Carlos Heller reconoce que se siente “prisionero” del rating. Desde su teléfono celular tiene acceso al sistema que mide minuto a minuto la sintonía de los distintos programas de televisión. El empresario y presidente de Bethia suele mirar con frecuencia la trayectoria que va tomando ese indicador. Lo hace, sin embargo, con la tranquilidad de sentirse ganador con Mega, el canal del que es dueño el holding y que completa dos años liderando la sintonía de la televisión local. Un canal que, además, tuvo utilidades históricas en 2015, superando los $ 10.000 millones.
Hace una semana, la estación televisiva que el grupo chileno compró en marzo de 2012 en $ 68.000 millones selló un acuerdo con la gigante estadounidense Discovery Communications, que permitió el ingreso de este último a la propiedad de Mega con el 27,5%, valorizando el canal en $ 147.000 millones. Culminaron así 20 meses de una silenciosa negociación liderada por Ramiro Sánchez, gerente general de Bethia, y Patricio Hernández, director ejecutivo de Mega. “Nos sentimos muy orgullosos. Es increíble que un gigante de la TV internacional como Discovery tenga una participación minoritaria en un canal como el nuestro. Es un respaldo y una confirmación de que estamos haciendo bien las cosas”, dice el hijo de Liliana Solari Falabella, desde el piso 50 de la Torre Titanium, el cuartel general de Bethia, grupo que también participa en Falabella y Latam, entre otras, y controla Agrícola Ancali, Empresas Sotraser y el holding vitivinícola Bethwines. Heller, además, es accionista mayoritario de Azul Azul, la concesionaria del club Universidad de Chile.
¿Por qué incorporar un socio?
Fue una consecuencia de un proceso mayor. Cuando compramos el canal estaba cuarto en sintonía, sin una línea editorial, sin contenidos, un poco a la deriva. Las máquinas son las mismas en todos los canales, pero las personas son las que hacen la diferencia. Mi abuelo, Alberto Solari, tenía una frase: “Dame el hombre y te doy el negocio; dime quién lo va a administrar y yo te digo que sí”. Clave era el equipo. Nos ha ido bien, porque nos movimos rápido, tomamos decisiones y logramos armar un buen equipo. Construimos credibilidad en prensa, en ficción. Hoy tenemos un buen tren programático: un buen matinal, una buena tarde, noticias muy potentes. Eso hizo que nos volviéramos atractivos y nos empezaran a mirar de afuera.
¿Recibieron otras propuestas?
Tuvimos acercamientos con otras compañías, recibimos tres, cuatro, cinco propuestas, principalmente de Estados Unidos. Cuando estás arriba eres mirado y admirado y todos van a querer estar cerca tuyo. Tenemos una ventaja: tenemos el fútbol y muchos proyectos que están bien encaminados. Se está trabajando de buena manera, con un buen equipo. Los canales internacionales siguen comprando en todas partes y muchos han querido aliarse con nosotros.
En mayo estuve en la feria de televisión en Los Ángeles, Estados Unidos, era el segundo año que yo iba y eran otras las caras de la industria hacia Mega. Y no se sabía todavía del acuerdo con Discovery. Llegar y que la tarjeta del hotel diga Pitucas sin lucas, Volverías con tu ex o que en las puertas de los ascensores diga Mega o Pobre Gallo es un orgullo.
¿Por qué Discovery?
Porque era el que más se adaptaba a lo que queríamos; de repente, otros llegaban con la fuerza de querer comprar todo el canal o comprar la mayoría, a lo cual nosotros decidimos que no queríamos deshacernos del canal. Siempre el objetivo fue mantener el control.
¿Cuánto estaban dispuestos a ceder en participación?
Siempre hablamos del 30% o 35%, no más allá. Creo que llegamos a un buen deal para ambas partes.
¿Por qué el 27,5%?
Se dio por un tema de sumas y restas. En realidad era el 30%, con un dólar que en ese momento se llevó a UF, y como hubo cambio en el precio del dólar, los dólares que Discovery tenía para comprar el 30% de la propiedad no les alcanzaban y hubo dos opciones: o ponían más plata o bajábamos el porcentaje. Y eso fue lo que ocurrió.
¿Por qué tardaron 20 meses?
Porque hubo que ponerse de acuerdo en muchas cosas, ellos tuvieron que venir a mirar el canal, hacer un due diligence, ver qué estaba pasando y estos procesos no son rápidos. Venían ejecutivos de Latinoamérica, luego de la matriz, también tuvieron que convencernos de vender, porque al inicio tampoco estábamos convencidos.
¿El acuerdo da la opción de que ellos suban su participación?
Por ahora no se ha hablado. Ellos están muy contentos con el acuerdo. Esto es una inyección de contenidos para nosotros y nos va a permitir internacionalizar nuestro proyecto. Quieren exportar nuestros contenidos y traer sus contenidos de muy alta calidad para que podamos en algún momento utilizarlos en nuestras pantallas.
Discovery tendrá un director en Mega. ¿Quién será?
Tienen que definirlo, pero por la legislación chilena el director tiene que ser chileno, aunque pueden venir un par de veedores de ellos. Pero confían plenamente en nosotros.
¿Qué significará para Mega este acuerdo?
Esto es un paso muy importante, un gran impulso, pero tampoco nos cambia el proyecto que teníamos definido, que es hacer seis novelas al año, seguir siendo fuertes en el horario matinal, trabajar en la parte de prensa. Nos van a ayudar a exportar nuestros contenidos. Por ejemplo, podemos exportar nuestras novelas, que es lo que queremos, pero no con exclusividad. Estamos con las puertas abiertas para negociar nuestros productos hacia afuera.
¿Discovery los nutrirá en la segunda señal que tendrán de TV digital?
Podría ser, todavía estamos estudiando qué hacer. Podría ser una señal de niños, de mujeres, con contenido Discovery, cultural. No está 100% definido, el próximo año estará aterrizado el proyecto de la segunda señal.
¿Con Discovery podrían llegar a otros mercados, vía compras?
No lo hemos planteado, pero de repente podríamos tener coproducciones, que se pueden hacer desde Chile, dado que tenemos estudios renovados y los costos de producción son distintos que en otros países.
¿Cuánto han invertido en Mega en estos cuatro años?
Unos US$ 40 millones le hemos puesto al canal, sin contar la compra.
¿Cuándo esperan recuperar toda esa inversión?
Falta un tiempo, pero vamos bien encaminados.
Se les cuestionó que pagaron caro por el canal.
Tal vez compramos un poco caro, puede ser, pero era el último canal privado disponible, lo que se pagó estaba dentro de lo que valía. Ha sido un buen negocio y esperamos que lo siga siendo.
¿El desafío, ahora, es potenciar los contenidos a través de la web?
Tenemos que ir a la plataforma web para que sea un complemento de lo que tenemos al aire. Es una plataforma que hay que explotar, tenemos que ser multiplataforma y un grupo multimedial, hacia allá vamos. Es nuestro objetivo.
¿Cómo lo harán?
Tenemos que trabajar fuerte en la radio Candela, replantear y reformular el proyecto. También tenemos un canal de cable para niños, que debemos fortalecer. Ahí está el futuro de la televisión, combinar los contenidos en las distintas plataformas y no enfocarse en una.
Ya estamos lanzando nuestra primer sitcom por la web.
¿Hacer algo al estilo Netflix?
Los mexicanos están lanzando un Netflix en español, y queremos y tenemos que estar ahí con contenidos nuestros, pero no hacerlo nosotros. Con buenos contenidos nos van a llamar.
¿Y un canal de noticias?
Ya hay canales de noticias en TVN y CNN, por ahora eso está un poco saturado.
¿Y por internet?
Podría ser.
¿Qué le parece la capitalización que anunció el gobierno a TVN de casi US$ 100 millones?
Es mucha plata lo que se está inyectando a TVN para la televisión digital. Los montos, entre todos los canales, no deberían superar los US$ 40 millones. Creo en la televisión pública, pero en países como Italia, España y Reino Unido, tienen otros modelos de televisión pública que habría que mirar. En algunos de ellos financian el Estado y los usuarios a través de un pago mensual, pero no compiten en la torta publicitaria. Hoy, a TVN el Estado le está poniendo plata, pero además el canal participa de la torta publicitaria. Ojalá a TVN le vaya bien, pero son montos excesivos.
¿Es competir en desigualdad de condiciones?
Exacto, el Estado tiene que velar por la libre competencia y aquí me parece que no lo está haciendo.
Ancali a Estados Unidos
¿Tienen planes de abrir a Bolsa el holding o alguna de las empresas?
No ha sido necesario levantar caja. Con Discovery será la primera experiencia de tener socios de afuera en una empresa controlada por nosotros, vamos a ver cómo funciona y eso será un buen ejercicio como para pensar si se puede hacer con otras empresas del grupo. Estamos muy tranquilos, sin sobreendeudamiento, tenemos un patrimonio muy estable, donde manejamos activos por sobre los US$ 3.000 millones y con números azules en todas las empresas que controlamos.
Bethia tuvo un acelerado proceso de diversificación. Hoy, ¿cuál es el foco?
Por ahora, no vamos a seguir buscando nuevas industrias, siempre recibimos propuestas de nuevos negocios, pero hoy tenemos que estar tranquilos en donde estamos y fortalecer nuestros negocios.
¿Tampoco entrar a otro país?
Transportes podría ser uno de los rubros en que podríamos viajar a otros países, pero ahora no están dadas las condiciones. Estuvimos con Blue Express en Perú, un mercado que nos costó más de lo que pensábamos y del que salimos.
Con la lechería Ancali se habían propuesto llegar a Estados Unidos.
Allá tenemos inversiones en tierras y el sueño es estar en Wisconsin con una lechería. Es un anhelo y más al corto que al largo plazo vamos a tener algo en Estados Unidos relacionado con el negocio agrícola. No sólo hay que mirar ese mercado, también tenemos que mirar a Uruguay, Paraguay y Argentina, donde hay posibilidades en el rubro agrícola.
El estadio por ahora no va
En 2015, Azul Azul perdió $ 2.177 millones, 30% más que en 2014. ¿Ha sido una inversión de hincha más que de empresario?
El balance, sin duda, es malo y hemos cometido errores, pero estamos trabajando para revertirlo. Yo no entré a la “U” pensando en hacer negocio. Nos han tocado años duros, pero no me arranco cuando los resultados son malos. He seguido en las buenas y en las malas.
En marzo aprobaron un aumento de capital por US$ 10 millones. ¿Necesitarán levantar más capital?
Espero que no, no nos gustaría estar poniendo plata todos los años. Mucho se habló de que habíamos recibido a la “U” con una tremenda caja, yo no sé dónde la dejaron, porque no la encontré por ninguna parte.
¿Hasta cuándo está dispuesto a perder plata?
Difícil pregunta, ya estoy metido ahí y tengo la tarea autoimpuesta de sacar adelante el club. Ahora, dependemos de 11 jugadores que están en la cancha, es injusto estar sentado en las tribunas y que de repente, cuando crees haber hecho todo bien, se pierda un penal, te expulsen a un jugador y que la hinchada enjuicie todo un trabajo por eso.
¿Se siente injustamente juzgado?
Dicen que Heller llegó a ser dueño de la “U”, porque con la “U” después va a ser dueño de la Selección y con el canal de televisión va a manejar todo; la gente teje unas películas como si fuera un malvado de las novelas.
¿Cuándo será realidad el anhelado sueño del estadio propio?
Quiero aprovechar de hacer un mea culpa. Fui muy impulsivo en declarar que íbamos a tener un estadio en Carén. Me apresuré pensando que iba a ser más fácil, pero después nos encontramos con una cantidad enorme de problemas en el camino. Luego, La Pintana estaba lista, pero nuevamente nos salió gente al camino poniendo dificultades.
¿En qué está ahora el proyecto?
Le pusimos una pausa al proyecto del estadio, no lo paramos a cero, pero bajamos la velocidad. En el corto plazo no están dadas las condiciones para prometer un estadio para la U.
¿Por qué?
Primero, porque las condiciones económicas no están dadas. Un estadio sale por lo bajo US$ 50 millones. Segundo, tenemos que tener un equipo ganando, y tres, porque no están dadas las condiciones en los lugares. Mientras más se habla del estadio, más gente sale en contra. No estoy sepultando el sueño del estadio, sí está más lento. Uno tiene que ser responsable.
Fuente: Edición Original La Tercera
Fotografía: La Tercera