“Mientras estamos en el debate, que es importante, para modernizar del Estado, hay 4 millones de personas a las que en este minuto no les resolvemos ningún problema con hablarles de hechos políticos y de una ley que regule la conciencia de los políticos”, es el análisis que hace el timonel de la Izquierda Ciudadana (IC), Diego Ancalao.
El dirigente del partido que integra la Nueva Mayoría sostuvo que frente a la crisis de confianza generada por los presuntos casos de corrupción que indaga la justicia y que se ha agudizado con los cuestionamientos a ministros como los ex titulares de Interior, Rodrigo Peñailillo, y el más reciente de Jorge Insunza, no puede detener el avance que requiere el programa para ir en ayuda de los más necesitados.
“Creemos que no es sano ni justo que los partidos políticos se transformen en fiscales, jueces o defensores. Nosotros tenemos que hacer un trabajo que consiste en preocuparnos por el Chile de los postergados”, enfatizó el jefe de la IC.
A juicio de Ancalao, lo que cabe en este minuto es “salir de la esquina del pugilato comunicacional que la derecha está poniendo en contra el Gobierno y hacer sintonía con la ciudadanía que es la que nos eligió por el programa. Eso tiene que ver con recuperar la agenda social y comunicacional que siempre ha caracterizado a Michelle Bachelet”.
LA LEY NO REGULA LA CONCIENCIA
Consultado sobre su posición frente al escenario que enfrenta la clase política y las críticas que de todos los flancos recibe el Ejecutivo en materia de probidad, transparencia y desprolijidad, el representante de la tienda oficialista dijo que “había un mito en la ciudadanía de que algunos políticos eran financiados por la empresa privada y que hoy es un hecho”.
“La falta de credibilidad de la gente hacia los políticos tiene que ver una acción moral de éstos hacia la ciudadanía y eso no se resuelve con enmiendas legales. La solución es llamar a que cada político actúe de acuerdo a la moral aunque no haya una ley moral. Que diga lo que le dicte su conciencia y que no espere a que su conciencia la regule una ley, no pueden actuar por leyes”, indica.
“En este minuto hay 4 millones de personas que viven bajo la línea de la pobreza y que no tienen sus necesidades básicas cubiertas y creen que lo que pasa en La Moneda no es más que un reality show político y que no les cambia en nada su vida”, sostiene.