En una inédita audiencia con motivo del 60 aniversario del Tratado de Roma, el papa Francisco se reunió este viernes (24.03.2017) con los líderes de la Unión Europea y con 27 jefes de Estado y de Gobierno de países miembros. La audiencia se celebró en la Sala Regia del palacio apostólico.
También participaron el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani; el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. El acto comenzó con unas palabras del primer ministro italiano y anfitrión de la cumbre del sábado en Roma, Paolo Gentiloni, y después tomó la palabra el presidente del PE, el también italiano Tajani.
«FUERZAS CENTRÍFUGAS»
Después llegó el discurso del Papa. Las palabras de Francisco sirvieron para instar a los líderes de la Unión Europea a mostrar fidelidad al principio de solidaridad entre sus miembros «para hacer frente a las fuerzas centrífugas». Además, el pontífice argentino alertó contra «la tentación de reducir los ideales fundacionales de la Unión a las exigencias productivas, económicas y financieras».
Jorge Bergoglio repitió en sus palabras a los líderes comunitarios las alusiones a los principios de solidaridad de los que dotaron a la Europa recién salida de la II Guerra Mundial los padres fundadores que promovieron los tratados, cuya firma en Roma en 1957 la Unión conmemora el sábado en la capital italiana. El Papa avisó: Europa «no es un conjunto de normas que cumplir, o un manual de protocolos y procedimientos que seguir», y apeló a las enseñanzas de aquellos «padres fundadores».
SEIS DÉCADAS DE PAZ
«A menudo se olvida también otra gran conquista fruto de la solidaridad sancionada el 25 de marzo de 1957: el tiempo de paz más largo de los últimos siglos», continuó el papa, quien recordó las palabras que él mismo pronunció a principios de este mismo año. Entonces, el Papa dijo al cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede que «para muchos la paz es de alguna manera un bien que se da por descontado, y así no es difícil que se acabe por considerarla superflua. Por el contrario, la paz es un bien valioso y esencial».
Francisco consideró que los sesenta años se consideran como «el tiempo de la plena madurez». «Una edad crucial en la que estamos llamados de nuevo a revisarnos. También hoy, la Unión Europea está llamada a un replanteamiento, a curar los inevitables achaques que vienen con los años y a encontrar nuevas vías para continuar su propio camino». Pero, subrayó, la UE «no tiene ante ella una inevitable vejez, sino la posibilidad de una nueva juventud. Su éxito dependerá de la voluntad de trabajar una vez más juntos y del deseo de apostar por el futuro». «Eso significa no tener miedo a tomar decisiones eficaces, para responder a los problemas reales de las personas y para resistir el paso del tiempo», agregó.
NO TEMER A LAS DIFERENCIAS
Las alusiones al origen multicultural de Europa las hizo Bergoglio añadiendo que su historia está marcada por «el encuentro con otros pueblos y culturas», e instó además a considerar que la solidaridad es «el antídoto más eficaz contra los modernos populismos». No podía faltar la referencia a la «grave crisis migratoria» que afronta la Unión, y el Papa advirtió de que no es solo «un problema numérico, económico o de seguridad», sino que él llama a Europa a plantearse qué cultura está en condiciones de proponer.
«Parece como si el bienestar conseguido le hubiera recortado las alas y le hubiera hecho bajar la mirada», agregó sobre la actitud con la que Europa afronta sus desafíos en el siglo XXI. Y mencionó el riesgo de los populismos, que «florecen precisamente por el egoísmo, que nos encierra en un círculo estrecho y asfixiante y no nos permite superar la estrechez de los propios pensamientos ni ‘mirar más allá». El Papa dijo que Europa «es una familia de pueblos y, como en toda buena familia, existen susceptibilidades diferentes, pero todos podrán crecer en la medida en que estén unidos. La Unión Europea nace como unidad de las diferencias». «Por eso las peculiaridades no deben asustar, ni se puede pensar que la unidad se preserva con la uniformidad», estimó el pontífice.
Los líderes europeos tienen mañana sábado (25.03.2017) su cita en el Campidoglio, el ayuntamiento de la capital italiana, para celebrar el 60 aniversario de la firma del Tratado de Roma. (DW, dpa/efe)