La Policía de Hong Kong anunció este sábado (27.06.2020) la prohibición, por primera vez en los últimos 17 años, de la manifestación prodemocrática anual del 1 de julio, fecha en que se conmemora la retrocesión del territorio de la soberanía británica a la china, en 1997.
En una carta remitida al grupo prodemocrático y convocante de la marcha Frente Civil de Derechos Humanos (CHRF), la policía alega que los episodios violentos acontecidos en el pasado reciente en este tipo de protestas, además de considerar que violaría la normativa de seguridad para contener la pandemia de coronavirus.
«Debido a la persistente agitación social publicada por el CHRF en su página de la red social Facebook, la Policía de Hong Kong ha estudiado los riesgos y cree que algunos participantes de esta asamblea y marcha pública podrían salirse de la ubicación y ruta propuestas y vandalizar violentamente edificios», explica la policía.
Aunque las manifestaciones convocadas por el CHRF han sido mayoritariamente pacíficas, la policía hongkonesa considera que los citados individuos «podrían suponer una grave amenaza para la seguridad de otros participantes, ciudadanos, periodistas y agentes de policía. Y ustedes no tienen capacidad para controlar sus actos», subrayan.
Asimismo, arguyeron que la protesta sobrepasaría las reuniones de un máximo de 50 personas autorizadas por la normativa en vigor para evitar contagios por coronavirus.
La jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, ha negado que existan motivaciones políticas tras estas prohibiciones, aunque, al mismo tiempo, el parque temático de Disneyland Hong Kong, piscinas públicas o bares sí pueden operar libremente.
Desde hace más de un año, la situación en Hong Kong se ha ido deteriorando por el impacto de las protestas prodemocráticas en la economía de la ciudad semiautónoma, donde el PIB local cayó un 2,8 % y un 3 % en los dos últimos trimestres de 2019, respectivamente, y un 8,9 % en el primero de 2020, al que este año se ha sumado la paralización motivada por la pandemia de coronavirus.
El panorama político en la excolonia británica también está lejos de resolverse, con unos gobiernos, tanto en Pekín como en Hong Kong, poco amigos del diálogo o las concesiones, y con un movimiento prodemocrático que ha ganado nuevo impulso a raíz de la reciente aprobación de una ley que penaliza injurias al himno chino, y de una ley de seguridad aprobada por el Legislativo chino el mes pasado. (DW, afp, efe)