Guillotina en “horario prime”-Max Colodro

Guillotina en “horario prime”-Max Colodro

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En un hecho insólito, la Presidenta Michelle Bachelet decidió comunicar ayer en la noche, en una entrevista con Don Francisco, que había solicitado la renuncia a la totalidad de su gabinete. Informó, además, que se daría 72 horas para armar un nuevo equipo de gobierno y que hasta el momento no había tenido tiempo para pensar en los reemplazantes.

La crisis de confianza y credibilidad que desde febrero viven La Moneda y el conjunto del sistema político da para todo, pero sin duda que este libreto presidencial no estaba en los libros. Si lo que la Mandataria buscaba era el ‘efecto sorpresa’ sin duda lo ha conseguido; si lo que perseguía era una señal contundente de autoridad, también es innegable que el objetivo está cumplido. Pero el mar de fondo que trasuntan los problemas que aquejan al gobierno pareciera haber sido fielmente retratado por una decisión donde la lógica que imperó tiene más de ‘televisiva’ que de política, y donde a su vez la relevancia de la decisión informada y la dignidad de los cargos en cuestión quedó seriamente degradada.

Los problemas que el país vive son serios y las instituciones republicanas son el principal instrumento para poder abordarlo con la responsabilidad que merecen. Lo que está en juego hoy es precisamente la credibilidad del liderazgo político y este modo de proceder podrá generar algún respaldo entusiasta en ‘la galería’, pero tiene sin duda costos altos para aquello que Chile requiere ahora resguardar por sobre todas las cosas: una política al margen de la pirotecnia, señales que vuelvan a imponer respeto y confianza en nuestras autoridades y en sus decisiones.

Una Presidenta de la República no puede decirle al país que ha decidido solicitar la renuncia de la totalidad de su gabinete y agregar después que no ha tenido tiempo para pensar en cómo llenar los cargos. El cambio de elenco era lógico, previsible e imperioso, pero mucho más importante que la ‘forma’ y la originalidad de la que fuimos testigos ayer en la noche, lo necesario y sustantivo era precisamente aquello a lo que Michelle Bachelet ha confesado no haber dedicado aún el tiempo que la situación exigía.

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