas que pertenecen a un pueblo originarios podían inscribirse, y dependiendo de la proporción de ese padrón, si era por decir algo, el 10% de los electores chilenos, entonces tienen el 10% del Congreso de los 155 diputados o asambleístas y mantener así la proporcionalidad del voto. Y todos los votos de todos los chilenos valen exactamente lo mismo. Esa era la propuesta de Chile Vamos, y lamentablemente como las dos propuestas para aprobar se requerían de tres quintos, nosotros votamos a favor de nuestra propuesta, pero el FA y la oposición los rechazaron, por lo cual no tuvimos los votos suficientes para aprobarlo. Y la propuesta de ellos, que era una propuesta ridícula, en el sentido de que no resguarda la igualdad del voto, que para nosotros es un principio básico, nosotros la votamos en contra por lo que ellos tampoco lograron entonces el quórum que se necesitaba y efectivamente esto se a a tener que resolver o en la Cámara o va a tener que ir al Senado. Pero adelanto que en esta materia, y espero que nuestros socios de Chile Vamos estén con nosotros, la UDI va a defender el hecho de que se mantenga la igualdad del voto.
-La oposición señala que ustedes están en contra, casi presumiendo que los pueblos originarios son contrarios al gobierno, entonces tratan de obstaculizar la representación de los pueblos originarios. ¿Por qué ocurre eso siendo que las más altas votaciones del Presidente Piñera las obtuvo justamente en las comunas con pueblos originarios y la más alta de todas es La Araucanía?
-Cuando no se tienen argumentos para defender el propio proyecto, suele pasar que pasamos a la siguiente fase que es denigrar al adversario o derechamente mentir. A nosotros se nos ha dicho respecto del tema de paridad que estamos en contra de las mujeres… Imagínate lo ridículo, nosotros estamos de acuerdo con que la mitad de los candidatos sean mujeres y que encabezan las listas, con entregar más recursos del Servel por cada voto que saque una mujer. Estamos abiertos a todas las fórmulas, salvaguardando el principio de que se respeta la voluntad popular, y esa es la razón por la cual nos opusimos a la paridad.
En el caso de los pueblos originarios, de nuevo es ridículo que se diga que estamos en contra, estamos abiertos a que ellos tengan sus escaños reservados, nos parece bien en la medida en que se respete la igualdad del voto, porque aquí todos somos igual de importantes y en una democracia cada uno vale por un voto. Y la mejor demostración es que en La Araucanía, donde está la gran mayoría de los pertenecientes a pueblos originarios, nosotros arrasamos, y hemos arrasado siempre. El Presidente Piñera sacó más del 60% ahí, nosotros sacamos 3 de los 5 senadores, tenemos más diputados, alcaldes y concejales que la oposición. Esta lógica de que es porque no queremos, porque los pueblos originarios son de izquierda es mentira, ellos votan mucho más por nosotros, pero tenemos el deber de resguardar principios, y el principio de igualdad del voto.
-¿Y qué van a hacer para que el tema constituyente no disuelva al oficialismo, o la coalición de gobierno?
-Es pura voluntad política… Si hay ánimos en RN, en Evópoli y en la UDI de trabajar como lo hemos venido haciendo desde hace 4 o 5 años cuando fundamos Chile Vamos, nosotros debiéramos seguir trabajando en adelante sin ningún problema. Pero pedimos cosas que son básicas. Si tenemos un acuerdo respetémoslo. Los acuerdos son para respetarse. Si es que hay diferencias sobre el alcance de un acuerdo, porque uno puede interpretar un acuerdo de una manera y otro de otra, conversémoslo y pongámonos de acuerdo sobre lo que el acuerdo significa. Pero al final, estamos pidiendo mantener estos parámetros y este rayado de cancha que es mínimo. Conversemos sobre los proyectos de ley, tratemos ponernos de acuerdo sobre las propuestas, no nos vayamos por la libre, dejando caer a nuestros propios socios. Ese tipo de cosas ayudan a que mantengamos la unidad y a que podamos hacerle frente a una oposición que es muy dura y además, mayoría en el Congreso. (Por Pilar Molina-El Líbero)