Historiador Gazmuri: “La DC nunca tuvo una doctrina demasiado clara”

Historiador Gazmuri: “La DC nunca tuvo una doctrina demasiado clara”

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Es uno de los historiadores chilenos que conocen en mayor profundidad a la Democracia Cristiana. Cristián Gazmuri –intelectual, académico y uno de los principales pensadores del Chile contemporáneo– analiza extensamente la Falange y su desarrollo en su libro “Historia de Chile 1891-1994” y ha estudiado bastante a los democratacristianos. Escribió un libro sobre Jaime Castillo Velasco y tiene varios artículos sobre Patricio Aylwin y su todavía discutido papel en el golpe: “No, no participó, pero dijo que hubiera ocurrido era una cosa comprensible”, aclara en su departamento de avenida Colón, lleno de libros y de soldaditos de plomo, que colecciona: Pancho Villa, Pinochet, Napoleón… Gazmuri, sin embargo, se transformó probablemente en uno de los mayores entendidos de la historia de la DC con la biografía de Eduardo Frei…

“De Eduardo Frei Montalva”, aclara. “El otro es ‘freicito’, no más”.

– ¿Por qué le dice “freicito” a Ruiz-Tagle?

– Es que lo encuentro bien mediocre al gallo. El Frei grande es el padre. Pese que hace un buen gobierno (1996-2000), fue posible porque tuvo muy buenos ministros.

– Actualmente parte de la DC quiere recuperar la identidad. ¿Cree que existe la identidad DC?

– Hay una cierta identidad, de partido moderado, de centro, de avanzada, pero no revolucionario. Hay o había, porque se está perdiendo. Pero una buena parte de los problemas vienen justamente de cómo nació la DC, sin una identidad muy marcada. La Democracia Cristiana –la Falange, primero–, nació de una escisión de la Juventud Conservadora en 1938, a raíz de la no elección de Gustavo Ross. Los falangistas lo encontraban excesivamente de derecha.

– Partió siendo un partido chico.

– La Falange Nacional al principio fue un partido muy chico, sacó tres diputados en la primera elección. Después fue subiendo un poquito, pero no agarraba vuelo. Todavía el partido del catolicismo –y el catolicismo era mucho más numeroso que ahora– era Partido Conservador, que seguía siendo muy reaccionario. Luego la Falange llegó a tener cinco diputados, pero no subía de ahí. Y el escenario se repetía de elección en elección.

– ¿Cuándo empieza a agarrar vuelo?

– Cuando eligen a Eduardo Frei, que era uno de los líderes importantes, junto a Manuel Antonio Garretón Walker y otros como Bernardo Leighton. Después entró Jaime Castillo, Radomiro Tomic y, finalmente, el último de los próceres: don Patricio Aylwin. Están todos muertos ahora. El único que sobrevive es Renán Fuentealba, que tiene 100 años.

– Entonces, el triunfo de Frei en el Senado fue un impulso para la DC en 1949…

– Fue elegido por Atacama y Coquimbo y claro, logran un senador. Frei hablaba muy bien. Era muy brillante, bastante leído. No era un gran intelectual, como Jaime Castillo, pero un hombre culto y muy inteligente. Muy informado de la realidad nacional e internacional. Leía todas las revistas. Por lo tanto, siendo una persona muy joven todavía, empieza una actuación muy brillante en el Senado. Habían caricaturas: la Falange representada como un macetero relativamente chico que contenía una palmera grande, que era Frei. Era demasiado grande para el partidito en que estaba.

– Hasta que el 58 se forma la DC.

– Se forma el 58 cuando se suman los conservadores socialcristianos, otro sector del Partido Conservador y algunos agrarios laboristas. Y ahí ya pasa a ser un partido bastante más grande, de centro.

– ¿En qué cree la DC en aquella época?

– Era progresista. Va a propiciar los cambios, cree que el Chile de esa época era un Chile feudal –que lo era, en definitiva– y quieren hacer lo que llaman “cambios estructurales”. ¿El principal? La reforma agraria.

A su vez, Frei se ha transformado en una figura nacional importante.

El Partido Demócrata Cristiano era un recién nacido y tenía mucho apoyo dentro de la juventud, sobre todo dentro de la juventud universitaria, con más cultura, con pensamiento más moderno. Pero claro, era una pulga al lado de los otros: el conservador, liberal, radical, el comunista, el socialista. Además, la DC tenía un problema muy grande…

– ¿Cuál?

– A diferencia del comunismo, por ejemplo, la Democracia Cristiana nunca tuvo una doctrina demasiado clara. Ellos hablaban de que seguían la doctrina social de la Iglesia Católica a partir de la encíclica Rerum novarum y Quadragesimo Anno, que aparece en los 30, ¡pero la Rerum novarum era de 1898! Decían: somos

socialcristianos, queremos que haya cambios –cosas así–, pero no había un programa claro, distinto, con puntos concretos, desarrollados. Era un programa más bien vago…

– A su juicio, ¿qué efectos produjeron esas indefiniciones?

– Eso produjo que dentro de la DC hubiera sectores que eran más de izquierda –diría incluso revolucionarios, que estaban por cambios mucho más a fondo– y sectores más moderados. Con todo, todos estaban de acuerdo que Eduardo Frei tenía que ser candidato de nuevo en las elecciones del 1964. Y lo que sabemos: entre los votos de la DC, que ya era un partido grande y con el respaldo de la derecha, Frei sale elegido. La Democracia Cristiana, además, arrasa en las elecciones que hay en marzo del 65: saca la mitad más uno de los diputados y también muchos senadores.

– La DC se hizo mayor…

– A esa altura ya tenemos al Partido Demócrata Cristiano convertido en el mayor partido de Chile. Y Frei lleva adelante la Reforma Agraria. Pero, en paralelo, empieza a haber un cierto descontento dentro del partido porque dicen que Frei va muy lento. Empieza a envenenarse la cosa y se va formando un grupo, que comprendía la mayor parte de la juventud, muchos de ellos gente muy capaces, pero otros que eran de una ingenuidad patológica.

– Y se forma el MAPU…

– El MAPU se va a escindir el 69. Pero ahí empieza ya, yo diría, un quiebre claro dentro de la DC, un primer gran quiebre. José Miguel Insulza, Jaime Gazmuri, Tomás Moulian, José Antonio Viera-Gallo, que todavía están dando vueltas por ahí. Estaba José Joaquín Brunner, que ahora está casi derechista.

Pero luego se produjo un segundo quiebre. Dentro del partido había otro sector que todavía no era claramente marxista, pero muy pasado para la punta, muy de izquierda, que va a ser luego la Izquierda Cristiana. No fueron tantos los de la Izquierda Cristiana como los del MAPU, era gente de menos vuelo, pero era un grupo considerable.

– Se observa una tendencia que explica bastante el presente: dos almas…

– El problema bien claro es que hay un sector muy moderado de la DC y otro sector que tiende a pasarse para la punta. En muchos partidos ocurre algo parecido. Pero la DC, como no tenía un programa que se basara en toda una historia ideológica clara, como por ejemplo el comunismo, era un terreno propicio para que se dispersara la cosa. No era un proyecto estructurado y coordinado. Siempre la DC tuvo un sector conservador y moderado y otro más extremo, que finalmente apoyó en el 70 a la Unidad Popular y no al candidato democratacristiano Radomiro Tomic, que también era muy de izquierda, aunque no tanto como Allende.

– ¿Estaba izquierdizada la DC?

– El programa de Tomic tenía más de marxismo que de doctrina social de la Iglesia y ahí aumenta esta brecha entre los dos sectores. Uno, liderado por Frei Montalva; y el otro por Tomic. Luego viene la UP, que fue un mal gobierno. Todo este endiosamiento de Allende que ha venido después es posterior y fue más en el exterior que aquí dentro de Chile.

Chile se transforma en un caos y la DC no estuvo detrás del golpe, pese a que Frei se había reunido no con Pinochet ni con Merino, pero sí con Bonilla y con Arellano, que eran yo creo que democratacristianos.

– ¿La DC no estuvo tras el golpe?

– No creo que confabulara. Yo creo que Frei conversó con estos generales, más que para decirles que den un golpe, para hacerles presente el desastre en que se había convertido Chile.

– ¿Una suerte de incitación?

– Claro que sí. Por eso es que la familia Frei me tuvo parado ese libro durante un año, porque esto yo lo decía. Y, nuevamente, diferencias: el grupo de 13 democratacristianos, bastante connotado, que dijo que no estaba con la postura de la directiva del partido, que era la postura de Frei.

– La historia de la DC es bien de negros y blancos, lo que explica de alguna forma los enfrentamientos y el clima interno actual… 

– Eso es lo que estoy tratando de contar con todo esto. Y eso viene del hecho que no tuviera un programa bien definido, bien estructurado. Somos cristianos, somos demócratas, somos partidarios de la doctrina social de la Iglesia. ¡Pero es que esas son cosas relativamente vagas y no te dan una posición política clara! Aunque la DC luego tuvo una nueva oportunidad y con la elección de Aylwin en 1989 pasa a ser nuevamente el partido más grande de Chile. Fue su época de oro, el primer partido de Chile.

– Como se preguntaría Vargas Llosa, ¿en qué momento se jodió todo?

– Es que se ha jodido varias veces. Cuando pasó lo del MAPU, lo de la Izquierda Cristiana, aunque ahí no tanto. Cuando se llevó a Tomic como candidato con ese programa que tenía que era muy pasado para la punta. Ahora está muy fregada. Pero la verdad es que la DC estuvo fregada siempre.

«GOBIERNO NUNCA MIRÓ BIEN A LA DC»

 – El actual gobierno de Bachelet ¿le hizo daño a la DC?

– Yo creo que a la larga, sí. Nunca este gobierno miró realmente bien a la DC y puede que gran parte de la DC tampoco mirara bien al gobierno. En el fondo del pensamiento de la Presidenta estaba alejar a la DC o, por lo menos, reducirla a lo que está convertida ahora.

– ¿Tuvo sentido aliarse con los comunistas en la Nueva Mayoría?

– Nada que ver, si siempre habían sido furiosamente anti comunistas. Siempre habían sido enemigos acérrimos. Pero bueno, ahí está la obra de la Bachelet y de sus colaboradores, como Rodrigo Peñailillo, al que le decían Peinadillo, porque usaba jopo. Ayudado por el gobierno, además, creció un sector que se ha formado en el Partido Demócrata Cristiano que de nuevo está muy a la izquierda. Yo diría cercano al marxismo y al comunismo, por lo tanto.

– ¿A quién identifica usted ahí?

– A Yasna Provoste, a este Víctor Torres, que la verdad es que lo conozco muy poco. A Gabriel Silber. Pero ya no son las figuras que eran al comienzo de la Falange y la Democracia Cristiana, gente de mucho menos nivel. Están por transformar a la DC en un tercer partido de izquierda, francamente. ¿Para qué si ya hay dos partidos de izquierda relativamente moderados? Pero nada me sorprende: la DC tiene una historia de grupos que se enfrentan al menos desde el gobierno de Frei.

– A la luz de la historia, ¿qué cree que ocurrirá?

– No sé si se acabó la DC, pero puede dividirse de nuevo. Y ya con dos DC, ya van a ser dos partidos chicos y poco importantes. Yo creo que hay sectores de la DC que incluso piensan darle cierta colaboración a Piñera, que también fue DC en su momento.

– Finalmente ¿se podría hacer la pregunta tan salvaje y consultarle quién cree que es más DC? ¿Mariana Aylwin o Yasna Provoste?

– La Yasna Provoste yo creo que es una persona bastante ignorante, bien intencionada desde su punto de vista, indudablemente.

Pero si vamos a lo que ha sido la Democracia Cristiana tradicional, diría histórica, la Mariana es mucho más.

Ahora claro, ¿cuál de los dos sectores va a ganar? No sé, no me atrevo a decirlo.

– ¿No se atreve a señalar si este es realmente el fin de la DC, tantas veces anunciado?

– El historiador mira hacia atrás, no mira hacia delante. No hace pronósticos porque normalmente, cuando hace pronósticos, se equivoca. Pero de que existe el riesgo, existe el riesgo. (DF)

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