El grupo chiíta libanés Hezbolá prometió una represalia contra Israel, luego de las explosiones simultáneas de miles de dispositivos beepers -localizadores- en manos de sus miembros en Líbano y Siria, que dejaron al menos nueve muertos y 2.800 heridos.
En un mensaje emitido este miércoles 18 de septiembre, la formación armada señaló que pese al ataque recibido continuará con su apoyo a la “resistencia de Gaza y su pueblo” y seguirá defendiendo “el Líbano, su pueblo y su soberanía”. El grupo añadió que la masacre tendrá un “duro castigo” y “una rendición de cuentas específica”.
“Lo que ocurrió ayer nos llenará de voluntad e insistencia en seguir el camino de la resistencia y lucha y confiamos totalmente en la promesa divina de la victoria de los fieles combatientes”, afirmaron.
Hezbolá también expresó sus “más sinceras bendiciones y condolencias” a las familias de los asesinados y los heridos “en el ataque traidor”.
El diario estadounidense The New York Times afirmó que Israel colocó los explosivos en un lote de beepers fabricados en Taiwán y vendidos al grupo chiíta.
Sobre las 15.30 del martes (12.30 GMT), miles de aparatos en manos de miembros de Hezbolá explotaron simultáneamente en varios puntos del Líbano, principalmente en el sur del país y los suburbios meridionales de Beirut, causando la muerte a nueve personas y heridas a por lo menos 2.800. Varios países árabes ya ofrecieron ayuda médica al Líbano, entre ellos, Jordania.
Desde el ataque, que afectó también a miembros de la agrupación en Siria, han surgido numerosas hipótesis sobre su origen y ejecución. El analista militar y político independiente, Elijah J. Magnier, por ejemplo, apunta a una trampa explosiva dentro de los dispositivos, que “no se importaron directamente al Líbano, sino que se detuvieron en un país cercano durante tres meses, donde Israel implantó el explosivo”.
En lo que sería una sofisticada infiltración en la cadena de suministro de esos aparatos, Israel habría colocado los explosivos en ese lote de dispositivos, en total alrededor de unos 3.000, según afirmaron varios medios norteamericanos, incluido The New York Times, citando fuentes anónimas. (DW)